LA FAMILIA TRADICIONAL
COMO IMPOSICIÓN
ILKA OLIVA CORADO
Desde
el inicio de los días, el sistema patriarcal nos ha impuesto hasta la forma en
la que debemos caminar o sentarnos, todo respecto al rol de género y no
hablemos de comportamientos porque vienen por categorías dependiendo los
estereotipos y los prejuicios; que vienen por patrones de crianza o bien,
nosotros ya mulones optamos por patentarlos como propios a conveniencia.
No
hay nada más impuesto en esta vida y que nos haga más daño como sociedad que el
patrón patriarcal que es machista y misógino. Madre en potencia, dicen los
saludos del Día de la Madre a mujeres que no tienen hijos, como si todas las
mujeres por el simple hecho de su género deben convertirse en madres sí o sí.
Esa mujer ya está jugada, no vale, dicen cuando se sabe que una mujer soltera
tuvo relaciones sexuales antes del matrimonio. ¿Y el hombre? Es gallo entre más
mujeres tenga en su lista. Pero aquí va un detalle, ¿qué pasa con el hombre que
es distinto a la media? De seguro es maricón, puto, puñal, y un sin fin de
apelativos que se ven como normales en una sociedad que a hecho del irrespeto,
del insulto y la violencia una forma de vida.
Se
dice que la mujer divorciada pico quiere, igual la mamá soltera, que por andar
de puta lo que se sacó: una su panza. Y a estas mujeres las vamos catalogando
con nuestros estereotipos torpes, las desvalorizamos como seres humanos y por
género ya no valen como otras que sí cumplen con los lineamientos de los
patrones patriarcales; ya sea por conveniencia personal o por temor: por temor
contamos los extremos, cuando están siendo violentadas para que aparenten en
una sociedad que vive en una burbuja. Muchas de ellas terminan desaparecidas o
asesinadas.
¿Qué
sucede con los niños diferentes? Mirá ese tu hijo es hueco, enderezálo. Mirá
esa tu hija es machorra, una su buena cogida quiere, probar pico le hace falta.
Y así a consecuencia vienen las violaciones sexuales “correctivas” o los golpes
y los asesinatos, los feminicidios y transcidios. Porque nos enseñaron a
rechazar y a tenerle miedo a todo lo que es diferente y libre, a todo lo que
rompe con la norma; nos enjaularon desde nuestro nacimiento en un sistema
patriarcal que nos mulita día con día.
Es
un asco, esas personas deben morir, hay que quemarlas vivas, son engendros del
demonio, ¿qué más dicen los buenos hijos de Dios? ¿Qué más dicen quienes
defienden a capa y a espada la familia tradicional? Dicen ellos que por
ejemplar y porque tiene valores. ¿Las personas distintas no los tienen acaso? ¿Qué
valores? Empezando por ahí. ¿Doble moral, mojigatería, machismo, homofobia,
transfobia, lesbofobia, bifobia? ¿De qué valores hablan estos santos hijos del
patriarcado? ¿Quién dice que una persona diferente no es íntegra, culta,
humana?
¿Y
qué dicen estos santos hijos del patriarcado acerca de los hombres que preñan
mujeres y las mal matan a golpes para que aborten pero que en público, se dan
tres golpes de pecho y juran estar en contra del aborto? O peor aún, las
mujeres que solapan este abuso cuando se le hace a otra. ¿Cuándo las terminan
matando? ¿Qué opinan estos ejemplares de los buenas costumbres acerca del
hombre que viola? ¿De los machos que asesinan homosexuales, transexuales? ¿Qué
opina la sociedad del derecho a amar, a existir, a la diferencia y a la
diversidad?
¿Qué
es una familia tradicional? ¿Cuáles son los valores de estas falsedades que
viven de apariencias? ¿Por qué la mujer se tiene que casar de blanco y con
velo? ¿Por qué a él se le puede hacer una despedida de soltero con trabajadoras
sexuales y a ella no? Tantas preguntas, tantas alas rotas, tantas vidas
truncadas por necedades de un sistema y un modo de vida que nos fue impuesto.
Retóricas
que nunca han dejado de aparecer en época de elecciones, lo vemos a lo largo y
ancho del mundo, un candidato afín al neoliberalismo y al capitalismo siempre
manejará este tipo de declaraciones de la clase conservadora. Y con estos
discursos logran echarse a la bolsa a buena parte de la sociedad que por
cachureca, en nombre de la buena fe la dejen rezando el padre nuestro mientras
los oradores se llevan las marmajas a bancos en el extranjero. Porque qué más
beneficioso que un pueblo sumiso, machista, homofóbico y patriarcal para el
sistema del capital.
Tanto
odio en esta tierra, tanta violencia, tanta doble moral, tantos prejuicios y
tanta hipocresía. La familia tradicional no existe, la familia en sí no existe,
también es una construcción de la sociedad. Una imposición como muchas otras.
Uno puede ser familia de un bosque, de un río, de una manada de cabras o de
felinos.
¿Cuándo
vamos a dejar de cortar alas y dañar de por vida a seres que se atrevieron a lo
que nosotros por falta de arrestos nunca haríamos? Y respecto a la decencia de
género, todas las mujeres somos putas, unas más activas que otras, eso es todo.
¿Cuándo
vamos a aprender y cuándo vamos a tener las agallas para desobedecer y luchar
por nuestra libertad como especie? ¿Cuándo vamos a aceptar que no hay nada más
maravilloso en este universo que nuestra diversidad?
¿Y
usted querido lector, cuénteme su familia es tradicional o como dicen los
clasistas, hijos del santísimo patriarcado y de la bienaventurada iglesia: es
disfuncional?
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