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martes, 18 de abril de 2017

LA GRAN ESTAFA DEL SISTEMA



LA GRAN ESTAFA DEL
 SISTEMA
EVA NAVARRO SAN LUIS
Hace treinta años las personas luchaban por liberarse de la esclavización ideológica, que el poder pretendía imponer. Ahora ya no importa tanto “progresar” como “sobrevivir”.

La conciencia me dice que hay un mundo que despierta al tiempo que un mundo se derrumba. El sistema nos guste o no está diseñado para favorecer a la banca y las empresas transnacionales que destinan nuestro dinero como lo creen conveniente, con la manipulación evidente de los medios de comunicación.

El nuevo marco mundial se dibuja con un severo panorama:
-        crisis de la banca europea
-        crisis de refugiados
-        tensiones políticas en el Medio Oriente
-        escenario de escalada de la tercera guerra mundial
y otros…
Países como Brasil, Rusia, Canadá y Venezuela dejan ver en sus economías un claro retroceso, anunciando la inestabilidad de las bases sobre las que todo se cimienta.

El rescate de la banca, la industria del armamento, se han antepuesto a la sanidad, la educación, la inversión en energías renovables, garantía de las pensiones, por citar sólo algunos ejemplos que vienen a la mente. Prioridades que deben ser atendidas por los gobiernos y comunidades de modo urgente mediante el diálogo, cuando no hay en realidad ni un intento de acercamiento.
Detrás de estos males subyace el propio deterioro de la moral humana. Ya es normal hablar de la influencia de los tecnócratas. Más razones humanas y menos técnicas son las que el ciudadano necesita y las que todos agradeceríamos.
Las nuevas generaciones no se identifican ya con ninguna corriente política, religiosa ni de ninguna índole. La laxitud en la que se desenvuelven es realmente preocupante, sumidos en la morfina de las nuevas tecnologías, sin sentimiento ni atisbo de representación. Conceptos como adelanto y progreso quedaron vacíos de significado en un nuevo orden donde los magos negros mueven las piezas sobre el tablero, decidiendo sobre el destino de los pueblos y las naciones según su criterio. El ciudadano “intuye” la manipulación y rechaza la corrupción y manifiesta su descontento ante un escenario y una existencia cortoplacista.
En un tiempo como este las democracias se ven condenadas al exterminio, con el consiguiente aumento de pobreza, marginación social y desaparición de la clase media.

Son las élites políticas y económicas las que han impuesto un nuevo orden en el que no es fácil apostar por el futuro y por esa necesidad de evolución tan necesaria para el ser humano. Así volvemos siempre al tema del retroceso, la falta de compromiso y la desaparición de valores. Un discurso huérfano, por no decir mentiroso, en el que estos puntos se echan siempre de menos.
Sin futuro el presente no sirve para nada, es como si no existiese.

   Mientras tanto, seguiremos reinventándonos.

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