Portada de “Achicaxna Xaxo Agual de Agustín Gajate
Barahona.
Imagen cortesía
de Antonio Arroyo Silva.
POR ANTONIO ARROYO SILVA.
«Si todas las personas dispusieran al menos de una
hora diaria de su tiempo para leer los libros que reposan sobre las estanterías
de las bibliotecas públicas sobre la cultura guanche, seguro que su mirada
sería más proactiva y socialmente transformadora».
Agustín Gajate Barahona, escritor y
periodista nacido en Santa Cruz de Tenerife, acaba de publicar un
poemario bastante singular: Achicaxna xaxo agual. Palabra de la momia
paria. Según parece, es el primer texto escrito en lengua guanche, es
decir, guanche transcrito al alfabeto latino. Al entrevistador le parece no
sólo un hito histórico sino un incentivo, pues en esta época de crisis
económica que, a fin de cuentas, tiene un trasfondo de quiebra de valores,
sobre todo políticos y culturales —que no quiero nombrar aquí– no caen en saco
roto acciones creativas e intelectuales como la de Agustín Gajate. La
globalización mal entendida hace que los recuerdos comunes de un pueblo
se vayan diluyendo en el olvido, de manera que cuando todos los pueblos del
planeta estemos en el mismo rasero de quienes tienen el poder, ya nada seremos.
Nos habremos desparramado por la orilla como estatuas de arena.
Entiendo la verdadera globalización como
una unidad en la diversidad, tal como nuestro gran crítico Domingo Pérez Minik
creía; pues lo diverso en igualdad de condiciones enriquece a la
totalidad. Y en Canarias tenemos un cantero muy fructífero prácticamente
silenciado tras la conquista.
Consideramos que una lengua cuando deja
de hablarse en un punto geográfico determinado, desaparece en la noche de los
tiempos. Sin embargo, en Canarias el o las hablas aborígenes han dejado, a
pesar de todo, una huella indeleble no sólo en los topónimos y nombres propios
, sino también en la cosmovisión, es decir, en la manera singular que tiene el
canario de abordar la naturaleza. Incluso ese tabú que para los guanches era el
mar, ha derivado en este sentimiento del mar que los actuales canarios tenemos,
y no sólo en la literatura. Por supuesto, también ha quedado mucho en la
música, pues la música lleva consigo la voz articulada de nuestros ancestros,
la palabra de la momia paria.
El catedrático de Filología Románica por
la Universidad de Las Palmas Dan Munteanu, me comentó respecto de esta
publicación que si hace 200 años se pudo escribir una fábula en indo-europeo,
por qué no un poemario en guanche.
Antonio Arroyo: ¿Qué te ha llevado a
la creación de un poemario en guanche? ¿Por qué la poesía y no un libro de tipo
antropológico, por ejemplo?
Agustín Gajate: Mi perspectiva es
periodística, por profesión, y literaria, por vocación. Quería saber si la
lengua guanche conservaba a día de hoy los suficientes contenidos simbólicos
para poder ser una herramienta de creación artística. La antropología me puede
ayudar en ese proceso, pero el objetivo era experimentar con la capacidad
expresiva de las palabras guanches y eso sólo podía intentarlo mediante la
poesía de vanguardia, porque necesitaba libertad y no atarme a ningún tipo de
estructura como la que requiere un proyecto de investigación. No necesitaba
demostrar que se podía escribir en guanche, sino que tenía que hacerlo.
AA: ¿Crees que la sociedad
canaria necesita conocer la lengua que hablaban sus ancestros o al menos el
mestizaje entre la lengua de los conquistadores y los conquistados?
AG: A mí me está resultando muy
enriquecedor todo este proceso y por eso he querido compartir la experiencia
con los lectores de una forma creativa y abrir cauces expresivos a otros
autores, no sólo literarios, sino también de otros ámbitos, como las artes
plásticas o la música. Las posibilidades expresivas son enormes, pero depende
de otros su desarrollo futuro. Compartir socialmente los conocimientos sobre la
cultura guanche resulta estimulante no sólo desde el punto de vista personal,
sino también para impulsar proyectos que contribuyan al progreso económico de
nuestras islas. Eso se puede hacer tanto desde el sector privado como desde el
público, pero habría que comenzar a articular ya propuestas en este sentido.
AA: ¿Crees que la lengua guanche se
podría reconstruir a partir de los elementos mestizos mencionados y
comparándolas con las digamos lenguas procedentes del mismo tronco
líbico-bereber? ¿Por qué crees que no se ha avanzado tanto en este aspecto, a
pesar de tantos estudios y tantos diccionarios en el ámbito canario?
AG: Personalmente me doy
por satisfecho simplemente con utilizar el patrimonio cultural que conservamos,
antes de comenzar a reconstruir nada. Muchas veces buscamos fuera lo que
tenemos delante de los ojos y lo que tenemos que hacer es observar lo que nos
rodea y preguntarnos si lo que vemos nos está enriqueciendo, no desde un punto
de vista material, sino como personas y como sociedad. Pero esa mirada, para
que resulte provechosa, debe partir del conocimiento y hoy es infinitamente
mayor lo que desconocemos que lo que conocemos sobre los guanches. Toda
aportación, venga de donde venga, seguro que será positiva, pero todavía
resulta escasa. Si todas las personas dispusieran al menos de una hora diaria
de su tiempo para leer los libros que reposan sobre las estanterías de las
bibliotecas públicas sobre la cultura guanche, seguro que su mirada sería más
proactiva y socialmente transformadora.
AA: Sabemos que una lengua
deja de estar viva cuando deja de hablarse, es decir, cuando deja de ser un
hecho sonoro, cuando deja de utilizarse en un hecho concreto del habla ¿Cómo
puedes determinar la pronunciación, si todas esas palabras están recogidas de
documentación escrita, que esas palabras fueron recogidas según la
fonología italiana, castellana, etc.? ¿Quedan realmente documentos orales
en la población actual de Canarias?
AG: Toda lengua varía su
pronunciación con el paso del tiempo y con el contacto con otras lenguas y la
guanche no va a ser una excepción. Creo que la pronunciación actual del español
en Canarias ha evolucionado desde una base guanche, en contacto no sólo con el
español, sino con el portugués, el inglés, el francés, el italiano y las
lenguas indígenas de América, que también enriquecen al español. Canarias es un
laboratorio de síntesis lingüística único y debemos aprovechar ese mestizaje.
La pronunciación no es uniforme entre islas, ni tampoco dentro de las islas
mayores. Tenemos que ser realistas y abordar la cuestión desde la diversidad,
hasta que se cree una Academia de la Lengua Guanche que regule y unifique no
sólo la pronunciación, sino también la forma de escritura y los símbolos
alfabéticos consonánticos y vocálicos acordes con la pronunciación más
correcta. Yo sólo realizo una interpretación sencilla y libre, en la que tomo
como referencia en primer lugar a otros autores literarios, como Antonio de
Viana o Bartolomé Cairasco, porque sus aportaciones ofrecen un contenido más
emotivo o dramático que las realizadas con un mayor rigor científico. La
palabra común no es una herramienta de comunicación rigurosa, sino que transita
entre la realidad y la ficción, como el propio ser humano.
En lo que se refiere a los testimonios
orales guanches que perviven en la actualidad, sería necesario un exhaustivo
trabajo de campo para saber cuál es su situación a comienzos del siglo XXI, pero
un estudio de estas características parece una utopía, no sólo porque ahora
mismo hay necesidades sociales más perentorias a las que destinar recursos,
sino porque falta cohesión social para abordar una investigación de estas
características. Habría que diseñar una estructura de trabajo colectiva, en la
que miles de personas volcaran información en una base de datos en internet o
permitieran el uso de sus ordenadores personales para el procesamiento de dicha
información, de manera similar a lo que sucedió para descifrar el genoma
humano. Y esa coordinación no es precisamente fácil.
AA: En la presentación de
tu libro en Las Palmas hablaste de la leyenda de las lenguas cortadas, es
decir, que el pueblo aborigen es el resultado de un destierro progresivo hacia
las Islas Canarias. ¿Desterradas del desierto al paraíso, a los llamados Campos
Elíseos?
AG: Existen varias
hipótesis sobre los motivos de la llegada a nuestras islas de los primeros
pobladores, hace unos 2.600 años, aunque ¿fueron realmente esos los primeros
pobladores de este archipiélago? ¿Hubo alguna sociedad anterior que se
extinguió? Son muchos los interrogantes, pero los primeros restos humanos
encontrados son de esa época, por lo que son escasas las posibles explicaciones
sobre el origen de los primeros asentamientos: grupos de colonos avanzados o
engañados dentro de una sociedad en expansión, clanes familiares nobles que
huían o eran deportados. La leyenda de las lenguas cortadas puede ser parte de
una realidad, pero parece pertenecer más al ámbito de la ficción o de la
metáfora. Desde la perspectiva literaria, me parece más interesante la historia
de una sociedad sofisticada, expulsada de su territorio por una cultura más
avanzada en la tecnología militar, que se refugia en estas islas para tratar de
rearmarse, pero acaba por naufragar y acepta pactar con sus enemigos e
intercambiar materias primas con ellos para sobrevivir, hasta que olvida sus
orígenes y simplemente lucha por sobrevivir a erupciones volcánicas,
devastadores temporales, prolongadas sequías y plagas. A mí me parece una
odisea impresionante.
AA: Según su propia
declaración, la palabra achicaxna se aplica hoy en Tenerife a la cabra
que se aparta del rebaño, y que en su lengua originaria venía a significar algo
referente a un individuo de la escala social más baja dentro de la sociedad
aborigen. Ya he leído algo de los cronistas y del propio Poeta Viana, pero ¿se
puede aplicar el mismo estado de valores que existía en la sociedad de los
conquistadores europeos?
AG: Los contextos no eran
los mismos, pero existe cierto paralelismo entre ambas sociedades, como entre
las estructuras sociales continentales predominantes hasta la Revolución
Francesa, cuando se generaliza la idea de igualdad, de que todos los seres
humanos debemos tener los mismos derechos y oportunidades. Antes había que ser
alguien excepcional, en lo bueno o en lo malo, para escapar al destino que le
deparaba su origen. Y todavía existen muchas culturas que ni siquiera
contemplan esa posibilidad, sobre todo para la mujer.
AA: Y para terminar, ¿qué diría una momia
paria de la situación actual?
AG: Seguiría guardando
silencio, pero no un silencio cómplice, sino un silencio observador, discreto,
reflexivo, revelador, desconfiado, clamoroso, irónico, resistente y
persistente… un silencio guanche.
Ynfaca xaxo ynfaca
Añac aca ererem cha
Ayahirahani
Ayadahentirem
Ayacamán
[Despierta momia, despierta
Que estás en nuestra tierra
Bajo el universo oscuro
Bajo las blancas estrellas
Bajo la luna]
[op. cit p. 19]
El autor
Agustín Gajate Barahona nació en 1963 en
Santa Cruz de Tenerife. Tras formarse en diferentes centros tinerfeños y fue
becado para realizar los estudios de Periodismo entre los años 1981 y 1986 en
la Universidad Complutense de Madrid. Durante ese tiempo, publicó reportajes,
artículos, entrevistas y relatos en periódicos como Pueblo y revistas como La
Hora de Castilla La Mancha y Madrid 19. En esta última, fue galardonado con los
premios al mejor artículo y mejor relato, en 1984.
Tras obtener la Licenciatura en Ciencias
de la Información, trabajó como redactor y jefe de sección en los periódicos El
Faro Astorgano, La Crónica de León y El Día, aunque la mayor parte de su
trayectoria profesional la desarrolló en la Unidad de Prensa de CajaCanarias.
Como autor, en 1989 publicó el ensayo
titulado “Boceto del autor distante. Una reflexión sobre la función social
del escritor en Canarias”, dentro del volumen ‘Un panorama crítico’ de la
colección ‘Nuevas escrituras’ de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno de
Canarias.
En 2005 participó con los relatos
‘Mátrix Año Cero’ y ‘El coleccionista’ en el libro-disco ‘Laboratorio
mediático’ editado por Lagenda, un volumen recopilatorio de carácter
alternativo, en el que participaron numerosos autores canarios con textos,
grabaciones musicales y aportaciones artísticas. En 2006 publicó su primer
libro en solitario, el antipoemario ‘Nada, nadie, ninguno’, ilustrado por el
artista tinerfeño Paco Palomino.
También ha sido coordinador editorial y
escritor de textos, junto a otros autores, de los volúmenes ilustrados ‘Historia
gráfica de la Lucha Canaria en Tenerife. Siglo XX’, editado en 2007, y ‘Cincuentenario
del Santa Cruz Club de Lucha’, presentado en 2012.
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