POR: EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Sensación
de “orfandad” muy concreta se siente en Argentina. Sensación de violencia se
palpa y es latente en Argentina, mi país… se percibe de manera clara la falta
de verdad, la ignorancia, la agresión, la justicia ausente, la desazón, la
contaminación real y metafórica, la eliminación de la libertad de expresión. Se
reprime y silencia a los que piensan diferente y también a los que piensan…
parece que la consigna es: “no pensar”, “ser leve”, “mentiroso”, “traidor” y
“cobarde”.
Mentir,
acusar, descalificar, agredir, difamar, culpabilizar, dictaminar, decretar y
expulsar mintiendo, siempre la mentira cual signo de una administración
cacofónica, marcan la tendencia de comportamiento de los “neo-salvadores de una
Patria para pocos”… Un tanto confundido, escéptico, pero consciente en
intuición, no dudo ya que han existido pactos a espaldas del pueblo, nada ha
quedado librado al azar. De otro modo no se concibe tanta impunidad de la
plutocracia que manipula el destino de Argentina.
Ante
el accionar de Mauricio Macri, quien ha convertido en hábito el ignorar al
Congreso Nacional, con anuencia de sus integrantes, gobernando mediante decreto
presidencial, adoptando decisiones de abierto nepotismo, es mi deber como
amante de la democracia en pleno ejercicio de los poderes independientes, cual
ciudadano libre, discrepar y denunciar de manera rotunda la puesta en escena
del espectáculo “snob” mentiroso y ridículo de simulación y simulacro de este
presidente y todos sus cómplices, al margen de las rutinas democráticas.
Maneras
y modos al servicio de intereses muy particulares legitimándose en infringir la
ley, actitudes tomadas con total y absoluto desparpajo, publicitadas y
celebradas por las mercenarias corporaciones mediáticas de desinformación de
los personeros de siempre y sus crías, absolutamente al margen del acontecer de
la vida de la comunidad, sin aptitud ni actitud para recuperar la unidad de un
pueblo, hoy fragmentado, dividido y enfrentado.
¿Por
qué?, ¿para qué? se miente a diestra y siniestra acerca de logros jamás
alcanzados, de promesas de campaña electoral sin cumplir… ¿no se conocían los
informes de Panama Papers, cuentas offshore de Macri antes de que este
especulador fuera elegido presidente de Argentina? ¿Las usinas de inteligencia
y gobierno anterior han escondido todo al pueblo? Nos han traicionado y de qué
manera, los militantes de la degradación y la humillación de los pueblos.
Instancia habitual de gobiernos del mundo, pero con tal desparpajo, jamás.
He
discrepado asimismo con el gobierno kirchnerista, al cual no he adherido, salvo
en los logros sociales y en materia de Derechos Humanos, sin antecedentes a
nivel planetario, en sus condenas efectivas a los genocidas de dictaduras y sus
cómplices civiles; todo esto, habla muy bien del gobierno de Cristina
Fernández, quien no ha cesado de accionar contra el olvido y la persistencia de
la memoria, mal que le pese a los fascistas que hoy intentan instalar “otro
relato” de la historia argentina, los ridículos “golpistas” que engrosan las
filas del macrismo y sus aliados.
Sentir,
razonar y pensar libremente, interpelar lo real como lo imaginario, asumir las
responsabilidades teóricas y prácticas de vivir entre los hombres, existir en
un Estado de derecho, donde se cuide a la comunidad en educación, salud, medio
ambiente equitativamente en los límites de lo necesario y verdadero, para hacer
de esta vida algo digno de ser experimentado.
No
hay dudas de que Macri y su “corte de los milagros”, jamás lo instalarán cual
práctica de gobierno. Basta remitirse a las noticias e informes acerca de
negociados de todo tipo y calibre, siempre a favor de las finanzas del
espantoso “clan Macri”, blindado desde siempre, por gobiernos dictatoriales,
radicales, menemistas-peronistas y kirchneristas-peronistas y porque no decirlo,
por faranduleros y divas de TV basura.
En
toda esta trama de traiciones veladas, de artificios instalados para esconder
la trampa, se manipula el estado de ¿derecho? paquidérmico al universalizar
soluciones a problemas endémicos, a modo de consuelo de un pueblo con
beneficios de limosna, o ¿soborno? Se sepulta así, el sentido de República y se
elimina su destino.
Hemos
aprendido que la estupidez es insondable, no tiene límites, es infinita. Me
pregunto: ¿a qué hay que volver o ir, a la desesperación, al escepticismo ya
existente o al exilio involuntario? Mezcla de huida, de equívoca esperanza en
un ¿regreso sin gloria? Todo ya lo hemos vivido con la dictadura, el
radicalismo-alfonsinista, el peronismo-menemista, la alianza De La Rúa y Cía.
hoy potencializado con Macri cacofónico: todo conduce al nihilismo, al
desarraigo, al exilio, a la anarquía, al estoicismo como forma y acto de
vida-sobrevida.
Vivimos
en una Argentina en situación de sumo riesgo, con las defensas bajas, un estado
de cosas perfecto para que este sistema “totalitario” se haya instalado,
trayendo consigo todo tipo de signos de tiempos de dictaduras, asimilado a
nostalgias de disciplina o de obsesión de diferencia: la puerta abierta a
fundamentalismos, racismos, academicismos y mesianismos camuflados de mentiras
a repetición… y con la frecuencia en que se repiten los actos de vida y muerte
según transcurren los siglos, pareciera que los básicos, los nostálgicos de
inquisiciones, los creyentes por impotencia y cobardía, tienden a dominar,
esclavizar, proyectando sus miserias y deseos de sojuzgar.
Tengan
presente que el enemigo es inmortal, se replica en funcionarios de todas las
especies y colores, incluso, se instala en el que parece ser disidente al
régimen reinante, me remito a funcionarios y farándula. Hoy asimilados al
gobierno de Macri o en simulada oposición… Ah!, no existe una democracia
neoliberal, estimados lectores, es una alegoría al delirio, están divorciados
desde siempre.
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