TRUMP DESPRECIA A LA OTAN Y ALEMANIA: EMPIEZA LA SEDUCCIÓN A PUTIN
ALFREDO JALIFE
Esta vez no fue
con sus letales tuits, con los que tiene amedrentado al desfalleciente “México
neoliberal itamita”, sino mediante sonoras entrevistas a dos medios
conservadores muy bien seleccionados – The Times británico y el alemán Bild–
que Trump sacudió el alicaído andamiaje europeo, a unos días de su juramento
como presidente número 45 de Estados Unidos (EU), en franca decadencia
doméstica y global.
Trump desprecia
a la OTAN y Alemania: empieza la seducción a Putin
Luego de que
Marine Le Pen, puntera en la elección francesa, acudió a la Torre Trump en
Nueva York, el casi presidente 45 de EU pronunció la oración fúnebre de la OTAN
–a la que denostó de obsoleta–, conminó a otros países europeos a seguir el
ejemplo del Brexit y criticó a la atribulada canciller alemana Angela Merkel
por su catastrófico error de haber recibido a un millón de inmigrantes,
mientras anhela establecer buenos arreglos con Rusia con el fin de “reducir el
depósito de armas nucleares (https://goo.gl/Zj2lxO)”.
En contrapunto
a su actitud hostil contra el “México neoliberal itamita”, Trump desea un
tratado comercial expedito con Gran Bretaña (GB), lo cual expone la alianza
sempiterna de EU y GB contra el ascenso alemán desde la Primera Guerra Mundial,
que se prolongó 30 años después en la Segunda Guerra Mundial, y ahora prosigue
contra la supremacía geoeconómica teutona.
Muy ingenua,
Merkel nunca entendió la duplicidad de Obama, quien por un lado la engatusaba y
por otro enviaba a su generador de caos regional y global, el
israelí-húngaro-británico-estadunidense George Soros, a desestabilizar el euro
y a minar por dentro las estructuras civilizatorias europeas mediante el
flagelo migratorio, cuyos efectos deletéreos detectó mejor que nadie el premier
de Hungría, Viktor Corban.
En Europa no
ocultan su temor por la dislocación trasatlántica (https://goo.gl/PgI68B).
Trump no
disimula que favorece la balcanización europea estilo Brexit. Ya en una ocasión
preguntó a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, cuál sería el próximo
país en abandonar la Unión Europea (UE).
Trump alega que
EU pierde 800 mil millones de dólares al año en su comercio con la UE, un
vehículo de Alemania, a la que exige reciprocidad y con la que amaga una guerra
comercial.
Sin la obsoleta
OTAN, Europa queda desamparada, sin cobertura nuclear y a merced del oso ruso.
GB, dotada de
arsenales nucleares, ya no pertenece más a la EU desde el Brexit y sólo queda
Francia con su disuasiva forcede frappe atómica.
Recuerdo que en
una ocasión Newton Gingrich, a quien la revista Der Spiegel califica de
confidente de Trump en su reciente entrevista, durante el proceso electoral
consideró que una de las tres capitales de los países bálticos era un suburbio
de San Petersburgo.
En su
entrevista (https://goo.gl/1W8uS1), Gingrich fustiga a los apparatchiks de
Bruselas que se volcaron insensatamente por Hillary.
Merkel se
equivocó al apostar por Obama y luego, en forma impúdica, por la derrotada
Hillary.
Más allá de las
dos derrotas de Merkel en Siria y Ucrania, su peor error fue haber apostado por
la agónica globalización financierista, en su desprecio a los nacionalismos
–como el de Grecia, a la que humilló–, y en su postura soberbia durante el G-20
en la cumbre de 2014 en Brisbane (Australia), cuando fulminó contra el
anacronismo del zar Vlady Putin y sus caducas esferas de influencia del siglo
XIX.
El problema con
la malhadada canciller Merkel radica en su rusofobia que heredó,
comprensiblemente, cuando Alemania del Este estaba ocupada por la URSS, lo cual
trasmutó en su insensato sometimiento a EU, en especial con Obama, que jugó
doble con ella.
Merkel nunca se
dio por enterada de la legendaria perfidia británica, que la empina por tercera
vez en 103 años. ¿No hay geoestrategas en la admirable Alemania?
Breitbart,
portavoz de Trump, lo enuncia sin tapujos: Trump muestra su musculatura contra
los pilares del orden de la posguerra, lo cual causó perplejidad, conmoción y
rabia en Alemania, la UE y la OTAN (https://goo.gl/qpuaX4).
Sin gastos
militares creíbles, la UE prosperó –llegó a ser la primera superpotencia
geoeconómica global con la otrora divisa omnipotente, el euro, que hoy se ha
derrumbado y cotiza a la par del dólar– gracias al paraguas nuclear de EU
frente a la URSS y luego frente a su balcanizada sucesora Rusia.
Hoy Trump exige
la retribución europea cuando EU se agobió con su despilfarro militar.
¿Qué tan tarde
es para que la UE opere una defensa común que nunca le permitió EU?
El canciller
galo, Jean-Marc Ayrault, apela al antídoto de la unión frente al Brexit y el
trumpismo coligados, mientras Merkel considera que ahora “el destino europeo se
encontraba en sus manos (https://goo.gl/PFHNSW)”.
Sahra
Wagenknecht, líder de la oposición alemana del importante partido de izquierda
Die Linke, se pronunció por la disolución de la OTAN y la creación de un
sistema colectivo de seguridad que incluya a Rusia, en entrevista al medio
alemán Deutschlandfunk: La OTAN se encuentra en una posible vía muerta, y
remató que las declaraciones de Trump divulgaron despiadadamente los errores y
omisiones del gobierno federal de Alemania (https://goo.gl/xP94qJ).
A menos que
exista un futuro reparto del féretro de Europa entre EU y Rusia en aras del
G-2, por lo pronto, un sistema colectivo de seguridad de ambos implícitamente
los hermana militarmente en el teatro europeo extensivo hasta Medio Oriente.
The New York
Times (NYT), que se volcó por Hillary, abulta lo que considera los aspectos
negativos de Trump y dramatiza la incertidumbre mundial de los otrora aliados
de EU (https://goo.gl/4cRvYO). Resalta más la negatividad del NYT, que se ha
vuelto un vulgar vehículo de propaganda negra que niega el cambio del paradigma
global cuando el acercamiento de Trump y Putin tanto en materia petrolera (vía
Tillerson, de Exxon Mobil) como nuclear: desarme a cambio de levantar
sanciones.
El probable
acuerdo entre EU y Rusia define la piedra de toque de la nueva arquitectura
global, sustentada por las armas nucleares, a la que se deberán adaptar los
principales jugadores geopolíticos del planeta.
El asunto de
China es diferente y merece tratamiento especial, cuando Rusia se volvió el
centro del juego geoestratégico tripolar. Rusia se posiciona en relativa
equidistancia de EU y China. Hoy Rusia opera todavía más cerca de China,
mientras se acerca a EU, en la fase de Trump, ya sin la hostilidad de los
Bush/Clinton y Obama.
A la inversa de
Nixon/Kissinger en la década de los 70 –quienes cautivaron a China contra la ex
URSS–, 46 años después Trump intenta seducir a Putin con todo incentivo para
alejarlo de China.
El escollo de
Trump contra China es que Xi estableció una estratégica alianza, como la
publicitan, con Putin, en la fase de resurrección de Rusia, y que se ignora si
abarca el trascendental nivel militar nuclear.
A mi juicio,
that is the name of the new game: a lo que el mundo, en especial, los
principales jugadores, se tendrá que ajustar y realinear ante la vertiginosa
dinámica del nuevo orden geoestratégico tripolar y su tectónico cambio de
paradigma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario