¿PARA QUÉ SIRVEN
LOS DIOSES?
Aquí
estoy, con mi colega Jano, sentandos en el borde del calendario. Ya sabéis,
Jano, el dios de las puertas (con permiso de Jim Morrison), de los comienzos y
de los finales, de quien tomó su nombre el primerizo mes de enero.
Me
cuenta que está deseando cerrar la del 2016, pero que alberga dudas sobre si
girar el pomo del 2017. Tiene miedo. Ha visto de lo que sois capaces en 365
días y no las tiene todas consigo.
Me
confunde con Zeus, del que sabéis que copié mi look, y me pregunta qué debe
hacer. Entre risas, le propongo que lo someta a referéndum, y que haga lo
contrario de lo que salga. Recordamos los resultados de la consulta del Brexit,
el acuerdo de paz de Colombia o la propuesta de reforma constitucional
italiana. Rezamos un padremío por las almas políticas de Cameron y Renzi y
repasamos rápidamente los principales sucesos del 2016, el año en que jugásteis
a haceros los muertos, a ver si despistábais a los dioses: Mannequin Challenge
lo llamásteis.
Aparece
Júpiter, Poseidón, dios del mar, con su periódico favorito bajo el
brazo, que es La Marea, lógicamente. Y gracias a él recordamos aquellas
noticias por las que pasaron de puntillas la mayoría de medios del Imperio: que
la selva sigue llorando por la muerte de Berta Cáceres y otros casi 200
activistas medioambientales ¡en dos años!, que en Yemen hay una guerra ignorada
por el mundo, que en América Latina la pobreza vuelve a aumentar tras una década
de progreso…
Sin
ir más lejos, el último día del año ha llegado hasta nosotros el eco de las
bombas en Bagdad, una vez más. Buen momento para recordar que, después de siete
años de trabajo, número bíblico por excelencia, se presentó en este 2016 el Informe Chilcot,
que puso negro sobre blanco lo que era un clamor: que el gobierno Blair
manipuló la información sobre las armas de Sadam Hussein para justificar una
invasión que ya había sido decidida previamente con Bush.
Recuerdo
que estos dos genios tenían una mascota, Aznar, que hace poco dejaba la
presidencia de honor del Partido Popular. Y yo me pregunto, ¿puede tener honor
un partido imputado por corrupción y con su sede pagada en B? ¿Puede tener
honor un partido que promovió una guerra ilegal, injusta y falaz? ¿Puede tener
honor un partido que ante el mayor atentado terrorista de la historia de su
país se atrevió a mentir a sus ciudadanos sobre la autoría del mismo?
Mi
colega Jano continua dudando si abrir la puerta del 2017. Ha visto que la
Conferencia de Marrakech no ha supuesto ningún avance contra el cambio
climático, y que la elección de Donald Trump no augura ninguna mejora. Teme que
la contaminación llegue al cielo, y se pregunta qué día podrán salir a la calle
las deidades pares.
Aparecen
las aladas sandalias de Hermes, dios del comercio, quien nos reporta la última
hora del TTIP, y nos viene a la mente la Nuit Debout de París, ese pequeño 15M
francés que mantuvo durante 11 noches encendida la llama de la oposición a las
políticas neoliberales, verdaderos dioses del siglo XXI.
Jano
continúa dudando. Me comenta que este año habéis engendrado a un niño de tres
padres, el primero de la historia con ADN de tres personas: su padre, su madre
y una pequeña aportación de un donante. Tiene miedo de que pronto nosotros no
seamos necesarios…
Fijamos
la vista en un punto en medio del Mar Mediterráno. Enfocamos. Es una
embarcación llena de refugiados. Nos miramos, se nos ha quedado cara de tontos.
¿Para qué sirven los dioses?
Decidimos
abrir tímidamente la puerta del 2017 y que sea lo que Dios, vosotros, queráis.
Feliz 2017.
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