COCA-COLA EN LUCHA: EL PROTOTIPO DEL CONFLICTO SOCIAL CONTEMPORÁNEO
EDDY SÁNCHEZ
El 22 de enero
de 2014, después de una reunión por la mañana en un céntrico hotel madrileño,
los representantes de los trabajadores firman uno de los convenios laborales
más avanzados de todo el país, para a continuación, la dirección de la empresa
anunciar esa misma tarde a las 18:00 horas el cierre de la fábrica de
Fuenlabrada a través de un ERE.
Lo que el
Director de Coca Cola España -Marcos de Quinto- llamaba La Perla, por ser el
centro tecnológicamente más avanzado de Europa, y tras años de importantes
beneficios económicos, se cerraba sin ninguna justificación económica. Tras la
sorpresa vino la respuesta por medio de la organización de la huelga indefinida
el 31 de enero de 2014.
Desde ese
momento los trabajadores y trabajadoras han desplegado una secuencia de
acciones no conocida en la España del reflujo social de hoy: huelgas,
manifestaciones, Campamento de la Dignidad, boicot exitosos, estrategia
judicial eficaz, manifestaciones culturales inéditas como el libro Somos Coca
Cola en Lucha, documentales, aplastante presencia en las redes, campañas
virales como el video de las Espartanas de Navidades y nombres que forman parte
de la mitología social madrileña como son las Espartanas y los Espartanos.
La experiencia
de Coca Cola en Lucha sintetiza los elementos centrales del ejercicio de un
conflicto colectivo de nuevo tipo, germen de una nueva práctica sindical en el
marco de la España pos crisis. A tres años del conflicto, Coca Cola en Lucha
nos plantea una nueva tipología de conflicto social marcada por siete ejes:
En primer
lugar, ¿cómo plantear la acción colectiva en el marco de la subcontratación? El
elemento central no está en dónde se realiza el trabajo sino para quién
trabajas, de tal forma que da igual que tu contrato sea con Casbega, Coca Cola
Iberian Partners o Coca Cola Fuenlabrada; si trabajas para Coca Cola el
conflicto es con esa empresa.
En segundo
lugar, ¿quién es el sujeto del conflicto? Para ganar, el conflicto del futuro
debe tender a unir a todos los afectados por el mismo, sean trabajadores,
familias, el entorno social, o en el caso de los servicios públicos, los
usuarios. Si la empresa es global y en red, la respuesta debe ser global y así
socializar el conflicto particular.
En tercer
lugar, ¿cómo ejercer el conflicto? Para la nueva acción colectica no solo hay
una expresión del conflicto -la huelga- sino todas las acciones forman parte de
una misma estrategia: huelgas, concentraciones, manifestaciones, actos,
charlas, trabajo en redes sociales, herramientas judiciales, prácticas
culturales y demás formas de ejercer el conflicto. Para vencer a la precariedad
y la empresa global, la acción colectiva se acerca más a un formato de guerra
asimétrica que de guerra de posiciones.
En cuarto
lugar, ¿cuál es el tiempo del conflicto? En la era de la nueva acción
colectiva, ganar significa prepararse para dar conflictos de larga duración; el
conflicto social en el marco de la empresa global será duro, largo y fuente de
un inmenso desgaste.
En quinto
lugar, el nuevo conflicto social se libra también en la superestructura y el
marco de las ideas. Una de las claves de Coca Cola en Lucha y su acción
sindical, fue establecer desde el inicio la unidad con profesionales que pueden
ayudar a resolver el conflicto en favor de los trabajadores: juristas,
sociólogos, economistas, periodistas, trabajadores de la cultura, editoriales y
demás profesiones, con el objetivo de aportar sus conocimientos técnicos y
teóricos dirigidos a un objetivo central: desmontar los argumentos de la
empresa.
En sexto lugar,
la nueva acción colectica es totalizadora. Primero, al manifestar su acción en
el territorio, se logra pasar de un conflicto laboral particular a uno social
generalizado, para desde ese proceso, vencer a la empresa. Segundo, el nuevo
conflicto laboral se apodera de la redes, como forma de romper el aislamiento,
que se deriva de la fragmentación del obrero colectivo que impone la empresa
global.
Y en séptimo
lugar, la importancia de la identidad y el territorio en el marco de la nueva
acción colectiva. Coca Cola en Lucha mantiene un conflicto de larga duración
inédito, para lo cual se sirven de la construcción de una identidad colectiva
fuerte y épica a través de la imagen de resistencia –Espartanos-, de una
resistencia donde la mujer es protagonista central del conflicto -Espartanas-,
en la que construyen una nueva identidad obrera, a través de la identificación
territorial del conflicto con la periferia del Madrid global –el barrio y el
Sur de Madrid-.
El uso de los
elementos simbólicos como fue el Campamento de la Dignidad, las camisetas
rojas, el boicot, la presencia en todo conflicto social madrileño, decenas de
actos fuera de Madrid, las continuas concentraciones en las zonas comerciales
del centro de Madrid, así como el uso de las nuevas tecnologías y el
lanzamiento de campañas víricas a través de las redes sociales. Una acción
colectiva que forma parte de una guerra asimétrica, que ha logrado romper el
silencio de los medios de comunicación y el aislamiento y desgaste que la
multinacional quería conseguir.
Un conjunto de
enseñanzas y características que hacen del conflicto de Coca Cola en Lucha, uno
de los primeros prototipos del conflicto social contemporáneo
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