VICENÇ NAVARRO
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra
establishment mediático (los grandes medios de
información y persuasión) que influencian, están intentado crear un clima
político en el que se vea como inevitable la continuación en el gobierno de
Rajoy y el partido que lidera (PP), con la ayuda de Ciudadanos, con el cual
comparte tanto las líneas generales de la política económica (que
Rajoy ha llevado a cabo durante su mandato), como la visión uninacional
de España(heredada de la visión uninacional, existente durante la dictadura
que rigió este país durante cuarenta años), y la cultura franquista
profundamente conservadora(continuadora de la existente en aquel régimen
político). Ambas (la visión uninacional y la cultura franquista), persisten
y ninguno de estos partidos de derechas (ni el PP, heredero de
las derechas que dominaron el aparato del estado dictatorial y de la Transición
que le siguió, ni Ciudadanos, surgido en parte de las entrañas del PP) se
plantea cambiar. Los dos partidos han liderado la resistencia frente a la
recuperación de la memoria histórica y la promoción de los valores
republicanos, mostrando, a la vez, una gran hostilidad a la visión
plurinacional del Estado español.
¿Qué une hoy en día a las derechas españolas?
Tales dos partidos comparten, pues, tres elementos
claves que garantizarían un continuismo de las políticas económicas (que
favorecen a los intereses de las élites financieras y económicas, quienes
tienen una excesiva influencia en la vida política y mediática del país, y
ejercen su poder en contra del mundo del trabajo y del bienestar de las clases
populares), de las políticas nacionales (en contra, y con gran
hostilidad, del establecimiento de un estado plurinacional), y de las políticas
antidemocráticas (oponiéndose a la recuperación de la cultura
democrática proveniente de la República –promoviendo sus valores y la historia
progresista del país). Es difícil, en base a esta alianza PP-Ciudadanos,
concluir que este gobierno del Partido Popular, presidido por el presidente de
uno de los partidos más reaccionarios y corruptos que existen actualmente en la
UE, pueda presentarse como un gobierno de cambio.
Los silencios del establishment político-mediático
Esta campaña mediático-política, que intenta promover
la investidura del sr. Rajoy como presidente del Gobierno español, ha estado
silenciando que siempre había otra alternativa de gobierno, la cual es fácil de
demostrar que sería mejor, para la salud económica, política y social de
España, que el gobierno Rajoy, y que implicaría un cambio en cada uno de los
tres elementos claves que he citado anteriormente. En lo que refiere a la
política económica, se podría haber terminado con las políticas de
austeridad que han hecho tanto daño a las clases populares; en política nacional,
se podría haber iniciado el establecimiento de un estado plurinacional; y, en
política democrática, se podría haber facilitado la desaparición de
la cultura franquista y, en su lugar, iniciar la promoción de los valores
democráticos republicanos que han existido y persistieron entre las fuerzas
democráticas que combatieron la dictadura y que podrían haber sido la base de
una alianza que habría posibilitado la formación de un gobierno progresista. La
alianza de todas las fuerzas de izquierda con los nacionalistas catalanes y
vascos (todas ellas fuerzas políticas que lucharon contra la dictadura para
establecer un orden democrático) hubiera permitido que se fuera en la dirección
de estos cambios.
¿Por qué ello no ha estado ocurriendo?
Varias son las causas de que esto no esté ocurriendo.
Una de gran importancia, es el enorme poder de las élites financieras y
económicas que, como indiqué antes, ejercen una influencia claramente excesiva
y antidemocrática entre los mayores medios de información y persuasión del país
y sobre los aparatos del Estado central. Esta gran complicidad entre el poder
financiero y económico, por un lado, y los poderes mediáticos y políticos, por
el otro, es una de las características más importantes de la vida política del
país. El control del primero sobre la esfera mediática y política es casi
absoluto.
Otra causa de lo que está ocurriendo es derivada de la
anterior. Tal influencia financiera y económica ha sido especialmente aguda en
el Estado central bipartidista, y ha incluido al aparato del partido
mayoritario de izquierdas, el PSOE. Las declaraciones realizadas a favor de la
investidura del candidato del PP por parte de sus figuras históricas muestra su
complicidad con las mencionadas instituciones financieras y económicas,
apareciendo con toda claridad al observar sus relaciones y entramado de
intereses con tales empresas. No es por casualidad que sean estas figuras
históricas las que se oponen con mayor intensidad (podría decirse agresividad)
a explorar esta alternativa progresista de gobierno. Su argumentario -la
supuesta necesidad de garantizar la estabilidad gubernamental o defender
la unidad de España- oculta razones de tipo económico que son, ni más ni menos,
su profunda oposición a establecer cualquier tipo de colaboración y alianza con
Unidos Podemos, cuyas propuestas económicas, nacionales y democráticas
amenazarían claramente los intereses de aquellos establishments financieros y
económicos y, por lo tanto, de sus propios intereses.
¿Es posible la relación entre el PSOE y UP?
Es lógico y predecible que haya un temor en el aparato
del PSOE hacia la expansión de tal nueva coalición política (Unidos Podemos)
que, en parte, se ha hecho a costa del descenso del apoyo electoral del POSE.
Pero es un profundo error que, tal temor, sea fuente de tanta hostilidad hacia
UP, ya que asegura la persistencia de la derecha en el gobierno del país
durante muchos años. Tal hostilidad parece traducir una visión que asume que la
victoria de unos exige la derrota de los otros. Esta visión tiene consecuencias
enormemente negativas para España, pues, repito, garantizará el gobierno de las
derechas durante muchos años.
España, en su enorme variedad de culturas, tiene
necesidad, no solo de una, sino de muchas sensibilidades de izquierda. Hay hoy,
por ejemplo, un renacimiento de las izquierdas, portadoras de otra visión de
España, exigiendo una España más democrática, más justa y más plurinacional.
Esta visión está surgiendo de lo que los jacobinos definen como “las
periferias”. Estas fuerzas están aliadas con otra fuerza política nueva,
Podemos, cuyo surgimiento representa una fuerza con vocación claramente
transformadora y también portavoz de esta nueva visión de España que, junto con
la reconvertida IU, se ha convertido en el mayor motor de cambio en cada una de
las tres dimensiones citadas al principio del artículo: la económica, la
nacional y la democrática. El votante del PSOE no puede ver este hecho como una
amenaza, sino como el surgimiento de una gran coalición que puede ayudar a hacer
el cambio que el PSOE, en sus orígenes e incluso en la primera parte del
periodo democrático, exigía.
Es predecible que el aparato de tal partido se
resista, pues ven tal surgimiento como una pérdida de poder. Pero, más allá de
los partidismos (predecibles pero siempre negativos), el proyecto
auténticamente transformador se ha hecho (por primera vez en el periodo
democrático) posible. El enfado del militante y votante del PSOE no debería ser
hacia las nuevas izquierdas emergentes sino hacia los elementos de dentro de
tal aparato (reforzados por las figuras históricas) que están ahora
obstaculizando el cambio en las políticas públicas que las clases populares de
los distintos pueblos y naciones de España urgentemente necesitan.
Las responsabilidades del aparato del PSOE en la
situación actual
Muchos de los que esperábamos y deseábamos un sorpasso al
PSOE por parte de UP no basábamos nuestro deseo en un afán partidista de
aumentar los espacios institucionales de UP. Lo que deseábamos era,
precisamente, evitar lo que está ocurriendo ahora, es decir, que el aparato del
PSOE no prefiriera hacer un gobierno progresista, aliándose con UP y otras
fuerzas progresistas. Si UP hubiera logrado elsorpasso, hoy estaríamos
discutiendo sobre cómo realizar tal gobierno alternativo. De ahí la necesidad
de que ocurriera el sorpasso.
Siempre que se mantengan las coordenadas de poder
actualmente existentes en el aparato del PSOE, nos encontraremos en una
situación parecida, condenando a España a continuar con gobiernos de derechas.
Hace falta un cambio en el PSOE, con la movilización de sus bases, para
recuperar la vocación reformadora y transformadora que tuvo en su día. En
realidad, es sorprendente la falta de movilización de sus bases en vista de lo
que está ocurriendo en la mayoría de los partidos socialdemócratas europeos que
han estado experimentando rebeliones en sus senos frente a sus direcciones.
Estamos viendo, en Europa, como el descenso del apoyo electoral a tales
partidos, que se autodefinen como socialdemócratas, ha creado una movilización
de protesta frente a las políticas neoliberales aplicadas por sus direcciones,
y que ha alcanzado su máxima expresión en el Partido Laborista Británico. ¿Por
qué no está pasando algo semejante en España? El futuro de España puede que
dependa de ello.
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