INCESANTE...
DUNIA SÁNCHEZ
Incesante. El
martilleo imparable del tiempo bajo las cenizas evocadas por la mediocridad
humana. Estamos bajo los efectos de la
inconsciencia propagándose a través de espejos rajados de tanto y tanto
mirarnos.
Te escribo por qué
me apetece, me da la real gana de hacerte llegar el temblor de las arboledas
bajo la humareda de nuestras pisadas. Es terrible ¿Cómo sofocar tanta
malignidad? Me rompo, me escuecen las manos a medida que mis palabras
eclosionan esta carta. Jornada plomiza bajo los efectos de un viento que daña,
que desarticula cualquier maniobra para sofocar las llamaradas de la muerte. Ya
sé…ya sé que estamos en una estación veraniega. Pero qué más da, siempre hay
una garra ensangrentada y venenosa que irrumpe en el sosiego de estos días.
Ahora permanezco aquí sentada, frente a las noticias que se van derivando en
esta estropeada esfera. El me vigila. Sí, él, mi amor. Pasa detrás de mí
observando lo que escribo, lo que por mi mente pasa e implanto aquí. No me
pregunta nada, supongo esta sensible mujer disparando a lo que la hiere. Me
levanto. Me doy la vuelta, te dejo. El me mira. Una lágrima cae por sus
mejillas morenas.
XX: Pero que haces
mujer con esa carta. Ella ya lo sabe, lo sabe todo el mundo.
YY: Ya. Pero
intento compartir con su esencia cada gota de pena que me estremece.
XX: Bueno…bueno,
está bien. Pero no te entregues tanto a esas cartas. Te olvidas. Sí, te olvidas
de mí y te envuelves en un sudario de lástima.
YY: A alguien he
de expresar mis sentimientos. Tu..¡Tú no escuchas¡ Te aísla bajo los efectos
del alcohol. Como lo detesto. Ese olor que insuflas cuando me hablas. Cállate,
por favor. Mis manos se extienden sobre esta carta, esta tersa hoja que será
enviada con toda mi pasión. Tu no entiendes. Estás sordo. Sigue con tu bebida,
vas bien, un camino de hogueras que harán exaltarte en disparates.
XX: Déjalo, sigue
con tu carta. Me voy.
Aquí estoy de
nuevo. Se ha ido. No soporto su aroma. Me desgarra a igual que las cumbres
nevadas de siluetas de fuego. Espero que
esto termine pronto. Ahora te dejo. Me
asomo, el calor es agobiante, anunciador de la desgracia. Pero todo tiene que
terminar…sí irse lejos, muy lejos donde el infierno latente no nos aceche.
Adiós querida, soy ausente, soy vertical monte que se queja y queja, soy ave
asustada en los paisajes calcinados que antaño eran bellos, muy bellos ¡Ay la
belleza¡ Armas arremeten a la madre
tierra, armas mortíferas para su continuar, para su auge en lo perfecto.
Se despide yy
Incesante. XX
regresa aun más embriagado. Acapara así sus gemidos, yy lo detesta. YY se va
hacia la ventana, una corriente erecta de humo impregna este aire que
respiramos. Se desvanece, XX la mira, es
huida de todo horror, de todo llanto.
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