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lunes, 11 de julio de 2016

TODOS SOMOS MESSI EXCEPTO MESSI

TODOS SOMOS MESSI
 EXCEPTO MESSI

DAVID TORRES
La condena de Leo Messi a 21 meses de cárcel por defraudar a Hacienda y su enésimo desastre con la camiseta argentina refuerzan la sospecha de que el mejor delantero de los últimos años estaba destinado a ser español, español, español. Aunque sólo fuese para cumplir el trámite, como Piqué, y acceder a la escuadra catalana en el momento en que ésta se fundara o fundase. Piqué marca goles a regañadientes bajo los acordes de la marcha real granadera, del mismo modo que los marcaría Messi si en el césped lo asistieran Iniesta o Busquets. Quienes comparan a Messi con Maradona, y aun lo ponen un escalón por encima, olvidan que aquel gordo genial ganó dos scudetti él solo con el Napolés y un Mundial en el que contaba con la dificultad añadida de jugar no exactamente solo sino al lado de diez argentinos más. Como me dijo un amigo rioplatense: “Che, pibe, aquel equipo eran Diego y diez picapedreros”.

Para hacer olvidar el último batacazo futbolístico y centrarse en lo que realmente le interesa, el Barca ha puesto en marcha una campaña de apoyo a su estrella con el lema “todos somos Messi”. Que podía haber sido mejorado llevando la generalización un paso atrás: “todos somos Messi excepto Messi”. Para ello han solicitado a la afición que apoyen no a un magnífico jugador sino a un delincuente convicto y confeso mediante una campaña en la que se fotografíen con las manos abiertas, como símbolo del 10 que lleva estampado en la camiseta. También podían haber pedido que se fotografiaran con las manos esposadas de camino al trullo, o mejor, con las manos portando un billete de 10 euros para ayudarle a pagar la multa.

Lola Flores inventó el crowdfunding (vulgarmente llamado “colecta”) en 1989 cuando pidió por televisión a cada español que contribuyera con una peseta a taponar el agujero que había dejado ella en Hacienda. La directiva del Barca ha actualizado la democrática iniciativa de la tonadillera al proponer un solidario ejercicio de crowdefrauding, donde corroboran que, en efecto, el Barca es más que un club: es casi un país. Concretamente España, la única nación del mundo donde se vota a los criminales, se aplaude a los ladrones y se respalda a los defraudadores fiscales. Messi, que empezó emulando a Maradona en los campos de fútbol y ha seguido imitando a Lola Flores en el camino del martirio público, podría acabar desbancando a la Pantoja cuando casi la sacan de la cárcel a hombros. Más español no se puede ser.

El único peligro que corre Messi con la invención del crowdefrauding es que el personal acabe por confundir los motivos por los que se le idolatra y el pobre hombre termine con un doctorado honoris causa como Mario Conde, Rodrigo Rato o Díaz Ferrán. Cuando yo trabajaba en el ya extinto Crisol de Goya, un domingo entró a comprar el periódico Ana Belén, intentando pasar desapercibida tras unas enormes gafas de sol, y se encontró con una muchedumbre de gente que hacía cola para pagar. Entonces le preguntó a uno de mis compañeros si no podía hacerle el favor de cobrarle, pero él respondió que no, que eso era responsabilidad de la cajera.

-Tú no sabes con quién estás hablando.

-Sí, con la de Zampo y yo.

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