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domingo, 31 de julio de 2016

“LA LIBERTAD ES NOTICIA”

“LA LIBERTAD ES NOTICIA”
POR EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
Nada se instala por encima de nuestra libertad, nada por encima de la verdad que debe imponerse a cualquier costo: llegar a ser naciones libres y soberanas. Basta de estafas, mentiras!, basta de elecciones fraguadas en los hornos de las redacciones de los medios!, basta de exclusión!, basta de promoción desde centros mediáticos de la oligarquía, a inseguros, cobardes, mezquinos, parásitos, incapaces, ignorantes… los que crean crisis inexistentes, al precarizar, para luego vender el patrimonio del país, tal el caso de la supuesta “crisis energética instalada en Argentina”.

Ah! sumándome a la propuesta del presidente de Ecuador, Rafael Correa, pienso, que ha llegado la hora, de llamar a votar a los habitantes de los pueblos de Latinoamérica, si personas, con cuentas en paraísos fiscales, ¿pueden ocupar funciones en gobiernos?, se impone hacerlo ¡ya!

La libertad se eleva por encima de todos los pactos celebrados a espaldas del pueblo, por presidentes, expresidentes, sindicalistas devenidos en neo-oligarcas mentirosos, y asimilados a mercadear las libertades y la cultura de los pueblos. Debemos elevarnos más allá del común denominador del yo y ser libres; el resto para cobardes, no hay espacio para tibios, ¡ya no!

Un ejemplo, que creo sintetiza mi pensar acerca de que todo lo que deba ser hecho, se hará: ¿Quién hubiera pensado o intentado pensar, hace un par de décadas, que Mauricio Macri, se convierta en presidente de la República Argentina?

Y bien, parece que lo es, ¿no?… parece broma, pero no; no sé si felicitar a quienes lo han votado o darles mi más sentido pésame… Y anuncio desde esta columna, que dentro de un tiempo, no lejano, Marcelo Tinelli puede sin lugar a dudas ser un candidato a la primera magistratura de la Argentina, de no producirse un giro de 180º en nuestras vidas, siendo patriotas, solidarios, inteligentes, libres y sobre todo, tomando conocimiento, que no se puede jugar con las vidas de los habitantes de una nación, como Argentina.

Ha bastado todo un aparato de publicidad montado, apuntalado por las corporaciones económico mediáticas oligarcas, cómplices de dictaduras cívico-militares, para que estos casuales personajes, ajenos a la realidad social y política de una nación, lleguen a puestos en el pasado considerados de trascendencia…

La historia muestra que se puede, al menos temporalmente dar un vuelco, gracias a la voluntad liberadora e inspirada de hombres y mujeres que no admiten ser explotados y perpetuar el fraude de nuestra historia. Historia fraguada en la clandestinidad. Se trata de preparar nuestras mentes para la lucha vital por la lucidez, y eso significa que hay que estar siempre buscando cómo conocer el propio acto de conocer, haciendo de lado privilegios que reciben legisladores bien rentados, que ya no se representan ni a sí mismos.

Solo el “derecho colectivo a soñar” puede equipararse en importancia con los derechos humanos, en su concepción más amplia: económicos, sociales, culturales y de la persona. El orden vetusto ya no tiene espacio para quienes somos herederos legítimos de una tradición donde el conocimiento implica responsabilidad y el pensamiento tiene un sitio de honor en la vida de nuestra comunidad.

El derecho a soñar es sinónimo de búsqueda de alternativas, en una construcción social cotidiana o en la elaboración de conceptos y teorías que promueven el bien común. Una apuesta a comprender de otra manera nuestras vidas en solidaridad, junto con múltiples y variadas relaciones entre los seres humanos.

Espero que este “derecho colectivo a soñar” y cristalizar en realidad esos sueños, sea asimilado por todos los habitantes del planeta. Leer constituciones, saber que somos pueblo, que somos futuro, que conformamos los estados… para luego, hacérselo saber a presidentes desenfocados de las necesidades de sus comunidades, al producir indigencia, discriminación y una censura sistemática a la libertad de expresión… presidentes mezquinos, ávidos, inseguros, incapaces que instalan un estadio de pesadilla, propios de tiempos de dictaduras, en confrontación clara y directa con los pueblos.

La esclavitud, sutilmente, suavemente, cruelmente, se está instalando en esta tierra. Nunca dejó de estar presente, pero bajo simulaciones de inútiles democracias. El desparpajo tomó perfiles atroces… el modelo neoliberal sangriento, represor, donde la libertad de expresión, insisto, esta eliminada, nos convierten en víctimas de la desidia de los ricachones, los oligarcas y sus trolls rentados.

Si la ley es el límite, la legitimación a favor de las burguesías oligarcas y corporacionistas, excede abundantemente a la propia ley; son la coartada de la ley, su límite ilimitado.

Con todo, el pueblo, sobrevive: agredido, herido, humillado, a veces mutilado, pero aún activo y despierto, en acto, para desobedecer al destino adverso que le programan los cínicos corporacionistas, entre los que se cuentan: periodistas, legisladores, políticos, profesionales de todo tipo y cariz, farándula, sindicalistas, uniformados, arrastrados tilingos/as… y la lista se extiende hasta terminar con el último de los infelices que conspiran, a pleno sol, contra el destino de un pueblo conformado por hombres y mujeres de todas las edades y tendencias, aguardando existir en un mundo donde sean actores de sus vidas, en una misma sociedad, donde la dignidad, hoy ausente, tenga un sitio de privilegio.

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