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miércoles, 18 de mayo de 2016

A PROPÓSITO DE USTED Y DE MÍ

A PROPÓSITO DE USTED Y DE MÍ

GUILLERMO DE JORGE
Todos los días nos levantamos inquebrantablemente para luchar por un trozo de pan con el que poder llenar nuestras bocas. Nadie, absolutamente nadie, nos ha dado un teorema o una clave irrefutable con la que poder sobrevivir a esta vida, y así, sortear los obstáculos que al paso alguien se empeñó en ponernos en medio: nadie.

Confieso que a veces es duro digerir todo ésto que nos sobrepasa a menudo -miro a los ojos de mis hijos y pienso: debes de seguir luchando por ellos-. Sin embargo, cuando las fuerzas parecen flaquear, un hombre o una mujer que se precie sabe que debe de coger todo aquello que le pertenece, triturarlo todo en una inmensa e incomestible bola y comérsela, poco a poco, mientras que sus hijos viven en ese mundo tornasolado que somos incapaces de destruir.

Hablo en defensa propia. Hablo porque tengo la irremediable necesidad de respetarme a mí mismo, es decir, de respetar a cada uno de vosotros, querido lector, que semana tras semana, lee artículos: no me queda otra opción, no quiero otra alternativa.

Y hay días que empuñar la pluma se me hace difícil. Y me dan ganas de llorar a manos llenas cuando oigo hablar a un padre con cincuenta y dos años y con familia, que aún cobrando la paga de apenas cuatrocientos euros tiene que buscar comida en los contenedores de basura,  y sabe que el próximo año seguro que perderá la única ayuda que le queda: Y clama al cielo, y al dios del lugar, y pregunta al vacío que qué va a hacer entonces, si ya con su edad muchos no dan ni un duro por él. Y también se me hace difícil ver como los negros piden un trozo de pan en las aceras, mientras que recuerdo a mi padre -negro, como un tizón-, cuando nos contaba cómo vino a España, de polizón en un  barco, con apenas catorce años en los bolsillos y la piel negra, recordad, como un tizón.  Sin embargo, sigo viviendo día a día, porque no me queda más remedio, a pesar de la crisis que nos ahoga, a pesar de la subida del I.V.A que nos lleva al abismo, a pesar de todas las cosas: a pesar de tí y de mí.

Y sin embargo, sólo me queda la certeza, que estas torpes y torvas manos que han escrito este artículo ha sido a propósito de usted y de mí. Que está dedicado a todos aquellos que como el que aquí suscribe estas palabras está cansado de tanta injusticia y de tanta soledad. Que este artículo se que no estará encumbrado en los anales de la historia, ni tampoco será premiado como un artículo esclarecedor que nos enseña algo nunca visto.

Este artículo ha sido escrito única y exclusivamente para todos aquellos que son de carne y hueso y que, de una forma u otra, sufrimos esta mezquina y miserable crisis que no podrá con nuestros sueños, con nuestras ilusiones, con ninguno de nosotros: os lo aseguro.

Guillermo de Jorge
#guillermodejorg

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