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sábado, 9 de enero de 2016

Señor Antona, ¡si pero no!

Señor Antona, ¡si 
pero no!

Cándido Quintana

Portada de Diario de Avisos, el número 2 del PP en Canarias, el palmero Asíer Antona dice, entre otras muchas cosas que poco me interesan, que “CC va a desaparecer si no abandona su estrategia caciquil propia del siglo XIX”. Sin duda, una frase perfectamente preparada para la ocasión, en la clásica estrategia de arañarle votos a un partido muy cercano, casi hermano.
 Este es un claro ejemplo de que cualquier político, por poco que nos guste o muy malo que sea, dice a veces cosas interesantes ajustadas a la verdad. Lo malo y muy grave que viene sucediendo en Tenerife es, sin ningún tipo de dudas, achacable a Coalición Canaria y a sus formas caciquiles de gobernar. Y siguen instalados en el poder con las ayudas que sabemos, de ellos también.
 Y el concepto caciquil abarca un amplio abanico de artes oscuras, siempre interesadas para los caciques de turno. Son tantos los casos a enumerar que me alargaría demasiado, sin salir de Santa Cruz, la Celgán y el PGO o el Mamotreto y Las Teresitas son claros ejemplos recientes de ello. Pero a pesar de esto, señor Antona, NO cuente con mi voto, porque...
 Por si se le ha olvidado, son muchos los respaldos de su partido a estas míseras formas de actuar o a dirigentes de Coalición Canaria que encajan en su discurso, como, por ejemplo, a Miguel Zerolo. Si prefiere, hablamos de Carlos Garcinuño o de CristinaTavío, etc., y de sus decisivos apoyos en iniciativas caciquiles de CC. Resumiendo, “primero hay que limpiar nuestra casa para poder criticar la suciedad de las de los demás”. Y esta reflexión la hago extensiva al PSOE también.
 Pero claro, ustedes no sólo no limpian vuestra casa, sino que ayudan constantemente a ensuciar la de Coalición Canaria en esa estrategia caciquil, y esto es mucho más grave. Y no sólo me refiero a esas iniciativas a las que me he referido o al apoyo dado de forma continuada a ese ex alcalde condenado y multi-imputado, sino, rebobino, al respaldo o los silencios cuando, tras dejar un conocido bagaje de “juzgado de guardia”, lo elevaron a los altares del Senado, para, ¡claramente!, dilatar sus causas, como ha sucedido. ¡Un poco más de congruencia, por favor!
 © Cándido Quintana

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