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miércoles, 2 de diciembre de 2015

ANTES DE QUE LLEGUE UN INVIERNO MORTAL

ANTES DE QUE LLEGUE UN INVIERNO MORTAL

LUIS MORAGO - AVAAZ
Queridos amigos y amigas:

Están huyendo del terror... Escapando de una violencia tan brutal como la de los atentados que han sacudido París, Beirut y Bamako. Y aun así, a menos que actuemos ahora, corren el riesgo de convertirse en chivos expiatorios.

Hoy más que nunca, miles de mujeres, hombres y niños están llegando a las fronteras de Europa -- hambrientos, exhaustos, enfermos -- con la única esperanza de que alguien abra pronto una puerta y que la pesadilla de la que huyen se haya terminado.

Pero el mal tiempo acecha y la perspectiva de un invierno gélido, que para muchos podría ser mortal, no está moviendo a los gobiernos a actuar. Al contrario, están construyendo vallas cada vez más altas para mantener fuera a los refugiados.

Ahora nosotros, la gente corriente, somos la principal fuente de esperanza de aquellos que se encuentran atrapados entre los muros de la vergüenza de Europa.

Si somos muchos los que aportemos una pequeña suma ya, podremos financiar un proyecto de la ONU para que miles de personas bloqueadas en las fronteras, desamparadas y expuestas a un frío glacial puedan llegar a centros donde estarán protegidas y a salvo. Además, haremos campañas para ayudar a cientos de familias de refugiados a encontrar cobijo para el invierno.

Esta es una de las mejores formas de decir a los extremistas que el mundo no se va a dividir. No hay tiempo que perder. Únete para llevar esperanza al otro lado de las vallas:

Desde los bosques de Eslovenia hasta las islas griegas, pasando por las calles de Londres y Berlín, profesores, pescadores, pensionistas y jóvenes, incluidos muchos miembros de Avaaz, han dado un paso adelante para tender una mano a decenas de miles de refugiados -- ellos son los héroes olvidados de esta tragedia que crece cada día. Durante los últimos 5 meses, nuestra comunidad ha financiado operaciones privadas de rescate marítimo que han salvado miles de vidas, y ha puesto en marcha un proyecto en el que miles de miembros de Avaaz han ofrecido apoyo, e incluso alojamiento, a quienes huyen de la guerra. También hemos montado una potente campaña de 1,2 millones de firmas gracias a la cual hemos podido presionar a los dirigentes mundiales para que ofrezcan asilo a cientos de miles de refugiados.

Los recientes atentados han hecho que esta batalla sea ahora mucho más ardua. Pero, si recaudamos lo suficiente, podremos realizar todas estas cosas:
Ayudar a la Agencia de Refugiados de la ONU a facilitar los vehículos necesarios para transportar y proteger a miles de refugiados indefensos, bloqueados a lo largo de las fronteras europeas, para que puedan salir de los puntos de llegada, situados en tierra de nadie, y llegar a centros de tránsito o de acogida donde estén a salvo.
Lanzar una campaña para garantizar que Grecia facilite a los refugiados un acceso seguro y legal a su frontera terrestre como forma de evitar más muertes por ahogamiento.
Aumentar la presión a los gobiernos europeos para asegurar que cumplan y amplíen su promesa de trasladar y acoger a refugiados por toda Europa inmediatamente.
Llevar a cabo acciones estratégicas rápidas para contrarrestar el alarmismo y el odio hacia los refugiados.
Es fácil caer en el desánimo por la tremenda magnitud de esta crisis y sus causas fundamentales. Aun así, esto no puede ser excusa para no actuar. Nuestra increíble comunidad se creó para momentos como este -- vamos a apoyar a estos hombres y mujeres valientes que desafían a la muerte y al terror luchando por la seguridad y la libertad de sus pequeños y sus mayores. Y apoyemos también a los héroes olvidados que, día tras día, trabajan sin descanso para mantener vivas las esperanzas de los refugiados.


Ya sea en respuesta al ciclón más devastador de la historia de Birmania o a la terrible epidemia del Ébola… Cuando otros recurrían al cinismo y a la desesperación ante sobrecogedores peligros ambientales o sociales, nuestra comunidad mostraba, una y otra vez, una combinación única de humanidad, coraje y determinación. Y vamos a volverlo a hacer.

Con esperanza y gratitud,

Luis, Emma, Mais, Marigona, Antonia, Ricken y todo el equipo de Avaaz

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