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sábado, 28 de noviembre de 2015

HOY: Y SIN PRECEDENTE, SIN TÍTULO...

HOY: Y SIN PRECEDENTE, SIN TÍTULO...

El Padre Báez.
Ayer, día 25 de este mes de noviembre, fui invitado -entre otros- a la presentación de la Estrategia de Medio Ambiente, como fruto de una colaboración prestada por un servidor -entre otros varios y distintos invitados-, en las oficinas del Centro de Guiniguada, donde el Jardín Canario y ello -la invitación- por parte del Consejero de Medio Ambiente, Emergencias y Participación Ciudadana, el mismo que es y se llama Juan Manuel Brito Díaz, persona encantadora -al margen haya dado la orden de eliminar la joya cáprica o caprina, la cabra guanil-, y allí nos encontramos en pleno, la plana mayor de dicha Consejería y las personas profanas o ajenas a la Institución.

La que previamente nos había escuchado, y ese vaciado de las aportaciones de nuestro trabajo previo, fue presentado al nuevo Consejero. En la recogida de datos por nuestra parte, la anterior Consejera del Miedo, no asistió, y sí éste ayer a petición de un servidor. Fue un trabajo de cara a cuatro años donde se recogió nuestras ideas o ayudas desde fuera del gremio, en seis apartados o grupos de sugerencias aceptadas y aprobadas como objetivo a llevar a cabo o poner en práctica; aparte de esta oficialidad en invitación para tal evento, un servidor recibió con anterioridad -a título personal- el escrito por parte de Don Carlos Velázquez, el Ingeniero Jefe de reforestación -el mismo, que anoche me pedía asistiera próximamente a una reunión a tres con el Consejero Brito, él mismo y un servidor próximamente, en fecha por convenir-.

Pues allí estuvimos, y en seis apartados con sus correspondientes puntos o números, se expuso al Consejero y demás asistentes, desde la Casa Cabildicia y a los de fuera de ella. Y, abierto el turno de palabra y consiguiente diálogo, abrió fuego un servidor para decir (en resumen): el medio natural, contrario a su propio fin dado por la Historia y tradición es y ha sido para trabajar, y no solo para disfrutar, hecho en el que se había ampliamente subrayado (nada sobre el trabajo en el medio natural); tuvimos que escuchar la exposición de lo recogido, en voz del jefe del Servicio el ya citado, a quien dije compartíamos el nombre; un servidor Fernando y el Luis Fernando, quien subrayó profundamente el tema de la pinocha de la que un servidor dijo que mucho, mucho y demasiado sobre la pinocha y su recogida, para envenenar la tierra con su resina (la quieren para estiércol o compost).

A la par que el tema o asunto sobre los pastos y agricultura sin citarlo ni una sola vez, objeto del medio ambiente y obviado o solo de pasada, que cuando nos dijo algo de lo recogido sobre ganadería -débil y superficialmente, como de paso y por encima o la sola cita de la palabra-: Ustedes -les dije- se encargan de matar la mejor y única raza de cabras, la solicitada por varios países y distintos continentes, y ustedes -les subrayé- las matan -previamente le había dicho un servidor al Consejero (persona amable y encantadora como pocas, donde las haya en política),- que dejara -a la par que le pasaba la mano por su calva -a pesar de su juventud-, que dejara en buen lugar al coleta Pablo Iglesia -tan contrario a él en asuntos capilares-, y ante exceso de confianza tal, ampliamente sonrió y eso ayudó a relajar el ambiente.

Pues no en vano ante mi presencia le noté algo nervioso -por tal broma, como es lógico sonrió amablemente- añadí (entre otras), que no podemos abandonar el pastoreo y agricultura a favor del deporte, pues la isla se está convirtiendo en pista de correr en eventos de todo tipo de carreras por todas partes, organizados por los 21 ajuntas y mientos, como también le definí de paso el “miedo” por el “medio” -que ya sabían (me dijeron)-.

Por supuesto, al comienzo de mi intervención subrayé, el agradecimiento por la escucha del pueblo, entre los que me encontraba a pesar de serles una piedra en el zapato o la voz más crítica contra ellos, pero que en todo caso era la voz del pueblo, el mismo que era masacrado por ellos, con multas por todo y por nada y mi ruego y súplica a tantas autoridades del Medio (miedo) Ambiente, controlaran a los agentes o a su propia policía, que tiene asombrado al campesino entre los que no se encuentra ni uno solo que no haya sido multado; razón, por las que llueven las amenazas por parte de ellos, en defensa del propio pueblo, que habla de cometer asesinatos -les dije-, como única forma de liberarse de tanta tiranía y opresión, y que insistí, frenen y reduzcan esa política recaudatoria, para evitar la que se avecina.

Por supuesto hubieron otras sugerencias y críticas, entre las que sobresalieron las de José Ramón M. G., de Moya -que fue la mejor de todas-, con reproches sobre el agua, el REA, entre otras sugerencias y crítica, digna de ser publicada en periódicos que comprados, nada dicen para no herir u ofender a los que dejarían de publicitarse y se han vendido a ellos, comprados por el Cabildo.

Digo, que el tono verbal en terminología era tan alto o técnico -les dije-, que un servidor -a pesar de haber pasado por tres universidades (Sevilla, Salamanca y Madrid) me fue incomprensible e ininteligible tanta verborrea fuera del alcance medio, salvo la intervención del citado moyense, lo cual manifestaba y dejaba bien a las claras, el divorcio que existe entre ellos y nosotros (ellos: los del Miedo; nosotros, el pueblo que los sufrimos o padecemos).

Respetuoso el Consejero, asistió para escuchar, cosa que hizo con evidente interés, y en torno a una mesa con algo que picar y tomar, acabó un encuentro realmente positivo, y en cuya dirección de evento similar vamos a seguir -se nos dijo- encontrándonos, que ya es bueno. Me consta que la persona que más sufre, dentro de ese colectivo es el citado Don Carlos Velázquez porque tiene que lidiar con compañeros que no están -ni allí estaban- de acuerdo con su política de diálogo y escucha, sino la propia de ellos: la de masacrar al pueblo con normativa llevada al extremo de no escuchar a nadie y multar a todos, como quedó reflejado y repetido.

Solo espero -que cabras al margen, para las que a tenor personal, el citado Don Carlos decía dejarlas cercadas en un amplio espacio, en su propio medio, si bien reducirles el dicho espacio entre algunos barrancos y riscos, en su propio hábitat, para que sigan ellas, y seguir ellos en sus reforestación, medida que a un servidor le parece salomónica-. Pendiente queda ese encuentro a tres, del cual espero mayor compromiso por parte de la Institución y Consejero, del cual les daré -en su día- la pertinente información, como en esta ocasión, en la que con respeto y estima me escucharon y recibieron con muestras de simpatía y amistad, a pesar de los palos que a diario les doy.

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