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martes, 15 de septiembre de 2015

Tercera Instancia: Repliegue (Big Relato)

Tercera Instancia: Repliegue (Big Relato)
Tercera Instancia: Repliegue (Big Relato, ISBN 978-987-02-2660-4, Eduardo Sanguinetti, 2007) Fotografía tomada el 13 de setiembre de 2015
Eduardo Sanguinetti,

Filósofo y Poeta Rioplatense
Una metáfora científica me pisa los talones. Es sistemática y metódica. 
La esdrújula ha mediatizado mi albedrío... 

¡Socorro! ¿Dónde estás corazón?
Un rumor, una niebla, un sueño.

Cerré los ojos y el aire resbaló. 
La sensibilidad consumía inquietudes y caminos. 
Y es imperativo caminar. Hacer de la voz un espacio posible, para que caigan conceptos y formas. 

Te preguntas, yo también me pregunto.
Y la gran prostituta de la noche abrió su boca poderosa, quiso morderme el alma, mientras me perdía entre las sábanas, pero el sol impuso su criterio.
Intento restaurar mi vida. 

Caí en la profundidad de los significados. Olvidé vivir en la superficie. 
Tirame una mano, o mejor tirame una moneda. 
Un beso pronto se olvida. He pasado por infinidad de besos. Debo cambiar de calle.

Una mujer, una hipótesis, una línea maestra, un vientre. 
Pasa el aire, la página. Pasa la segunda década del tercer milenio.

Tú pasas con una idea fija. Pero no veo tus ojos en el momento exacto en que disparas la mirada. 
Sobre la artrosis de la tarde, una palabra que ni siquiera tiene ruido, amando o amado, si le quitas la ene... 
que es una participación más pasiva y unívoca de deshacerse en todas direcciones.

Las iniciativas me miran con euforia. Yo miro hacia otra parte. Me resisto a iniciar. Se rompe el todo armónico. 
Yo rompo mis zapatos, soy un poco más que humano. 
Deseo llorar esta noche, pero me es imposible. Necesito un estímulo, una tragedia griega. 
Sin embargo entró un dolor antiguo. 

Niños tirados entre moscas sobre arena lejana. Hambres de inicios de milenio. 
El frío nos recorre en pleno agosto. 
Existe un silencio enteramente cómplice. 
Un cansancio que suena sin ritmo ni ironía. La clave no es el grito, ni el golpe contra el suelo. 
Alguien quiso destruir el cielo. Otros fulminarán la tierra.

Se necesitan un hombre y una mujer dispuestos a besarse en la boca... las máquinas de amar aceitan sus piezas... esta noche contemporánea y húmeda pisa las escaleras.
No se si me has encontrado, entre tantos puntos. 
Juro que anduve por allí hilvanando energías, alguna tibieza... el sol se proyecta en el párrafo vacío.
¡Quieta!, no saques conclusiones todavía... somos como somos y la realidad es un invento en exteriores... esta noche contemporánea y húmeda pisa las escaleras... no sé si me has encontrado entre tantos puntos... pasarán los años. los límites se borrarán y el ángulo recto perderá su frescura... me alegraría abrazar el círculo... 
Dame tus manos, boca, pechos, caderas, muslos, piernas... Dame toda esa carne... 
Hoy es fácil olvidar la pureza... en una inversión de causalidad.

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