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miércoles, 12 de agosto de 2015

RATO Y LA CANCIÓN DEL VERANO

RATO Y LA CANCIÓN DEL VERANO

DAVID TORRES

Muchos periodistas se quejan de las listas negras del PP, pero la verdad es que luego nos dan un titular cada vez que abren la boca. Algunos, sin abrirla, nos dan una novela negra. Para variar un poco el tono petróleo, este año Rodrigo Rato ha entregado lo que podría ser la letra de la canción del verano, ese engendro de la canícula que, desde el eclipse de Georgie Dann, va por ahí como pollo sin cabeza.

“Hablé con el ministro de todo lo que me está pasando”. Nadie lo sospecharía viendo su trayectoria política, hotelera y judicial, pero resulta que Rato guarda en su interior un poeta. “Lo que me está pasando”. Las gafas macroeconómicas del ex ministro (artífice del auge económico de la era Aznar, que seguimos disfrutando) se corresponden con las lentes redondas de John Lennon. “La vida es lo que te pasa” escribió Lennon en una célebre canción dedicada a su hijo, “mientras estás ocupado haciendo otros planes”. Al genio rebelde de los Beatles le pasó por encima el amor al ver a Yoko Ono, una mujer a la que muchos fans todavía no perdonan, y una década después un lunático perturbado armado con un revólver, a quien no perdona nadie. Los planes de Lennon eran, primero, continuar al frente del cuarteto más célebre de la historia y, después, seguir vivo, pero la vida, en efecto, es lo que te pasa. Fijo que en los planes de Rato no estaban la humillación de entrar en un coche de policía a la hora del telediario, las diversas imputaciones por blanqueo de capitales y las investigaciones de la Agencia Tributaria.

El presidente Mariano, que lleva de vacaciones prácticamente desde que empezó el calor más los tres años anteriores, tuvo un momento bastante delicado con la prensa en el balneario de Mondariz, básicamente porque aún no se sabía la letra. Llegó a desoír hasta cuatro veces la pregunta de los periodistas para que diera su opinión sobre lo sucedido, lo cual tampoco es ninguna marca personal en un hombre cuya relación con los medios consiste en puntos suspensivos. Resulta asombroso que aún haya periodistas que acudan a una rueda de prensa de Mariano. Para lo que dijo ante los micrófonos bien podía haber enviado un robot de cocina.

A su mutismo habitual, el presidente ha añadido dotes de adivinación, al mejor estilo Paco Porras: “El ministro del Interior dará la respuesta el viernes pero no va a haber nada de particular, como verá usted el viernes”. Siempre se ha dicho que Mariano maneja los tiempos como nadie y así es, incluyendo también el tiempo futuro. Lo pasado, pasado está; del presente, no me acuerdo; en el futuro no ocurrirá nada. Cuando le preguntaron sobre Rato ni siquiera lo mencionó con un circunloquio mariano (“esa persona de la que usted me habla”), aunque se vio claramente, justo al pronunciar la palabra “comparecerá”, cómo guiñaba el párpado izquierdo a media España. La otra media sigue de vacaciones. El viernes Fernández Díaz, en efecto, descenderá y comparecerá para dar explicaciones pero seguro que no habrá nada de particular. No estaban hablando: estaban cantando Beatiful Boy

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