MORDAZAS: CINISMO Y DERECHOS HUMANOS SEGÚN EL REINO DE ESPAÑA
POR FERNANDO VICENTE PRIETO
El
Ayuntamiento de Madrid -con el voto de Podemos- pide impunidad para los
crímenes de la ultraderecha venezolana. El pragmatismo político
El
Reino de España es ese régimen político anacrónico que, aún con un presente
repleto de problemas políticos, económicos y sociales, conserva añoranzas de la
época colonial y se cree una voz autorizada para intervenir en los asuntos de
los países latinoamericanos.
Por
su importancia estratégica, la ultraderecha franquista del llamado Partido
Popular (PP) no ha dejado de atacar a la Revolución Bolivariana desde que
Chávez llegó a la presidencia. Durante el efímero golpe de Estado de abril de
2002 -duró 47 horas-, el gobierno de José María Aznar reconoció al dictador
Pedro Carmona Estanga, en línea con el gobierno de George W. Bush.
Expulsado
de la presidencia, Aznar en persona viene liderando la cruzada colonizadora del
siglo XXI, desde la Fundación de Análisis y Estudios Sociales (FAES). Lo
acompañan en esta tarea el otro partido de la casta .denominado, contra toda
evidencia, Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-, sus centros de estudios
(o think tanks) y todo el abanico del periodismo empresario.
A
esta altura de la historia no sería políticamente correcto que un país europeo
expresara abiertamente su rechazo a la independencia de América Latina. Por eso
se requiere del uso de los eufemismos políticos. En este campo, los expertos
son las ONG, la alta diplomacia y los medios de comunicación, quienes
sistemáticamente se han encargado de instalar en el imaginario social la idea de
que el chavismo encarna un proceso autoritario, que coarta las libertades,
vulnera la democracia y viola los derechos humanos.
En
ese marco de hegemonía (y chatura) política, la opinión publicada no permite
más que un único pensamiento, el que corresponde al interés del capitalismo
español, dominado por el capital financiero internacional y subordinado
geopolíticamente a EEUU. Los tanques mediáticos locales se encargan de señalar
a quien se corra un centímetro de la línea. Así se construye la mordaza invisible,
que señala lo que se puede decir y lo que no.
Un
caso de disciplinamiento político
El
miércoles 22 de julio, los concejales del PP en el Ayuntamiento de Madrid
presentaron una propuesta de declaración que exige a las autoridades
venezolanas, entre otros puntos, “que liberen inmediatamente a Antonio Ledezma,
Leopoldo López, Daniel Ceballos y a todos los manifestantes pacíficos (sic),
estudiantes y líderes opositores detenidos arbitrariamente por ejercer su
derecho a la libertad de expresión y sus derechos fundamentales” y “que
respeten a la oposición democrática y permita el ejercicio de las libertades de
expresión y de manifestación, así como la libertad de prensa”.
La
propuesta del PP, con algunas modificaciones para guardar las apariencias, fue
apoyada por la bancada del PSOE y también por la alcaldesa y 18 de los 20
concejales de Ahora Madrid, la alianza que integra Podemos. Mauricio Valiente y
Yolanda Rodríguez se rehusaron a sumarse al coro imperial.
“Queremos
que se respeten las libertades y derechos de las personas sometidas a la
vulneración de los derechos humanos”, sostuvo la nueva alcaldesa, Manuela
Carmena, haciendo propios los argumentos de la FAES y el conjunto de la derecha
internacional.
La
declaración apoyando al campo golpista venezolano sucede en el mismo momento en
que la Asamblea Nacional de Venezuela se solidariza con el pueblo español ante
la puesta en marcha de la Ley Mordaza, que endurece los mecanismos de
persecución social y política.
Vale
la pena prestar atención al tratamiento dirigido a la denominada “opinión
pública”: el sentido de las palabras que usan, su relación con los actores
visibilizados. La noticia, según ellos, no es que el órgano parlamentario de
Madrid se inmiscuya en los asuntos internos de otro país, pidiendo impunidad
para crímenes políticos, sin tomarse siquiera el trabajo de fundamentar y
contrastar la versión con otras fuentes. No. La noticia es que dos concejales
osaron desafiar el consenso derechista.
El
periódico El Mundo titula “Dos ediles de Ahora Madrid votan ‘no’ a la
liberación del alcalde de Caracas”. La Razón acompaña: “Dos ediles de Carmena,
en contra de pedir la liberación del opositor venezolano Ledezma”. El
monárquico ABC expresa: “Dos ediles de Carmena, en contra de pedir la libertad
de los presos políticos venezolanos”. Llamativa similitud, como si hubieran
sido dictados por el mismo cerebro.
Se
trata así de clausurar el campo de lo posible, moldeando “lo que debe ser”,
tanto respecto a las relaciones internacionales como a las políticas internas.
Consultado
por su opinión Fernando Buen Abad Domínguez respondió que esta estrategia no es
nueva. “Ya hemos visto, hasta la náusea, el fracaso de financiar campañas bobas
como esta con acento reporteril de españoles lebreles de la mentira. Ya los
vimos en Venezuela intentar la misma maniobra ideológica para sembrar el miedo.
Entonces y ahora jugaron a la falsificación de la realidad fabricando un relato
bobalicón en el que lo falso es real y lo real es mentira”, dijo el filósofo
mexicano.
También
destacó que vivimos una época de crecimiento en la conciencia: “Ya hemos visto
sus manías cotidianas camufladas de ‘periodismo’ que todos los días (ver
Globovisión Televisa, Grupo Clarín, Mercurio, O Globo, Caracol, CNN) insisten
en sembrar miedo, con el sueño de disociar la relación entre ver y pensar, oír
y pensar. Y cada día, al ritmo de su desespero, empeora su calidad y crece su
tontería”.
Buen
Abad es integrante de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales
en Defensa de la Humanidad, organización que criticó el voto de Podemos:
“Actuar a remolque del neofranquista Partido Popular supone cuanto menos una
incoherencia para cualquier fuerza mínimamente democrática. Pero que además se
haga para atacar de manera traicionera a la revolución bolivariana y chavista,
permanentemente hostigada por el imperio y la derecha internacional, carece de
cualquier justificación política o ética en fuerzas que se consideran en el
campo de la izquierda”.
¿Serán
capaces los movimientos emergentes de quitarse la mordaza? ¿Se atreverán a
liderar los cambios que demanda el pueblo español? ¿O asumirán, sin más, el
lugar que les reserva la extrema derecha en la batalla de ideas, ahí donde no
existe ningún espacio para la solidaridad entre los pueblos?
http://www.lahaine.org/est_espanol.php/mordazas-cinismo-y-derechos-humanos
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