ELSA MORANTE,
UNA POÉTICA DE LA DISCORDIA
POR IÑAKI URDANIBIA
Un par de textos, que yo
sepa no traducidos por acá, dan cumplida cuenta del carácter crítico y
combativo de la escritora italiana.
Aplicar
el título del presente comentario a toda la obra de la escritora italiana (
1912-1985) sería absolutamente injusto por desproporcionado, ya que el centro
de gravedad de su quehacer como escritora residía en su novelística con la que
alcanzó celebridad además de obtener varios galardones, y prestar su propio
nombre a uno de los más prestigiosos premios que se conceden en su país.
Desde
su primera novela << Mentira y sortilegio >> con la que obtuvo el
premio Viareggio en 1948, hasta su última, << Araceli >> que fue
premiada con el Médicis a la mejor novela extranjera en 1978, en Francia; su
éxito no decayó, el premio Strega le fue otorgado por su << La isla de
Arturo >>, en 1957, y su presencia en la escena social y cultural italiana
tampoco. No se puede, ni se debe, ignorar la importancia que en ello tuvo, amén
de su propia escritura, su matrimonio con el celebérrimo escritor Alberto
Moravia(1907-1990) con quien contrajo matrimonio en 1941, dejándole él veinte
años después, lo cual no quita para que siguiera cuidando de ella hasta el
final de sus días, que se dieron en unas condiciones de abandono, enfermedad y
reclusión en una residencia. La presencia de ambos quedaba resaltada por el
compromiso anti-fascista de ambos, como compañeros de viaje del PCI, y por el
exilio al que se acogieron para despistar a los sabuesos fascistas; sus
intervenciones a favor de diferentes causas políticas , culturales y sociales
fueron una constante en su existencia.
La
vida de ella no fue, desde su propio nacimiento, un camino de rosas, ya que su
padre era desconocido y un vigilante de un reformatorio fue quien se hizo
responsable de ella dándole su apellido. Quizá este << agujero>>
inicial es el que le empujó a escribir, actividad a la que se entregó desde niña,
actividad que compaginaba con el dibujo, tomando como eje fundamental de su
quehacer el tema de la familia, siempre con el fondo de la historia de su país
, << Historia>> es un ejemplo paradigmático de lo que señalo;
marcada desde niña por el ambiente vivido de los barrios pobres, en uno de
ellos vivió gran parte de su vida joven, le sirvió para interesarse y
posteriormente retratar dichos ambientes, del mismo modo que servirían de
inspiración a su amigo Pier Paolo Passolini..
Sus
inicios se dieron en el campo del periodismo en donde hizo sus primeros ensayos
como escritora, no sería la única, desde luego, baste mentar a su compatriota
Dino Buzzati. Su escritura fue adquiriendo densidad y textura, expresadas con
un estilo clásico y barroco con el que expresaba los sentimientos y los
secretos del alma de los humanos. Se ha señalado a la escritora como
representante avant la lettre del realismo mágico. Lo que sí que es claro es
que fue una escritora que no dejó influenciar por modas ni por los gustos del
momento sino que dio muestras permanentes de independencia Quien desee conocer
con mayor profundidad las cuestiones de la escritura de esta señora cuya vida
no fue por otra parte, como ya he señalado un camino de rosas puede consultar
un artículo que publiqué hace algún tiempo en este misma red (
2014.kaosenlared.net/component/k2/30296-la-leyenda-familiar-de-elsa# ).
Si
a lo largo de su escritura se iba forjando cierto tono << mitológico
>>, en los años setenta, cuando ya dominaban los años revueltos y de
plomo, sus intervenciones adoptaron unos inequívocos aires libertarios que
coincidían como un guante con la onda contestataria del momento; así los dos
breves textos a los que me refiero son una nítida muestra de este espíritu que
señalo : << Piccolo manifesto dei comunisti (senza classe né
partito)>> (1970) y << Lettera alle Brigate Rosse >> (1978).
Si subrayaba su entrega a los temas de los revueltos momentos por los que
atravesaba su país en estos dos escritos su mirada se centra con mayor atención
si cabe a reivindicar unos << valores-el honor, la libertad de espíritu,
la belleza, la ética- pero también sus enemigos: el poder, el partido, la
fuerza instituida >>.
La
implicación personal en el movimiento de la época , sus estrechas amistades con
jóvenes que se reclamaban de la revolución, hacen que supiera el terreno que
pisaba y con tal perspectiva pasa a desenmascarar, a denunciar algunos de las
desviaciones de la acción emancipadora.
Los
objetivos de sus dardos van a ser el autoritarismo vanguardista que reinaba en
las filas dichas revolucionarias, la aceptación ciega de que el fin justifica
los medios, etc., etc., etc.
En
lo que hace al poder podría añadirse a lo dicho a finales del XIX por Lord
Acton, el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente, que su
persecución ya sirve de entrenamiento a fondo para la corrupción: lucha de
fracciones, zancadillas, escisiones…que se dan en el seno de organizaciones que
reflejan de modo especular los poderes que dicen combatir.
Las
opiniones vertidas sobre el poder por parte de Elsa Morante son rotundas hasta
la contundencia, señalando que es el Poder ( lo escribe con mayúsculas) es el
<> mientras que << el honor es la
libertad de espíritu >>, manifestándose esta en una unión entre lo bello
y lo ético…pues resulta universalizable a todos los seres humanos, debiendo
consistir la verdadera revolución precisamente en << liberar el espíritu
de los hombres a través de la abolición total y definitiva del Poder >>.
<< El monstruo que recorre el mundo es la falsa revolución >> y la
muestra es que no se puede alcanzar la libertad requerida por medio de su
prohibición, pues << la revolución debe plantear la liberación como punto
de partida y de llegada >> . Los ejemplos se multiplican a la hora de
constatar que la pretensión de lograr la liberación por medio de su contrario
no desemboca más que en situaciones cercanas a la uniformización cuartelaria.
El ejercicio del Poder, en nombre de lo que sea, desemboca en la castración
El
espíritu libertario ha de profundizarse en las propias raíces de cualquier
movimiento emancipatorio, poniendo en práctica tal camino desde su inicio y a
lo largo de todo su recorrido, persiguiendo el fin de la liberación a cualquier
precio como lo hicieron << Cristo, Sócrates, Juana de Arco, Mozart,
Chejov, Giordano Bruno, Simone Weil, el Che Guevara, etc >>…y en cuanto
se trata de << afirmar de nuevo el poder, en nombre de la revolución, es
que la revolución ha sido falseada o traicionada >>…Así pues-según Morante-
la tarea ha de suponer una << larga marcha >> que se alce contra la
autoridad y sus supuestos depositarios tomando como horizonte lo que afirma en
las líneas finales del primero de los textos nombrados : << una
muchedumbre lúcida que afirma la libertad de espíritu ofrece un espectáculo
sublime. Una muchedumbre cegada que exalta el Poder ofrece un espectáculo
obsceno. Quien se haga responsable de semejante obscenidad haría mejor de darse
cuenta de ello >>.
En
lo que hace al fin y los medios, idea dominante, y atribuida sin demasiado
fuste a Maquiavelo, ya desde mediados del XVII se pudo leer en un manual de
teología moral, debido al jesuita Hermann Busenbaum que cum finis est licitus,
etiam media sunt licita ( es decir que: cuando el fin es lícito también los
medios lo son ); brújula que ha guiado a muchos líderes, y seguidores de
diferentes horizontes ideológicos, a lo largo de la historia. Pues bien, según
Morante << el primer equívoco ha sido escribir sobre esta bandera[ se
refiere o bien a la italiana del fascismo, o bien a la de << la falsa
revolución >> ] el eslogan nacional: el fin justifica los medios. Este
principio ( que han agitado Benito Mussolini y consortes para sus “revoluciones
“) es una marca de falsedad que se reconoce sin forzar las cosas. Pues reside
la verdad , al contrario, en su inversión: los medios denuncian el fin
>>. Proposición que recuerda aquella sentencia de Albert Camus: <<
los medios justifican el fin >> o dicho de otro modo los medios son el
fin. La utilización de ciertos medios dibujan en el horizonte en el que no se
tiene en cuenta la dignidad humana lo cual, se haga en el nombre de que se
haga, supone una segura obscenidad, ya que << ¿ cómo justificaría el fin
los medios ? No hay fin, únicamente los medios a perpetuidad, cada vez más
elaborados >>.
Realmente
unos brillantes textos que bien pueden servir para reflexionar sobre cuestiones
que no pierden actualidad, aun teniendo en cuenta que desde que fueron escritos
ha llovido bastante-sobre todo por aquí- y sin aceptar ( al menos por parte del
que esto escribe ) el << santoral>> propuesta por la escritora, ni
tampoco su << humanismo >>, abstracto hasta el borde de las
entretelas.
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