UNA MUERTE...
DUNIA SÁNCHEZ
Una muerte
suena en un violín de habitaciones blancas, refugio de las pardelas. Se entrega a la fuerza del oleaje que viene,
que va con un susurro de nostalgia. Se
entrega a las bellas hogueras que una luna danza en melancolía. Abrazada a una
roca lisa se llena de la respiración de las mareas, de la espuma blanca que las
caracolas arrancan de las entrañas de las profundidades. Un enorme quejido la induce a ser espalda de
esa sala donde un violín anuncia la muerte.
Navega por parajes donde la espesura exuberante de las alas la hacen
columpiarse a ras del océano. Un océano
viejo y cansado. Rota, cansada, hastiada, en el herrumbre de su ser se levanta
y con sus ojos abiertos traspasa las fronteras de la desigualdad en todas sus
esferas. Más allá le espera el creciente musgo que suavizará el detrimento de
una esfera de crepúsculos marchitos, de deshilachadas sensaciones.
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