ESTADOS EN
DESCOMPOSICIÓN
EDUARDO SANGUINETTI,
FILÓSOFO
RIOPLATENSE
¿Por qué Latinoamérica, con
tanta riqueza de todo tipo, es una región con desocupación y hambre, donde más
del 55% de la población vive en pobreza absoluta?
Los viejos estados
latinoamericanos no sirven para solucionar las necesidades de los pueblos.
Estos estados, sustentados formalmente en elecciones, conforman la dominación
de las paleo y neoburguesías feudales, estados escleróticos y degenerados de
pocos y para pocos, en crisis ética, económica y de educación y salud, desde el
inicio.
Viejos estados que han
entrado en proceso de descomposición; controlados por un régimen
pseudoprogresista y de izquierda “new-age”, un régimen que emplea un control
subliminalmente policíaco y claramente judicializado, con chivos expiatorios,
los individuos independientes que no negocian, no transigen y no aceptan la
manipulación sistemática de autoridades deslegitimadas por sus actos
fraudulentos.
Este régimen ha demostrado
que pese a todo lo que ha hecho, ha sido incapaz de acabar con la tristeza de
un pueblo, hoy anestesiado con el circo que desde los medios procura
relativizar, por el contrario, los efectos de una pandemia de frivolidad,
pornografía y anticultura, que hoy es moneda corriente, a pesar de la
desmesura, desde la que dictan nefastos personajes sin trayectoria, capacidad
ni idoneidad, devenidos en políticos de ocasión.
Avanzar persistentemente y
con voluntad de modificar el estado de las cosas, en un continente real donde
se instale una nueva comunidad en la cual se aplique una nueva política, acorde
a las necesidades del presente no serializando situaciones que nos hacen estar
unidos a un pasado perimido.
Nuevas actitudes para nuevas
circunstancias, una nueva economía y una nueva cultura, que renazca de los
orígenes y no importada de un mundo agotado en sus procesos creativos, con un
mercado al servicio de intereses que nada tienen que ver con la cultura y en
manos de burguesías parásitas que esconden sus estafas, bajo el tamiz de
centros culturales, museos y universidades donde presentan a los intelectuales
genuflexos y esclavos de estos asesinos de todo lo que tiene de transparente y
nítido la “aventura humana”.
No importa si el
“representante” que se instale en el gobierno sea de izquierda simulada o de
derecha conservadora; la dictadura paleo o neoburguesa no va a cambiar en lo
esencial, las clases que dominan el país van a continuar haciéndolo.
Tampoco importa si será un
sujeto que se haga llamar “revolucionario”, este solamente será un chancho más
de esos que venden los intereses del pueblo para ser fieles esclavos de los
poderes de las corporaciones mundiales.
Una salida alternativa sería
optar por transitar un sistema colegiado sin privilegios y sin amistades y
perversidades; un giro de 180 grados al estado de las cosas, tal como lo
concebía Ernesto Che Guevara en su búsqueda de la liberación de las naciones conformadas
por pueblos explotados y la alternativa de conformar un “hombre nuevo” en una
Suramérica unida, no al estilo de las organizaciones existentes, dedicadas al
flujo de capitales, que hacen persistir la balcanización de este territorio aún
colonizado.
Latinoamérica, tierra donde
el fraude, la explotación y la superchería, hoy en manos de simuladas
izquierdas liberales que cuentan con la anuencia de las burguesías capitalistas
al servicio y orden de las naciones del primer mundo, victimizan a nuestros pueblos
hambreados y jaqueados en su voluntad de acción, y no le dan otra posibilidad
ante instancias electorales, que optar como alternativa válida, la que instalé
en elecciones de 1996 en Argentina: “Votarse a sí mismos”.
http://www.republica.com.uy/estados-en-descomposicion/520065/
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