"CANARIAS,
MARIDaJE DE ARTE Y VINO"
ROSARIO
VALCARCEL
…El vino,
diabólica tentación de los dioses
nos rodea
con brazos apasionados,
nos
transporta a regiones soberanas, al fluir
de las
épocas, a emociones irracionales,
a la
embriaguez de Lot…. Del libro de poemas “Himno a la vida”
Nos dice
Mauricio Wiesenthal, escritor y enólogo, que la historia del Vino es la
historia del Arte, del campo y de
nuestras raíces, de los olores, de la lluvia y el fuego.
El vino forma parte no sólo de la cultura de
España sino de la universal. Está unido a las sensaciones descorchadas en torno
a la alquimia, al color manoseado por el agua, el aire y la tierra. Al hombre prehistórico
que ya elaboraba vinos, a la religión, motivo literario en la Biblia, a los cantos
mitológicos. A la historia de la pintura, de la poesía y la danza.
Desde la Edad Media en la literatura española
la mujer recolectora es protagonista de coplas en las que el novio o el pretendiente la distrae de su trabajo para
rondarla: "Mocica vendimiadora/ sal de la viña al camino/ porque te viene
a rondar/ el que ha de ser tu marido". La cultura del vino ha sabido
expresar el candor sensual, la decoración, los accesorios, el diseño en forma
de carmesís, púrpuras y escarlatas como regalo de los dioses.
Los creadores plásticos siempre se han
dejado llevar por la iconografía vinatera, por sus armonías brillantes y
vibrantes, por ese lenguaje de la Tierra donde a través de metáforas podemos
percibir como tiembla el arte del paisaje, sus sonidos y sus composiciones, los
desfiles dinámicos que hierven cuajados de viñedos, la algarabía de un ciclo vegetativo que germina bajo la surcos y
que el hombre desentraña con ese carácter artesanal del oficio.
Temas pictóricos como pedazos de la
Creación, o las hojas verdes escalando el viento o los tallos tratando de encontrar la luz. El
racimo de la uva o el tintineo de una copa, o las burbujas y la fragancia de una
botella de vino. Sensaciones placenteras. Las nubes y el cielo que describen en
el aire gestos, hojas luminosas como
signos de vida, sugerencias de una Naturaleza generosa, todo ha sido plasmado por
infinidad de artistas desde el español Francisco de Zurbarán hasta el americano
Andy Warhol.
Y hoy Diego
Casimiro junto a Beata Pawlowska han creado un espacio de fusión artística,
uniendo tres artes: vino, pintura y música en un solo acto de maridaje. Han llegado a un acuerdo con diferentes
bodegas de Canarias para acercarnos a sus variadas marcas, al proceso de
elaboración de estos deliciosos caldos, a la cata típica, al sabor y al aroma,
al sentimiento que fructifica en ese mundo misterioso que nace en el corazón de
la Tierra. A la esencia entre la pintura y la enología. Nos ha acercado al
inspirador de la locura y el éxtasis, a Dioniso, dios de la vendimia.
Han convertido el arte del vino en arte
plástico, en un pretexto del acto musical-lírico con la actuación del Ballet de
Las Palmas de Gran Canaria Gelu Barbu representando una coreografía de sus
Directores Miguel Montañez y Wendy
Artiles sobre la conocida opereta "La viuda alegre" con música de
Franz Lehár.
Han creado un espacio artístico con todas
esas emociones que sugiere el alcohol, y en donde una treintena de pintores nos
introducen a través de sus lienzos en la esencia de los viñedos: Las formas de
cultivo, la cosecha, el fruto, la recolección y los lagares. En definitiva el paso a paso para reflejar a
través de una paleta de color la modulación de la luz centelleante, los valores
de antaño, las emociones. Plasman los artistas una mirada panorámica y extensa de
lo que representa la Naturaleza a pesar del deterioro
y la destrucción del planeta. Una mirada poética del color a través de la perspectiva
insular que equivale la mayoría de las veces a soledad pero también a belleza,
a la fuerza telúrica del paisaje. A la vid: la carnosidad de los racimos de
uvas, las hojas de las viñas, algunos conseguidos con gran detallismo y otros a
través de planos generales. Imágenes que representan más imágenes.
Y que pueden ver en la segunda planta del Centro Comercial el
Muelle hasta el día 5 de julio.
Un espacio artístico repleto de símbolos y
elementos, de viñedos como fuga de colores, de litros envasados en seductoras botellas.
Una exposición en
la que hay que estar dispuesto a brindar con una copa llena, porque su razón de ser es la celebración del placer,
de la vida.
Blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
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