NO SÉ...
DUNIA SÁNCHEZ
No sé donde nací. Te lo puedo jurar por las fuerzas del universo
que influyen en nuestros ritmos de vida. Solo recuerdo caravanas y más
caravanas que se dirigían sin dirección propia por las dunas del desierto. Supongo que en algún lugar habré brotado, habré
emanado de ese vientre que con sudor y dolor me trajo a este mundo. Trato de
averiguar tu empeño. Qué más te da mi procedencia. Vagas sintonías asociadas a
vergeles me inducen a testiguar que soy hija de arena, de aguas cristalinas
donde en el descanso se ha de beber. No. No me preguntes más. Da igual mi
poblado, mi ciudad , mi país, soy hija de esta tierra que a veces parece
sangrar y sangrar. Observo cómo se derruyen los boscajes inmensos por no sé que
causa. No me interesa, solo el verdor de su follaje que da respiración a este
planeta. Observo como la pobreza insuflan cuchillos ardientes sobre este mundo.
Entonces…¡Enderézate esfera azul¡ Da condiciones de vida equilibrada a
esos. Si, a esos los cuales la muerte
temprana respira de sus alientos. Por qué insistes. Estoy aquí ¿No me ves? Soy
lo que soy. Yo y yo. Mujer traída a la tierra con sus defectos y destrezas. No
más. No importa la procedencia de mi sangre, esta sangre que corre a través de
salvajes prados hasta hallar el éxtasis. Sí, el éxtasis. No, no lo comprendes.
Galopar y galopar por las colinas resplandecientes bajo el hechizo de la luna,
bajo la tibieza del sol. Me da igual lo que pienses. Aquí sigo…y solo te
interesa mi cuna. Qué más da. Mírame. Te lo ruego, mírame. Me amas o no me amas.
Deberías de desatarte de los prejuicios que en ti se han infiltrado y mirarme. Sí, mirar la gruta de
mis sensaciones. No. No seas pesado. No sé donde nací. Por mi discurren la leve
azotaina de una brisa que me lleva, que me conquista a ser mujer que va de
roque en roque al encuentro de su yo. No lo martirices con tus preguntas. Ya veo el pinzón azul. Aleteando con su
fresco haz de belleza. Lo perseguiré, tal vez ahí encuentres la respuesta
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