EL CASTIGO DE JULIAN ASSANGE: ESTAR
CONDENADO SIN HABER SIDO
ACUSADO
Oculto en una calle lateral de uno de los más refinados barrios
londinenses, justo enfrente del enorme edificio de la tienda Harrods, se erige
un edificio de apartamentos de la época victoriana donde se encuentra la
Embajada de Ecuador. Julian Assange, el fundador y redactor responsable de
WikiLeaks, el sitio web de divulgación de documentos filtrados por informantes,
ingresó a la embajada el 19 de junio de 2012 y desde entonces no ha puesto un
pie fuera.
Ecuador le otorgó asilo político, pero el Reino Unido se niega a concederle
el salvoconducto para salir del país y quiere extraditarlo a Suecia, donde
sería sometido a comparecer ante una fiscalía por denuncias de abuso sexual, a
pesar de que nunca se presentaron acusaciones formales en su contra. Durante
alrededor de tres años ha estado preso en la embajada, sin tener siquiera la
posibilidad de ver la luz durante una hora al día, un derecho del que goza la
mayoría de los prisioneros. Durante los dos años anteriores a su refugio en la
embajada, Assange estuvo preso o bajo arresto domiciliario en Inglaterra, todo
esto sin que se presentara una acusación en su contra. Cuando viajé a Londres
esta semana para entrevistarlo en la embajada, Assange me reafirmó su
convicción de que esta fase previa al juicio está siendo utilizada como un
castigo y también como un elemento disuasorio. Sostuvo además que Suecia está
actuando como sustituto de Estados Unidos, que desea verlo tras las rejas para
impedir la labor de WikiLeaks.
No obstante, WikiLeaks continúa
funcionando y sigue publicando información sin precedentes acerca de las
condiciones posiblemente catastróficas en que se encuentran los submarinos de
armas nucleares de Gran Bretaña, o capítulos enteros sobre el secreto y
extremadamente polémico Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación
Económica (TPP, por sus siglas en inglés), entre otros. Fue desde la
embajada de Ecuador en Londres que Assange ayudó al ex contratista de la
Agencia de Seguridad Nacional Edward Snowden a escapar a Hong Kong tras haber
publicado millones de documentos en los que se detallaban los programas de
vigilancia del Gobierno de Estados Unidos. Cuando se dirigía de Hong Kong a
América Latina, donde solicitaría asilo político, Snowden quedó varado en el
aeropuerto de Moscú, luego de que Estados Unidos anulara su pasaporte, tras lo
cual, Rusia le otorgó asilo político temporario.
Cuando salieron a la luz las denuncias de abuso sexual contra Assange a
finales de 2010, el fundador de WikiLeaks se quedó en Estocolmo para ser
interrogado por el fiscal, que luego retiraría los cargos. Assange obtuvo
autorización para salir de Suecia. Cuando ya estaba en el Reino Unido, una segunda
fiscal, Marianne Ny, volvió a presentar los cargos contra Assange. La fiscal ha
tenido tiempo de interrogarlo en estos años, ya sea en persona en Londres o
mediante videoconferencia. Sin embargo, insistió en que Assange fuera
extraditado por la fuerza. Finalmente, un tribunal sueco la instó a que viajara
a Londres. La fiscal ha señalado que se dirigirá allí para interrogarlo, pero
hasta el momento no ha especificado cuándo.
A Julian Assange, sus abogados y sus seguidores les preocupa que, de ser
extraditado, Suecia lo entregue a Estados Unidos, donde todo parecería indicar
que está en marcha una investigación judicial secreta contra él y Wikileaks.
“Julian habría ido a Suecia hace tiempo si Suecia le hubiera garantizado que no
lo entregaría a Estados Unidos para ser enjuiciado por cargos de espionaje”,
afirmó el abogado de Assange Michael Ratner, presidente emérito del Centro por
los Derechos Constitucionales. Ratner explicó: “Suecia nunca ha estado
dispuesto a brindar esa garantía, y sabemos que tiene muy mala reputación en
cuanto a esto ya que es un país conocido por cumplir con los pedidos de Estados
Unidos, ya sea el de enviar a algunas personas de Suecia a Egipto, para ser
torturadas allí, o el de deportar a personas con asilo político, rompiendo su compromiso
de no deportación”.
El Vicepresidente de Estados Unidos Joe Biden calificó a Assange de
“terrorista de alta tecnología”, mientras que representantes electos y
comentaristas políticos de ambos partidos han expresado públicamente que
Assange debería ser asesinado. A este respecto Assange me dijo en la embajada:
“La investigación de Estados Unidos contra WikiLeaks por denuncias penales es
considerada la mayor investigación jamás realizada contra un medio de difusión.
Es extraterritorial. Está sentando nuevos precedentes acerca de la capacidad
del Gobierno de Estados Unidos de perseguir a los directores de cualquier medio
de comunicación de Europa o del resto del mundo e intentar enjuiciarlos. Ellos
dicen que los delitos cometidos son conspiración, conspiración para cometer
espionaje, violación de la Ley de Abuso y Fraude Informático, piratería
informática, apropiación indebida y robo de documentos del gobierno”. De ser
confirmadas, las acusaciones de espionaje podrían llevar a Assange a ser
condenado a pena de muerte. Suecia, al igual que la mayoría de los países
europeos, no puede extraditar a una persona que considera que podría ser
condenada a la pena capital.
Todos los posibles delitos por los que Assange es requerido en Suecia,
excepto uno, prescribirán en agosto. La Corte Suprema sueca se negó a anular
las órdenes de arresto presentadas en su contra a finales de 2010, en una
decisión de 4 votos a favor y uno en contra. El magistrado Svante Johansson
emitió el voto disidente y dijo que la detención “de facto” de Assange “viola
el principio de proporcionalidad”. Sentado frente a mí en la sala de
conferencias de la pequeña embajada que durante los últimos tres años ha sido
su hogar, su refugio y su cárcel, Assange me dijo: “Como acusados no tenemos derechos
debido a que aún no se ha abierto un proceso formal. No hay acusación, no hay
juicio, no hay posibilidad de defenderse, ni siquiera el derecho de acceder a
la documentación, porque no eres ni siquiera un acusado”. El tono pálido de la
piel de Julian Assange tras haber pasado años sin ver la luz del sol combina
con el color cano de su cabello. Sin embargo, su voluntad permanece
inquebrantable y los documentos filtrados que inicialmente se propuso publicar
cuando fundó WikiLeaks hace casi diez años siguen viendo la luz.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto
en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy
Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional
que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés
y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el
sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”,
editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
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