DIVAGACIONES DE UNA TARDE DE ABRIL...
DUNIA SÁNCHEZ
No se la tarde
transcurre serena con su aliento de pétalos que se expanden sobre tu vientre.
Vienes y no sabes que hablar. El silencio no se seca e intento danzar un beso a
esta atmósfera que nos rodea, e intento acariciar cada una de tus heridas.
Heridas que desean huir pero tú terca memoria las trae una y otra vez. Olvídate
te digo. Olvida cada regreso de las tinieblas que te prensa en un andar vago,
monótono. Te gusta ponerte triste, lanzar gemidos que perros grises recogerán
con su llanto. Tiemblo. Tiemblas en la perdida de tus ganas. Ven aquí, te digo.
Abrázame, prométeme que no más serás reminiscencia de las luces apagadas en tu
vida. Admira esta tare donde el azul del cielo parece la paleta de un viejo
pintor. Calles vacías. Paseemos, dame la mano. Que la fuerza sea contundente y
ya no dirijas más de callada manera a ese muro edificado por tu memoria. Un
beso. Solo uno. Los pajarillos avanzan en su juego mientras la ciudad duerme
¡No lo escuchas¡ Arboles que permanecen intactos en el tiempo y las ramas por
una brisa suave emiten una cierta canción. Agarrémonos a ella con el hermoso
aliento que trae la tarde.
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