1.470 días de reflexión
Dicen que hoy toca reflexionar. Podríamos reflexionar sobre muchas cosas.
Sobre que exista el día de reflexión, por ejemplo. El día de reflexión de
alguna manera nos sugiere a los malpensados que hay quien espera que el resto
de días no reflexionemos, con los consiguientes dividendos y beneficios
económicos que eso de no reflexionar genera a otros. Los malpensados nos
fijamos en esos detalles. En un plano teórico que exista un día así nos incita
a no reflexionar o a hacerlo en modo perezoso los días comprendidos entre un
“¿Me da su DNI? Puede introducir el voto” y el siguiente “¿Su DNI, por favor?
Deposite la papeleta” cuatro años después. Podemos así usar esos días tontos
que quedan entre voto y voto para hacer otras cosas más interesantes que darle
vueltas a la cabeza, como por ejemplo encogernos de hombros con cada factura de
la luz que no entendemos.
Podríamos reflexionar hoy sobre un montón de cosas pero a mí no se me
ocurre nada mejor que hacerlo sobre los días que han unido uno tras otro, todos
ellos con reflexión, a aquel 15-M previo a las últimas elecciones municipales y
mañana domingo. Han sido 1.470 días. Cada uno de ellos con sus mañanas llenas
de madrugones, de trabajo, de gente que no tenía un sitio al que ir a trabajar
o una casa en la que quedarse, mañanas en España y en el exilio de la movilidad
exterior de los que se fueron a pasar frío al norte porque aquí el único calor
que recibían era el del sol. 1.470 mañanas de portadas de periódicos que
mentían para desanimar y bajar el ánimo cuando éste subía entre la gente que
empezaba a aprender que reflexionar, mirar lo que estaba pasando alrededor de
forma inteligente y organizarse, era sanísimo para la salud. 1.470 días en los
que (se) ha empezado a cambiar muchas cosas.
Para empezar han
cambiado los que negaban que hiciera falta cambiar. Tenemos 1.470 días después
la satisfacción de verlos pasarlo mal, desenvolviéndose como pulpos en un
garaje teniendo que usar conceptos que hace cuatro años despreciaban o en el
mejor de los casos ignoraban o les eran ajenos, como democracia
interna, transparencia o rescate ciudadano. Conceptos perroflautas que forman parte hoy, 1.470 días después,
de todas las páginas de discursos con corbata. En estos cuatro años de
reflexión no sólo se han ido poniendo conceptos sobre la mesa. También se
aspira a ocupar la silla. La cifra del 65% de votantes que apoyaron a PP y PSOE
en los ayuntamientos hace 1.470 días caerá de forma importante mañana en toda
España. Mañana por la mañana, cuando nos levantemos aún no sabremos, puede ser
que sí, puede ser que no, si ciudades como Madrid o Barcelona pasarán a ser
gobernadas por las manos de la gente, la misma gente a la que hace 1.470 días
se le dijo con tono paternalista y sin entender nada de lo que estaba pasando:
“En vez de protestar, presentaos a unas elecciones”. Bien, aquí están las
elecciones. No está mal para sólo 1.470 días de reflexión, ¿eh?
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