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jueves, 5 de marzo de 2015

LOS HERMANOS SEAN UNIDOS

LOS HERMANOS SEAN 
UNIDOS

POR EDUARDO SANGUINETTI
Siento mucho todo lo manifestado días pasados por el presidente Mujica acerca de la política regional llevada a cabo por la Argentina en el MERCOSUR, que sólo es funcional para el fluido de finanzas de los corporacionistas y demás “elegidos” que tienen absoluta impunidad en hacer y deshacer en las economías neoliberales de la región.

No tengo idea qué utilidad ha prestado dicho Organismo a los pueblos de las naciones integrantes, en áreas trascendentes, como lo son Educación, Cultura, Ecología, Salud, Bienestar Social, en fin, todo lo que signifique unidad para lograr arribar a la cada vez más lejana Patria Grande.

“Argentina no acompaña un carajo la integración regional”. Frase imponente en explosión del lenguaje, cual tiro de gracia de Mujica para diálogo íntimo, de ninguna manera asimilable a una entrevista concedida al medio Perfil, ya de por sí nutrida de animosidad hacia el gobierno de la presidente Cristina Fernández.

No ignora nadie que de ser la presidenta quien lanzaba esta frase, de inmediato las macro-corporaciones de medios del mundo la hubieran calificado de grosera, yegua y demás términos injuriantes, desclasificatorios y difamatorios. Pero el “Pepe” puede manifestarse del modo y manera que sea; pareciera que goza de total impunidad en cuanto a decir y maldecir.

No creo que sea el momento de seguir hablando, es el momento de ponerse a hacer, a lanzar obras que hablan más que el lenguaje que intenta justificar lo deshecho, lo degradado, lo grosero, lo malversado.

Los denominados medios de comunicación, hoy viciados de falacias, mentiras, corruptelas, tienden a desdibujar el acontecer político-cultural de este tiempo y del porvenir, cuando deberían ser el puente fundamental con el espectador, lector, para narrar todo lo que se hizo, se hace y se hará en materia de una cultura que deba denominarse tal y no sedimento de lo que pudo haber sido.

Los medios de difusión son indispensables, pues desde allí habrá que comenzar a construir ese ser nacional, tan temido por las burguesías neoliberales, conservadoras clases medias temerosas de poner en juego valores sobre asuntos intratables para ellos, como es la cultura nacional y popular, que existe, se manifiesta desde las fisuras, desde las usinas silenciadas por la pacatería de los especuladores, de los corruptos, de los colonizados…tan debatido, tan criticado, tan inatrapable, pero que existe, es, a pesar de los golpes asestados por los deprimentes militantes y agoreros del signo.

Creo que era Benedetti el que decía que la cultura es un blanco móvil y el artista es un blanco fijo. El blanco móvil durante estos años cambió, varió, nunca se detuvo y a partir de eso podremos generar cosas nuevamente, siempre que el blanco siga siendo móvil, no estático. El blanco fijo, que son los auténticos políticos, pensadores, los escritores, los poetas, los artistas, los científicos….estos roles han sido una función peligrosa en Suramérica, desde siempre, negados, vilipendiados, censurados sistemáticamente, por una cultura de salón, congelada en los más bajos niveles de la fama y el éxito.

José Pepe Mujica debería elevarse más allá del común denominador del Yo, y acercarnos a los ideales que no tienen fecha de vencimiento, no pertenecen a un tiempo y espacio determinado, por y para siempre estos ideales e ideas de libertad, dejando de lado las repugnancias reprimidas, que se pueden aplicar a los siniestros espectros que acechan siempre colonizando. El “eterno retorno” a lo que se creía perdido debe primar sobre todo acto de vida.

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