LOS HERMANOS SEAN
UNIDOS
POR
EDUARDO SANGUINETTI
Siento mucho todo lo
manifestado días pasados por el presidente Mujica acerca de la política
regional llevada a cabo por la Argentina en el MERCOSUR, que sólo es funcional
para el fluido de finanzas de los corporacionistas y demás “elegidos” que
tienen absoluta impunidad en hacer y deshacer en las economías neoliberales de
la región.
No tengo idea
qué utilidad ha prestado dicho Organismo a los pueblos de las naciones
integrantes, en áreas trascendentes, como lo son Educación, Cultura, Ecología,
Salud, Bienestar Social, en fin, todo lo que signifique unidad para lograr
arribar a la cada vez más lejana Patria Grande.
“Argentina no
acompaña un carajo la integración regional”. Frase imponente en explosión del
lenguaje, cual tiro de gracia de Mujica para diálogo íntimo, de ninguna manera
asimilable a una entrevista concedida al medio Perfil, ya de por sí nutrida de
animosidad hacia el gobierno de la presidente Cristina Fernández.
No ignora nadie
que de ser la presidenta quien lanzaba esta frase, de inmediato las
macro-corporaciones de medios del mundo la hubieran calificado de grosera,
yegua y demás términos injuriantes, desclasificatorios y difamatorios. Pero el
“Pepe” puede manifestarse del modo y manera que sea; pareciera que goza de
total impunidad en cuanto a decir y maldecir.
No creo que sea
el momento de seguir hablando, es el momento de ponerse a hacer, a lanzar obras
que hablan más que el lenguaje que intenta justificar lo deshecho, lo
degradado, lo grosero, lo malversado.
Los denominados
medios de comunicación, hoy viciados de falacias, mentiras, corruptelas,
tienden a desdibujar el acontecer político-cultural de este tiempo y del
porvenir, cuando deberían ser el puente fundamental con el espectador, lector,
para narrar todo lo que se hizo, se hace y se hará en materia de una cultura
que deba denominarse tal y no sedimento de lo que pudo haber sido.
Los medios de
difusión son indispensables, pues desde allí habrá que comenzar a construir ese
ser nacional, tan temido por las burguesías neoliberales, conservadoras clases
medias temerosas de poner en juego valores sobre asuntos intratables para
ellos, como es la cultura nacional y popular, que existe, se manifiesta desde
las fisuras, desde las usinas silenciadas por la pacatería de los
especuladores, de los corruptos, de los colonizados…tan debatido, tan
criticado, tan inatrapable, pero que existe, es, a pesar de los golpes
asestados por los deprimentes militantes y agoreros del signo.
Creo que era
Benedetti el que decía que la cultura es un blanco móvil y el artista es un
blanco fijo. El blanco móvil durante estos años cambió, varió, nunca se detuvo
y a partir de eso podremos generar cosas nuevamente, siempre que el blanco siga
siendo móvil, no estático. El blanco fijo, que son los auténticos políticos,
pensadores, los escritores, los poetas, los artistas, los científicos….estos
roles han sido una función peligrosa en Suramérica, desde siempre, negados,
vilipendiados, censurados sistemáticamente, por una cultura de salón, congelada
en los más bajos niveles de la fama y el éxito.
José Pepe
Mujica debería elevarse más allá del común denominador del Yo, y acercarnos a
los ideales que no tienen fecha de vencimiento, no pertenecen a un tiempo y
espacio determinado, por y para siempre estos ideales e ideas de libertad,
dejando de lado las repugnancias reprimidas, que se pueden aplicar a los
siniestros espectros que acechan siempre colonizando. El “eterno retorno” a lo
que se creía perdido debe primar sobre todo acto de vida.
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