DAVOS: UN FORO DE DELINCUENTES QUE NOS LLEVA AL
CAOS
Por
J. Estrada Cruz
También
es cierto que a estas bacanales acuden, (para camuflar un poco el delito)
algunas ONGs y algún que otro intelectual con buenas intenciones y altos grados
de “ingenuidad”. Sin embargo, el grueso de lo que participa, es estructura de
ese 50% criminal y usurpador de la
riqueza global y de otra chusma de parásitos y sinvergüenzas que llevan
enganchados como lapas.
Todo y que, Oxfan Intermón, denunció que España
lidera la mayor desigualdad europea, recordando que el 1% de la población
concentra más riqueza que el 70% más pobre,
significativos delincuentes, al frente del FMI, del BCE, del estado
alemán y de otros bancos y empresas multinacionales, ensalzaron la política
económica del Gobierno español, por sus ataques contra los derechos de la
población; principalmente contra los trabajadores, y lo animaban para que
continúe dándoles caña.
España,
Irlanda y Portugal, según la Merkel, son el vivo ejemplo de que las reformas
(el robo de derechos sociales y laborales), mejoran la economía fomentando un
mayor crecimiento. La Lagarde, la Botín y otros depredadores del capitalismo
internacional, manifestaron su satisfacción con elogios y parabienes dirigidos
a esta especie de sicarios que nos gobiernan.
Según
este “ganado”, han conseguido grandes aciertos con sus medidas políticas de
austeridad, con reformas que han permitido dar confianza a los mercados
utilizando estas vías “que han dado pie a bajar la tasa de paro juvenil”. Piden
que se les permita seguir por ese camino de “gloria”; nada de entorpecimientos
con “extremas izquierdas” Syrizas, Podemos…
Y se quedan tan anchos y relajados, convencidos de que sus
caracterizaciones políticas y apologías de ese terrorismo social, serán
transmitidas eficazmente por todos sus lacayos y turbas mediáticas, que la escamparán
entre el “populacho” y se las hará engullir, (sí o sí) a su gente, desde que se levanta de la cama y enchufa la
televisión o la radio, hasta que los apaga para acostarse, dejándola convencida
de que las desgracias y males que le aquejan (por no encontrar puestos de
trabajo inexistentes) se debe a las resistencias para que no se sigan
efectuando recortes, y a las carencia de formación profesional que reina entre
los trabajadores. “Chapó”; a esta vasta obra de alienación.
En
Davos, cómo no, las palabras formación, reforma, crecimiento y competitividad
fueron asfixiantes por su repetición, y se enmarcan en aberrantes soluciones,
propias de la economía de “libre mercado”. De modo que, cuando el problema real
que se vive está centrado en un exceso de lo que ellos llaman crecimiento:
(sobra absolutamente de todo, hasta para atiborrar a los muchos millones de
seres humanos y hogares que no tienen de nada; los “silos” están desbordados).
No obstante, su principal alternativa es seguir llenando nuevos recipientes,
aunque sea de lo mismo o de cualquier otro invento, por inútil e innecesario
que sea. Para lo cual persisten en sus parámetros de crecimiento y de
empobrecimiento de los pueblos, hasta asemejarlos con los más atrasados y peor gobernados del mundo.
Ciertamente,
este razonamiento puede parecer contradictorio; totalmente absurdo para los
intereses del sistema capitalista; sin embargo, su insoslayable competitividad,
le obliga a arrojar a la clase obrera, de todas partes, a ese abismo. Aun así,
el capitalismo, podría (yo no lo creo) tener algún que otro efímero respiro de
productividad y consumo, de crecimiento absurdo; sin embargo la vertiginosidad
en las que viajan sus contradicciones, y ante la ausencia de una lógica
aplicación política de reparto social del esfuerzo y de la riqueza (de
socialización), nos llevará, irremediablemente, a sumirnos en la “barbarie”,
(en el caos).
Por
cierto, se nos informa de que uno de los ministros del nuevo Gobierno griego,
Yorgos Stathakis, tendrá entre sus responsabilidades la de la competitividad.
Lo que debería ser una buena oportunidad para aclarar qué tipo de
competitividad llevarán a cabo unos
gobernantes que pretenden parecer ser de
izquierdas de verdad.
Sabemos
que, así como en el capitalismo crecimiento y competitividad, es el colmo de la
alienación, de la insolidaridad, de la mercancía absurda-destructiva, del mal
vivir de mucha gente y de la agresión medioambiental; en el socialismo, crecer
y competir sólo es concebible, fundamentalmente, en el sentido totalmente
inverso: ha de ser el súmmum en solidaridad, en producción precisa y de
calidad, en bienestar social, en la salvaguarda del ecosistema y en
inteligencia individual y colectiva.
¡Que
enorme y buena labor harían, los “extremistas”
de Siryzas y Podemos, si en los platós y en las plazas hablaran de
economía en estos términos!
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