CANÍBALES POLÍTICOS: HOY GÓMEZ, AYER BORELL, MAÑANA ¿PEDRO SÁNCHEZ?
POR
DIANA CORDERO
“La destitución de Gómez sitúa al PSOE en
primer lugar” (De un sondeo “urgente” del diario El País) “No es nada personal,
solo negocios”. De nuevo la famosa escena de El Padrino elevada a categoría de
excelencia política. En esta ocasión, la víctima ha sido Tomás Gómez,
secretario general del PSM y […]
“No es nada
personal, solo negocios”. De nuevo la famosa escena de El Padrino elevada a
categoría de excelencia política. En esta ocasión, la víctima ha sido Tomás
Gómez, secretario general del PSM y cabeza de lista a la Comunidad de Madrid,
otrora celebrado mirlo blanco del socialismo hispano como el alcalde más votado
de España. En el pasado las campanas doblaron por, Josep Borrell, elegido en
duelo de primarias frente al entonces líder de Ferraz Joaquín Almunia,
posteriormente recompensado con la jefatura de “los hombres de negro” de la
Comisión Europea (CE). Y en las dos ocasiones, con el diario El País oficiando
de colaborador necesario para la sagaz degollina.
El modelo de
primarias que a trancas y barrancas había puesto en marcha el PSOE para
maquillar su descrédito ciudadano ha terminado. Kaput. A las bases, según la
doctrina de los patas negras del partido en la sombra de sus despachos, solo se
las puede hacer caso si sus papeletas coinciden con las ambiciones de la casta.
Una cosa es Susana Díaz y el dócil Ximo Puig, y otra muy distinta que haya una
militancia que se crea lo de la autonomía de las federaciones por el simple
hecho de haber refrendado con sus votos a un candidato. Los experimentos con gaseosa.
Hasta hoy sabíamos que los programas de los partidos estaban para incumplirlos,
y ahora hay que añadir también las votaciones primarias. “No es nada personal,
solo negocios”.
Por eso a Tomás
Gómez lo han cesado como hacia Franco con sus ministros-lacayos. Donde el Pardo
mandaba el motorista a casa del fiambre ahora Ferraz envía al diario de Juan
Luis Cebrián, pero con técnica más sofisticada. Al vetusto torniquete del
dictador ha sucedido un plano-secuencia que permite presentar lo que es un asesinato
político en toda regla como una demanda social vía “sondeo urgente”. En ambos
casos, el resultado buscado es similar. Lo importante es que la gente piense
del reo que “algo habrá hecho”. Porque al final ni siquiera se sabe si el
representante de la voluntad de una mayoría de socialistas madrileños se lo han
cargado por el “tren de Parla” o a causa de los números rojos de Metroscopía.
“No es nada personal, solo negocios”.
De esta manera
el castigo se personaliza y evita odiosas comparaciones. La señora Díaz,
presidenta de la Junta de Andalucía por su cara bonita, que soporta una
corrupción que hace de lo de Parla una cagada de mosca, no está en las
quinielas del cobrador del frac. Al contrario, cuando salen nuevos episodios
del monumental desfalco en su feudo son esos mismos medios cremallera los que
acuden a rescatarla clamando que las investigaciones judiciales quieren
“cargarse la democracia”. Y si llegara el caso, siempre podrá contar con el
diario del Ibex 35 para fabricar la encuesta ad hoc que permita deducir las
magníficas expectativas electorales de la dirigente andaluza. “No es nada
personal, solo negocios”.
Lo que ocurre
es que el pobre Pedro Sánchez, que ha pasado sin solución de continuidad de
colarse en el plató de ¡Salvados! a erigirse en un trasunto de “carnicerito de
Málaga”, acaba de sembrar su propia agonía. A pesar de haber concedido el
adefesio de votar junto al PP el pacto antiterrorista de la cadena perpetua de
aquella manera. Si la parca para Tomás Gómez ha venido a lomos de unas encuestas
desastrosas para su asalto a la Comunidad de Madrid, Sánchez ya debe estar
sintiendo el aliento del verdugo tras su cogote., porque todos los pronósticos
solventes, desde Metroscopía al CIS, certifican que su flamante liderazgo ha
desplomado al PSOE hasta el tercer puesto del ranking partidista. “No es nada
personal, solo negocios”.
Pero, como
decía la poetisa Gloria Fuertes, “todo vale, todo se aprovecha, de un cuerno se
hace una percha”. Así que manos a la obra. Entre la gestora de la señorita Pepis,
los ciudadanos kanes y el clan Botín de la lista Falciani, Madrid bien vale una
misa. Por eso a rey muerto, rey puesto. Y quién mejor para que un antiguo
fraile de la Congregación del Sagrado Corazón para el asalto a los cielos del
PSM-PSOE. Ángel Gabilondo es la persona designada por la gracia divina que
anida en ese triángulo de las Bermudas que limita Ferraz, Zarzuela y la sede de
El País. Gabilondo, el ministro de Educación del Gobierno Zapatero que culminó
el Plan Bolonia para fusionar el sistema universitario español con el mercado y
el Banco de Santander. El político que secundó sin miramientos la reforma del
artículo 135 de la Constitución para ejecutar el austericidio de la Troika. El
catedrático de ética que, junto con el resto del gabinete socialista, otorgó su
nihil obstat a los bombardeos de Libia para derrocar a Gadafi. “No es nada
personal, solo negocios”.
“Si votar
sirviera para algo, estaría prohibido”, dijo Emma Godman. Y en esos están. Otra
vez en la obediencia debida.
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