¿SON
IRREALIZABLES LAS PROPUESTAS DE SYRIZA O PODEMOS?
POR JUAN TORRES LÓPEZ
Desde que comenzó a atisbarse que Syriza en Grecia y Podemos en
España podían llegar a gobernar con propuestas diferentes a las que se vienen
aplicando en Europa no se ha parado de decir que sus programas son
irrealizables.
Desde hace unos años en Grecia y ahora en España el formato es
el mismo. Los economistas que en su día decían que no había burbuja
inmobiliaria, que se saldría de la crisis enseguida o que llevan años
difundiendo modelos que siempre fallan calculando la evolución de las pensiones
públicas, se presentan ahora como los que de verdad saben predecir el futuro
para asegurar que las propuestas de Syriza o Podemos no se podrán llevar a la
práctica. Los presidentes o ministros de los gobiernos, como el español, que
han incumplido la totalidad de sus compromisos electorales dicen ahora, como
Rajoy, que Syriza o Podemos prometen “lo imposible”. Responsables públicos que
en los últimos años han dejado que se produzcan autenticas fechorías y
corruptelas de todo tipo, ahora aseguran que con Syriza o Podemos se
deteriorarán las instituciones. Y los que han aplicado las políticas que han
multiplicado la destrucción de empresas, el paro, la deuda y la evasión de
capitales, afirman con rotundidad que las políticas de Syriza o Podemos nos
llevarán a la catástrofe económica.
Estos discursos agoreros están claramente orientados a minar la
confianza de la gente en estas fuerzas políticas de nuevo cuño y son muy
exagerados pero no podemos engañarnos: hay que reconocer que tienen una buena
parte de razón y que será muy difícil que Syriza o Podemos puedan llevar a cabo
sus propuestas de recambio político y económico (esta es la típica frase que
algunos podrán sacar de contexto para decir que “el gurú” económico de Podemos
reconoce que sus propuestas son inviables). Pero las personas honradas e
inteligentes no se quedan aquí sino que inmediatamente se preguntan por qué
será tan difícil o incluso quizá imposible llevar a cabo el programa completo
de estos partidos. Y lo que ocurre es que cada vez más gente está descubriendo
de dónde viene esas dificultades.
La gente se está dando cuenta de que el fracaso de las políticas
europeas a la hora de crear actividad y empleo o de acabar con la deuda es evidente
y de que la situación económica que dejan las políticas que se vienen aplicando
es deplorable. Se decía que las políticas de austeridad eran imprescindibles
para reducir la deuda pública, pero lo cierto es que en la Eurozona ha subido
del 72% del PIB en 2007 al 103% en 2014, en Grecia del 103,1% al 174,9% y en
España del 35,5% al 96,8%. Y aseguraban que gracias a sus políticas se crearía
empleo pero en la Eurozona hay ahora casi dos millones de ocupados menos y seis
millones de parados más que en 2007.
Cualquier persona inteligente sabe que será muy difícil restañar
la herida económica tan profunda que están dejando las políticas actuales.
La gente también se está dando cuenta de que el fracaso de esas
políticas no se produce por casualidad sino porque los gobiernos están
claramente al servicio de los bancos y de los grupos económicos más poderosos.
Todo el mundo sabe ya que la disminución de las ayudas a los grupos y población
más pobres o la menor financiación de los servicios públicos que necesitan para
salir adelante han ido en paralelo al crecimiento de las ayudas a los bancos y
a las grandes empresas. Y la gente percibe claramente que el aumento de la
pobreza y la pérdida de ingresos de los grupos de renta más baja se corresponde
con una situación cada vez más acomodada de los más ricos.
Cualquier persona inteligente sabe que será muy difícil realizar
reformas simplemente orientadas a repartir un poco mejor la renta y la riqueza
porque está claro que los de arriba lo quieren todo y que no están dispuestos a
repartir ni lo más mínimo. Su resistencia, como siempre ha pasado, será grande
y quizá hasta violenta.
La gente también se está dando cuenta de que para llevar a cabo
estas políticas los gobiernos han ido desmantelando la democracia en Europa y
que a la hora de tomar decisiones no obedecen a los pueblos que los han elegido
sino a poderes económicas y financieros que se mueven en la sombra y que nunca
se presentan a las elecciones. Es cada día más evidente que Europa se convierte
poco a poco en una dictadura cuando sus responsables amenazan si se dan unos
determinados resultados electorales o si la gente respalda políticas que no
sean las que quieren aplicar los grandes poderes.
Cualquier persona inteligente sabe que cuando se debilita la democracia,
como ocurre hoy día en Europa, se hace muy difícil que la voluntad popular, por
muy mayoritaria que sea, pueda realizarse.
Esas dificultades las conocen ya cada vez más ciudadanos. Pero
lo que no saben los que quieren convencer a la gente de que las propuestas de
Syriza y de Podemos son irrealizables es que la gente no es tonta.
Es verdad que la mayoría de las personas normales y corrientes
no tiene grandes conocimientos de historia. Pero tiene memoria y sabe que
incluso no hace mucho se han producido cambios inesperados o bastante más
difíciles que los que puedan proponer Syriza o Podemos. Mucha gente sabe que
todos los poderes del mundo defendían la esclavitud como un derecho natural, o
que las mujeres no votaran ni tuvieran derechos. Y mucha más gente vio caer el
Muro de Berlín (¿habría algo más “imposible” que eso días antes de que cayera)
o revoluciones de un día para otro en naciones vecinas.
Es verdad que la mayoría de la gente no sabe análisis económico
para comprobar que las críticas que se hacen a los programas económicos de
Syriza o Podemos no tienen fundamento científico sino puramente ideológico.
Pero tiene suficiente sentido común como para percibir que no tiene sentido
decir que es imposible llevar a cabo en Grecia o España medidas políticas o
económicas que ya se han aplicado en otros sitios.
Pero, sobre todo, la gente empieza a convencerse de que en la
vida no se puede decidir solo en virtud de que algo le parezca realista o no a
unos pocos sino en función de imperativos éticos que, como en este caso, llevan
a reclamar justicia, libertad, bienestar o responsabilidad para todos los seres
humanos por igual. El apoyo a Syriza o Podemos está aumentando tanto porque
cada vez hay más gente deseosa de realizar una apuesta ética diferente porque
ya está cansada de que todo vaya a los de arriba, de que se pueda robar sin
límite a los de abajo, de que se destruya la naturaleza sin descanso o de que
no se pida cuentas a quienes nos han llevado a la ruina. Y lo que no parece que
sepan quienes dicen que las propuestas de Syriza o Podemos son irrealizables es
que la fuerza con más capacidad transformadora del universo es la convicción
moral y el impulso ético de los seres humanos. Es verdad que Syriza o Podemos
no tienen el monopolio ni de esa convicción ni de ese impulso, y que no podrán
conseguir todo lo que se proponen por sí solas, pero empiezan a disponer del
suficiente como para salir adelante e incluso para transmitirlo a otras fuerzas
políticas y sociales, tal y como se está demostrando día a día.
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