MUJICA: “LA
PLATA ME IMPORTA UN CARAJO”
POR GUSTAVO CARABAJAL
“La militancia es lo único que me motivó siempre. Los cajones de
muerto no tienen bolsillo ni manija para adentro, así que nadie se lleva nada
para el otro lado. Solo importa lo que dejas”.
Fiel a su estilo, ya tiene la cabeza puesta en el próximo paso.
En su trabajo como senador y en su rol como uno de los referentes y guías más
importantes del Frente Amplio. Promete “dar batalla” por la UTU en el
Parlamento, trabajar fuerte en todo el país en las elecciones departamentales,
ponerse al frente de las obras de la escuela agrícola que construye en su
chacra, ayudar a formar nuevos referentes del FA y “morir con las botas
puestas”, fiel a sus ideales, militando hasta el último día. Queda claro que
hay “Pepe” para rato.
Durante la larga charla con LA REPÚBLICA, el presidente, que
pronto cumplirá 80 años, dice que no pensó ni por un minuto en jubilarse y
mucho menos en abandonar la militancia que inició cuando tenía solo 14 años.
Reclama un lugar, no para él que ya lo tiene asegurado, sino para todos
“aquellos viejos que mantienen la lucidez y no pueden quedar archivados ni
colgados”.
Tranquilo, distendido, el presidente José Alberto Mujica Cordano
saca unos almohadones guardados en el comedor de su casa y los coloca en los
sillones de hierro del patio donde transcurre la entrevista, sin agenda ni
horarios, con la única presencia esporádica de “Ramona”, la perra que por un
rato ocupará el lugar de “Manuela”.
Se lo nota reflexivo, casi nostálgico. Defiende su idea de
“desacralizar” la presidencia, quitarle tanta formalidad y acercarla a la
gente. Por largos minutos se toma su tiempo para hablar de lo que deja, de lo
queda y de lo que falta. Pero recupera el entusiasmo cuando se refiere al
futuro, a lo que sigue a partir del día mismo que entregue su cargo a Tabaré
Vázquez. Ahí parece transformarse , se lo ve feliz por el cariño de la gente y
por poder seguir adelante. Es otra vez el “Pepe”, genio y figura.
Se siente feliz
Habla con la serenidad de un hombre que sabe que su gobierno
cumplió muchos de los objetivos planteados y ayudó a que el Frente obtenga su
tercer mandato consecutivo. Pero sobre todo por el “cariño y el reconocimiento
de la gente”.
“Me siento feliz, hasta donde puede llegar la felicidad humana,
porque hago lo que me gusta y lo voy a seguir haciendo hasta el último día. No
me dejo robar la libertad ni el tiempo, por eso voy a seguir militando mientras
el cuerpo resista, porque es lo que más me motiva y me gusta hacer”.
Las prioridades que lo acompañaron a lo largo de su vida salen
continuamente durante la charla. “La militancia es lo único que me motivó
siempre. A mí la plata me importa un carajo, y menos ahora que estoy veterano.
Los cajones de muerto no tienen bolsillo ni manija para adentro, así que nadie
se lleva nada para el otro lado. Solo importa lo que dejas”.
Afirma que no acumula rencores, ni odios, a pesar de las duras
batallas que enfrentó en su vida y lo tuvieron encerrado en prisión por más de
diez anos. Una actitud que todavía muchos le recriminan.
“No tengo odios y se enojan porque digo que no tengo cuentas
para cobrar. ¿Qué voy a hacer si no odio a nadie? Por mi manera de ser pienso
siempre hacia adelante, en las cosas que vienen. Yo no vivo revolviendo el
pasado, mirando para atrás. El compromiso con el porvenir me parece lo más
importante, aunque yo ni siquiera vaya a verlo”.
Sin cuentas por cobrar
Por momentos se siente incomprendido en este concepto. “A veces
me doy cuenta que no me entienden, porque como estuve preso y tirado en los
aljibes, parece que tendría que ser un tipo lleno de cuentas para cobrar, y
como no las tengo, algunos se calientan. Yo no tengo cuentas para cobrarles a
los viejos y menos lo voy a hacer con las generaciones que vinieron después,
porque no tienen nada que ver con los disparates que se hicieron en el pasado.
Comprendo que haya otras maneras de ver las cosas, pero esta es la mía”.
“Las nuevas generaciones que tienen 20 años no tienen ni idea de
quién era el General Seregni o Raúl Sendic o lo que pasó en la dictadura,
empieza a ser una cosa lejana de unos viejos que andamos hablando de eso. ¿Está
mal? No está mal ni está bien, son de otro tiempo, van para otro lado, les
preocupa más el problema digital y de las redes y si nos ponemos a sacar nuestros
recuerdos y pasados, no les aportamos nada. Y ellos son el mañana”.
“El único animal capaz de tropezar varias veces con la misma
piedra es el hombre. Ni cultivando la memoria ni no cultivándola el hombre
aprende, porque la única memoria que enseña es la personal, lo que uno ha
vivido, lo que se dice por consejo no sirve para nada”.
Se lo nota obsesionado por ayudar a los más chicos, por eso una
de las cosas que más lo llenan de orgullo es la escuela agrotécnica que está
construyendo en su casa. Los trabajos son incesantes para llegar en tiempo y
forma al comienzo de las clases. De un lado del camino que conduce a su chacra
está el que será el edificio donde funcionarán las aulas, del otro, al lado
mismo del patio de su casa, donde el presidente suele cosechar acelgas, será el
campo de prácticas agrícolas para que los alumnos hagan sus primeras
experiencias
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