CUANDO...
DUNIA SÁNCHEZ
Cuando el nocturno se libra de los
astros observados viene el crepúsculo anunciando nuevas vivencias. Vivencias
que se disipan a medida que somos arrastrados por el oleaje hacia un plano
infinito de nuestros deseos. Se escucha el voraz zumbido del viento, un viento
que viene y que va y nos hace columpiar en la sombra de una lluvia de soles que
nos dará el necesario empujo para continuar. Estoy aquí. Estamos aquí…En un
estado que se asemeja a la dualidad de nuestra esencia. Una esencia pacífica, conocedora
de cada rincón del universo. Queremos alcanzar una nube, tocarla, vivir en su
atmósfera viajera a través de estas ínsulas.
Nos quedamos estáticos cuando en un acantilado eclipsamos nuestros ojos
de vertientes añorantes. Y giramos y giramos entorno al filo de su abismo. Un abismo que se presenta bajo
un telón de flores que nos harán despertar.
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