Te acercas...
DUNIA SÁNCHEZ
Te acercas. Yo de mi
rendija veo cierta claridad de la jornada aunque este perturbada por una fuerte
lluvia y viento. Te paras en ellas pero no te das cuenta que estoy ahí debajo.
Tu ropa mojada y tú haciendo contra el viento. Abre los brazos. Recoges todo lo
que la naturaleza te puede dar aunque esta vez sea violenta. Yo aquí debajo,
encerrada entre cuatro paredes donde voy marcando los días que pasan. Hace
tiempo que no pruebo bocado y el olor de mis heces y orín hacen de las ratas un
lugar apacible. Pero tu ahí con el viento y la lluvia. Les hablas. Dices
“venid, venid hacía mi”. Ya me gustaría estar a tu lado, grito. Pero no me
oyes. Yo en este pozo de mierda, de tinieblas estoy condenada. De repente todo
cesa. Todo. Y miras por la rendija. Me vez en un rincón acostada. Te extrañas
de ese mundo tan y tan oscuro, tan y tan grotesco. Te preguntas por qué. Yo te digo por qué lo he decidido así. No, no
puede ser, dices y me tiendes las manos. Abres las rendijas. Y mi mano débil
toca la tuya. Siento el vibrar de la vida, del optimismo existente en ti y me
contagias. Por qué estaré mendigando, haciéndome la pobre, haciéndome la
muerta, me digo. Sí, me digo si tú estás ahí. Ahí, empapada, tiritando de frío
pero con una energía edificante, hechizante. Me animo a salir. Hace tiempo que
no veía la luz. Mis ojos se cierran. Grito para saber dónde estás. Pero no me
oyes. No…No me oyes. Sola a través del sueño. De un mal sueño del que no logro
despertar. Otra vez vuelve a llover. Otra vez el viento sopla bestial. Y dejo
que me arrastre con su sabiduría brutal. Aquí estoy, arriba de mi agujero. Presiento que regresas. Abro los ojos y estás
ahí. Me das la mano y corriendo nos guarecemos bajo techo. Me miras. Yo demacrada.
Tu vital. Nos abrazamos y esta unión se unifica. Ahora somos una tú y yo, yo y
tú.
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