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lunes, 15 de diciembre de 2014

Divagaciones de una mañana otoñal....

Divagaciones de una mañana otoñal....

DUNIA SÁNCHEZ

Un horizonte sombreado de naranjas, rojizos, malvas nubes que dicen de la lluvia venidera. Un horizonte donde el océano en su plano infinito disemina esperanzas a los que respiran de él. Un horizonte embarcado a la deriva de nuestros sentidos cuando en calma esbozamos nuestra primera mirada a la jornada. Un horizonte de ecos fecundos transmitiendo el erguir de nuestras energías al son de su quieto paso. Tú aquí, ronroneando alguna balada que te viene  a la memoria después de muchos años. Canturreas algún himno echo tuyo alimentando tus pasos a través de los pasillos de tu casa. Abres, cierras ventanas en busca de esos filigranas broncíneos que te más aliento para continuar. No quieres despertar a nadie. Descalza y con ese murmullo de una tonada avanzas en tu quehacer. Sales, te vas al patio, un gran patio donde el aroma de la mañana después de la lluvia te llena. Eriges cierto monólogo. Sí, ahora que nadie te escucha.  “ Aquí estoy sumisa entre la realidad y el sueño. Estos años atrás han sido duros, muy duros. La siembra de mis manos cansada no ha dado su fruto. Todo perdido. Todo devastado por el tifón de la calma. Todo igual. Me elevo como si fuera un albatros al encuentro de algún desierto que me alimente. Sed, mucha sed que me va consumiendo, dejándome en un estado de aislamiento. Ellos duermen y no lo captan. Mi silencio. Mi soledad. Mis lágrimas intangibles al aleteo de sus huellas sobre mí. No sé lo que me espera el mañana. Desorientada y orbitando en nebulosas que se pierden con la claridad me emancipo de todos. No, no habéis comprendido. Nauseas vienen a mí y me siento caer. Si caer en una playa donde la mar de fondo me llama. Nadar y nadar, sentirte la ahogada, la que se estremece contra las rocas. Pero la serenidad me hace eternamente salir, respirar y de nuevo en la orilla desnuda con el frío otoñal. Regreso bajo mi techo. He rejuvenecido con este baño. Escribo algo en mi diario. La experiencia de hacerme la ahogada y otra vez aquí, en este patio. Todos duermen, no quiero despertarlo

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