CUBA Y LOS
MÁS DESFAVORECIDOS DE LA TIERRA
ESCRITO POR ANDRÉS MARÍ
Creemos que por
encima de triunfadores y perdedores, lo que más impacta, sobre todo a aquellos
que, dentro y fuera de Cuba, apoyamos los ideales cubanos, es que ahora el
Mundo Pobre se hará más evidente: ha triunfado su causa para ser visto.
Hoy hemos
recibido la feliz noticia de que, como un día dijo el Comandante Fidel Castro,
nuestros héroes antiterroristas encarcelados injustamente en Estados Unidos han
vuelto a nuestra amada isla. Gran acontecimiento. Y Fidel está vivo para
verlos. Una maravilla de la suerte del ser humano. También supimos que, al
unísono, -al unísono, es muy importante destacarlo- los gobernantes Raúl Castro
y Barak Obama, desde La Habana y Washington, dijeron al mundo que Cuba y
Estados Unidos inician una nueva etapa de relaciones que debe conllevar al
restablecimiento de relaciones diplomáticas entre los dos países y el fin del
Bloqueo Económico, Comercial y Financiero que la pequeña potencia del Norte
ejerce contra la gigantesca nación del Sur por más de 50 años.
Más de 50 años
en que la potencia norteamericana se propuso, según reza el objetivo del
bloqueo, "rendir por hambre, miseria y desesperación al pueblo cubano para
que éste derroque a su gobierno revolucionario". Hoy oímos al presidente
Obama decir que " no ha servido de nada". Y es un
decir, porque, como bien dijera Raúl, "muchísimo daño ha ocasionado al
pueblo cubano y a su economía". Pero no hizo el daño buscado, pues cuando
un pueblo y sus gobernantes están dispuestos a resistir todas las embestidas de
sus enemigos y a vencerlas, resisten y vencen. La inmensa mayoría de los
cubanos, aún cuando vivan en ciudades bastante deterioradas y en mínimas
condiciones materiales, poseen los más altos índices de educación y sus
espíritus están plenos de la gran sabiduría que significa tener una dignidad a
la altura de la historia que los hizo libres.
Esperemos que
las nuevas generaciones de cubanos sepan continuar y revitalizar la inmensa
obra redentora que les dejan las viejas generaciones con la Revolución. Muchos
errores habrán cometido los dirigentes cubanos para poder entregarnos una
proeza tan enorme como la que hoy celebramos millones de cubanos y otros muchos
millones de personas y luchadores por todo el mundo. Y es que a pesar de
asistir al reconocimiento norteamericano del gobierno cubano, de la nación
cubana y de la dignidad cubana, el Sistema de Mercado, impuesto por el
Capitalismo y al que en alguna medida Cuba ha tenido que recurrir para
sobrevivir en un mundo globalizado de la peor manera por los más poderosos,
puede hacerle un daño descomunal a todo y a todos. Pero tengamos confianza en
que las nuevas generaciones no se dejarán enajenar por los colores fatuos del
Sistema Capitalista y que lograrán sumergirse en la realidad tan necesaria y
urgente del mejoramiento humano por el que tanto clama toda la Humanidad, sobre
todo los más desfavorecidos de la Tierra: en ellos nos va la verdad.
Se podrían
decir millones de palabras hermosas sobre el pueblo cubano y el hecho realmente
histórico que nos ha tocado vivir por la propia existencia de la Revolución
Cubana. La alegría es inmensa. El mundo entero, desde Australia hasta el más
recóndito paraje de la Patagonia, desde el Ártico hasta la más sencilla aldea de
Colombia, y así en todo lugar y por todos los medios de comunicación, se han
hecho sentir con ferviente entusiasmo las noticias reveladoras de una verdad
absoluta: Cuba ha vencido. No obstante, muchos interpretarán la realidad bajo
otros prismas que atenúen la victoria cubana. Debemos permitirles el delirio,
hoy estamos de fiesta.
Además, creemos
que por encima de triunfadores y perdedores, lo que más impacta, sobre todo a
aquellos que, dentro y fuera de Cuba, apoyamos los ideales cubanos, es que
ahora el Mundo Pobre se hará más evidente: ha triunfado su causa para ser
visto. Pensemos, entonces, que ahora habrá de extenderse, con mayores recursos
y profundas voluntades políticas, lo que Cuba ha practicado durante más de 50
años: justicia social y dignidad humana. Porque Cuba siempre ha compartido con
los pueblos más desfavorecidos de la Tierra lo más grande que teníamos en la
isla, nuestro Sistema de Sanidad, de Educación y los más elementales Derechos
Humanos que conquistó la Revolución Cubana. Y no dábamos lo que nos sobraba,
dábamos incluso hasta lo que nos faltaba: todo.
Simplemente se
quiso que el mundo entero mirara la espantosa herida que devasta a pueblos y
naciones enteras. ¿Cómo poder aspirar a ser humanos y libres manteniéndonos
indiferentes a la inhumanidad y a la esclavitud que reinan en la civilización
que vivimos? Si esta civilización no cambia va directo al desastre más
absoluto. Resulta una vergüenza para la civilización preconizada por los
Estados Unidos que cuando el gobierno cubano organiza brigadas de médicos para
asistir a los más pobres del Mundo en África, América Latina o Asia, el
Departamento de Estado Norteamericano organice Planes para captar a esos
médicos y mediante el ofrecimiento de ventajas económicas logre convencer a algunos
para que abandonen esas misiones. Quienes realizan esos planes con los más
sencillos especialistas cubanos están enarbolando la mortífera civilización que
debe cambiar.
Bueno, acabemos
el horror y comencemos la celebración: por encima de todos los argumentos, algo
ha empezado a cambiar en el día de hoy. Emocionémonos entonces con el inicio de
este cambio y pensemos que es posible la paz y la fraternidad entre todos los
seres humanos y entre todos los pueblos que compartimos este mínimo trozo de
tierra con el que giramos por el universo. Cuba es una isla muy pequeña en
tierra y en habitantes, pero es una potencia gigantesca en el esfuerzo del ser
humano por conquistar la esperanza de que Un Mundo Mejor es Posible.
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