MONAGO Y LOS
MARES DEL SUR.
ESCRITO POR JAHIIME JIPI
"Todo
el mundo tiene derecho a la vida privada"
"Todo el mundo tiene derecho a la vida
privada". Esta frase se entiende de una forma sui generis entre la derecha
extremeña: lo mismo sirve para querer empurar a gente que ha gritado delante de
tu casa mientras tú andabas por los Madriles, como quiso y no consiguió hacer
Floriano con miembros del Campamento Dignidad, que para evitar explicarle a la
ciudadanía qué has hecho con su dinero una vez que te han cogido con el carrito
de las azafatas, muyayo, como quiere el bombero.
El Molt Ibarrable iba por ahí enseñando sus
manos limpísimas y lanzando fetuas en sus homilías venidas de la boca del
asesor que vino del norte, echándole cuyons a temas que a los extremeños ni nos
iban ni nos venían y sacando el pecho como un palomo buchón jugando a ser el
nuevo Gallardón del PP. Saliendo en todas las teles, colándose en todas las
fotos como un Petit Nicolás para irse dejando ver y conseguir, en el futuro,
agarrar más poder que el de ser el encargado de una colonia sin mar.
Pero se jodió la cosa, 32 veces voló el pájaro
camino del de Canarias, según él por cuestiones de trabajo, que todo el mundo
sabe que en un parlamento de corte regional se intercambian los territorios
para conocer mundo y lo más normal es que un senador propuesto por la asamblea
extremeña se preocupe por el turismo canario y trate de reflotarlo cada dos
semanas. Y a nada estaba ya el ahora presidente de conseguir que alguna islina
pasara a ser territorio extremeño cuando se descubrió que entre vuelo y vuelo
se alegraba el ciruelo (no he podido evitar hacer el ripio, lo siento, me he
equivocado y no volverá a ocurrir más de 30 veces) en vez de luchar sin
descanso por los intereses de extremeños o canarios. Viajes de placer (no de
trabajo, se entiende) que eran pagados por todos con cargo al Senado llevados a
cabo por el nuevo progre y martillo de herejes del PP.
Monago, aplícate tu cuento, sí que puedes hacer
más, y aunque sea aún con todos los dedos intactos, demuéstrale a Cospedal que
sí podéis hacer más y dimite. Aprovéchate de que todavía existe esa engañifa
del senado y que vuestros chanchullos aún son legales, vuelve a él, vuela bajo
radar, síguenos robando y aterriza tranquilo en tus mares del Sur. Mientras
estéis a tiempo.
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