LAS MUJERES
NO MORIMOS; SOMOS ASESINADAS
ESCRITO POR NEREA SANCHÍS
Las mujeres seguimos siendo un asunto menor, nuestros
asesinatos, nuestras vidas truncadas, no importan. Los recortes y la
precariedad dominan nuestras vidas
Las mujeres y
las niñas en España vivimos bajo la amenaza de la violencia machista; ésta nos
atraviesa día a día sin descanso. 46 mujeres han sido asesinadas en lo que va
de año y miles de mujeres ven peligrar constantemente sus vidas y proyectos.
Mujeres de todas las edades y procedencias, con nombres y apellidos, con
rostros, cuerpos, sueños, inquietudes, hijos e hijas, cuyas vidas quedan
truncadas por el terrorismo machista, normalizándose esta violencia en nuestras
vidas y cuerpos.
Ante tanta
masacre, indiferencia. Indiferencia que va más allá, pues las praxis políticas
del gobierno español legitiman e invisibilizan la violencia hacia las mujeres,
lo que se traduce en negligencia, irresponsabilidad, falta de sensibilización.
No hay voluntad de que la situación cambie, asistimos a un abandono total y a
la desaparición de las políticas sociales y de igualdad. Las mujeres seguimos
siendo un asunto menor, nuestros asesinatos, nuestras vidas truncadas, no
importan. Los recortes y la precariedad dominan nuestras vidas. El desempleo,
la discriminación laboral, la imposibilidad de crecer en el ámbito del trabajo.
Recortes económicos e ideológicos, ataque constante a nuestros derechos
sexuales y reproductivos. Vemos como se destruyen los servicios de atención a
las mujeres, CIMs, PIMs y otros servicios sociales, y la desaparición de los
apoyos socioeconómicos para salir de la precariedad, la violencia y el riesgo.
Sin duda nos
han vendido el espejismo de la igualdad, una estrategia claramente patriarcal
para conservar el status quo del modelo poder-sumisión. La sociedad española no
siente que la violencia machista sea un problema, así lo demuestran los últimos
estudios realizados; sólo el 0,5% de la población española considera la
violencia machista como uno de los problemas sociales más importantes ¿Cómo
podemos vivir con tanta indiferencia y desconexión de la realidad? ¿Cómo puede
seguir tan naturalizada la violencia contra las mujeres? Todo ello nos hace
pensar en la vulnerabilidad de los derechos de las mujeres y en la perversión
de un gobierno retrógrado y patriarcal, aliado al poder de instituciones tan
nocivas para la vida de las mujeres como la Iglesia. Nos atrevemos a decir que
nuestro gobierno no sólo incumple la ley de la violencia de género, sino que
promueve dicha violencia, con discursos y prácticas políticas como las de
Gallardón, Ana Mato, María Dolores de Cospedal o Cañete.
Este último año
está resultando especialmente violento para las mujeres que habitamos este
país, con la ley Gallardón, una de las muestras más extremas de violencia
machista, donde nuestros cuerpos y vidas se ponen al servicio del estado y de
los hombres, donde se hace patente el odio hacia las mujeres, y el repunte de
crímenes machistas el pasado mes de agosto, con 10 mujeres asesinadas, una tras
otra, y el pálpito latente de que cada vez que una mujer es asesinada, otra le
seguirá, algo desgarrador. Nos atrevemos a responsabilizar al gobierno de este
auge de violencia machista y a decir que nuestro sistema está contaminado de la
misma por doquier.
Ante tanto
terrorismo machista, las mujeres no desistimos en nuestra lucha, seguimos
articuladas y creando nuevos espacios de resistencia, donde la hermandad y la
creatividad se convierten en nuestras principales aliadas. Nuestra propuesta
más potente para la transformación sigue siendo y será el feminismo, que nos
permite transitar hacia la libertad, cuestionar el sistema heteronormativo,
patriarcal y capitalista en el que nos socializamos. Nuestra apuesta y
esperanza es construir un mundo más humano, ético y estético, donde no tengan
cabida los políticos corruptos y el abuso, donde se rindan cuentas por las
malas gestiones, el fraude y el robo a la ciudadanía. Estamos convencidas de
que el activismo político es la única salida para que las mujeres no nos
quedemos recluidas en casa, ya que nos reconocemos como ciudadanas con derecho
a la vida, al trabajo, a la dignidad, a decidir sobre nuestras vidas y sobre
nuestros cuerpos. Desde Mujeres Supervivientes reivindicamos el derecho a la
paz como un derecho inherente a todos los seres humanos sin distinción o
discriminación alguna. Y la paz no es sólo ausencia de violencia, sino la
oportunidad de vivir sin temor y sin miseria.
VIVAS NOS
QUEREMOS
Nerea Sanchís
es Psicóloga Social experta en estudios de Género y activista de Mujeres
Supervivientes de Violencias de Género.
http://enlucha.org/articulos/las-mujeres-no-morimos-somos-asesinadas/#.VGshkGfDtTA
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