EL PAGO A LA
BUROCRACIA SINDICAL POR SUS SERVICIOS
ESCRITO POR ÁNGEL LUIS PARRAS
El escándalo
de las tarjetas opacas de Cajamadrid o los cerca de 1,5 millones que afloraron
en las cuentas del histórico dirigente de la José Ángel Fernández Villa, se han
convertido en un nuevo escándalo de corrupción en el que aparecen implicados
varios de los dirigentes sindicales históricos de CCOO y UGT.
Sobre los “sindicalistas” implicados en la tarjetas de Bankia y
el dinero de Fernández Villa
El pago a la burocracia sindical por sus servicios
El escándalo de las tarjetas opacas de Cajamadrid o los cerca de
1,5 millones que afloraron en las cuentas del histórico dirigente de la José
Ángel Fernández Villa, se han convertido en un nuevo escándalo de corrupción en
el que aparecen implicados varios de los dirigentes sindicales históricos de
CCOO y UGT.
La indignación suscitada es más que legitima, tan legítima como
indignarse con los que ahora se hacen los encontradizos y “descubren” semejante
tropelía. “No entraba en mi cabeza algo así", es algo
"insospechable" afirma sin sonrojarse Cándido Méndez. Y de nuevo el
coro de tertulianos y el circo mediático encuentran en el hecho carnaza para
disparar en todas las direcciones.
Pero bastaba con haber escuchado a muchos mineros hablar de
Fernández Villa, bastaba con escuchar a los trabajadores/as de Banca, a los
muchos y muchas afiliados de CCOO-Confia que hartos de todo esto rompieron con
CCOO. Y si no se quería escuchar, bastaba con entrar en google y poner el
nombre de estos personajes para ver a muchos de ellos implicados en la
acumulación vergonzante de patrimonio y fortuna.
¿Quién fue desde las filas del “sindicalismo”, cómplice de que
de los 45.000 mineros que había en los años 80 se pase a los menos de 4.000 que
hoy quedan? ¿Quién fue cómplice de que los Fondos Miner y las ayudas
millonarias (más de 27.000 millones de euros hasta el 2012) a la minería, se
perdieran por los desagües de las empresas y los caciques locales, mientras la
familias mineras se quedaban sin empleo y sin futuro y los pueblos se
convertían en desiertos? ¿Quién desde el sillón del Consejo de Administración
de Hunosa, aplicó sin pestañear todo el plan de reconversión minera? Cualquier
minero asturiano sabría ponerle nombre: José Ángel Fernández Villa. Y a buen
seguro que los mineros más combativos podrían añadir muchos más detalles
incluido el matonaje con el que aplicó durante cerca de tres décadas sus
“directrices sindicales”. ¿Y alguien creía que todo eso era gratis?
¿Quién fue desde las filas del “sindicalismo” quien durante 24
años hizo piña con Botín y los grandes banqueros para llevar a cabo la mayor
reconversión del sector, la mayor concentración bancaria de la Historia, en la
que se perdieron decenas de miles de puestos de trabajo al tiempo que permitía
que cuatro grandes bancos concentren hoy el 80% de los recursos? De nuevo,
bastaría preguntar a muchos/as trabajadores de Banca, que perdieron su empleo,
para que le pusieran nombre y apellidos: María Jesús Paredes y su ínclito
esposo Francisco Baquero Noriega, dirigentes de CCOO-Confia durante décadas.
¿No sabían que la representante de CCOO citada exigió 9.231
euros para que su pareja apoyara la compra de una torre del Real Madrid? ¿No
recuerdan la sentencia judicial confirmando que Citibank pagó a CC OO, UGT y
FITC a cambio de firmar acuerdos laborales, con los que salieron perjudicados
los trabajadores de la entidad? ¿No vieron nunca la denuncia pública de que
esta insigne pareja había acumulado un patrimonio inmobiliario de más de 2
millones de euros? ¿No leyeron las noticias publicadas desde el 2007 sobre las
empresas que figuraban en el registro mercantil a nombre de Baquero y familia,
empresas que incluían la impartición de cursos de formación de CCOO? ¿Y no
sabían que todo eso se hacía cuando Baquero, designado por CCOO, percibía unos
ingresos anuales de 366.000 euros?
¿No escucharon decir a Villa “yo llevo en este negocio más de 30
años” o escucharon hablar a Paredes dando consejos en las charlas del Sindicato
para invertir en Bolsa, prodigarse en elogios hacia Botín, su jefe, o declarar
a El País en el 2007 “El sindicato construye con los banqueros el modelo de
cambio”?
En CCOO y UGT, los tertulianos todolosaben ¿no tenían noticias
de todo esto? Los que cínicamente callaron o arremetieron (incluidas las
expulsiones del sindicato) contra los que durante toda la vida hemos denunciado
a estos parásitos y vividores, lo hicieron sabiendo que los privilegios de los
que gozaban eran parte del pago por los servicios derivados de su función
social. Mientras la burocracia le garantizase la paz social, el control de los trabajadores/as,
bien valía repartir tarjetas y prebendas.
“Es evidente que una súper ganancia tan gigantesca (ya que los
capitalistas se apropian de ella, además de la que exprimen a los obreros de su
«propio» país) permite corromper a los dirigentes obreros y a la capa superior
de la aristocracia obrera. Los capitalistas de los países «avanzados» los
corrompen, y lo hacen de mil maneras, directas e indirectas, abiertas y
ocultas”
Eso decía ya Lenin hace muchos, muchos, años. No se trata de
mala gente, ¡que también!, de corruptos, ¡que también!, se trata de la
burocracia sindical. Y como se decía en el Ier.Congreso de Cobas (1986):
“En el Estado español ya hace tiempo que las direcciones de CCOO
y UGT, en lugar de organizar y desarrollar una política de resistencia a las
agresiones de la patronal y de los gobiernos del PP o del PSOE, asumen una
política de colaboración activa en la liquidación de empleos con derechos, en
la privatización de empresas y de servicios públicos, en la firma de pactos sociales
de “moderación salarial”, en las deslocalizaciones de empresas o en la
aceptación, por acción u omisión, de las sucesivas reformas laborales.
Esta línea de integración institucional y de colaboración de
clases está íntimamente relacionada con la creciente dependencia de los
aparatos sindicales de la financiación y las prebendas que les conceden el
Estado y la patronal, a cambio de su sumisión: subvenciones directas vía
presupuestos del Estado, gestión de fondos de formación ocupacional y continua,
gestión de los Fondos de Pensiones, pagos y comisiones por ERE’s, participación
en organismos oficiales de representación, liberaciones, convenios de colaboración,
estudios subvencionados… . Se trata de un proceso que independiza materialmente
a la burocracia dirigente de la base de los afiliados/as, convierte a los
burócratas en “profesionales del sindicalismo” con carácter permanente y
transforma el régimen interno del sindicato en una dictadura arbitraria del
aparato al servicio de perpetuar su estatus privilegiado.
La historia concreta del proceso de degeneración de las grandes
organizaciones sindicales se puede rastrear a través de la sucesión de
contrarreformas laborales y de pactos sociales regresivos de los que han sido
cómplices, activos o pasivos, desde la Transición”.
Así pues, habrá que exigir que el dinero se devuelva, que vayan
a la cárcel todos los responsables, pero la lucha contra las tarjetas B de los
“sindicalistas” en particular solo tiene un camino: acabar con la burocracia
sindical y con estos dos grandes aparatos que la sostienen.
Se trata de que cada vez que aparezcan en una empresa
defendiendo sus EREs y sus ERTEs, sus “acuerdos de paz social”, las prebendas
de sus liberados, los trabajadores/as les digamos: a los que os gustan las
tarjetas os vamos a sacar nosotros/as una: la tarjeta roja.
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