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jueves, 4 de septiembre de 2014

CAMBIARLO TODO, PARA QUE TODO SIGA IGUAL

CAMBIARLO TODO, PARA QUE TODO SIGA IGUAL


FRANCISCO J. CASTRO*
 PP y PSOE han perdido una millonada de votos en las elecciones europeas como para hacer reflexionar a cualquiera. Algunos dirigentes de ambos partidos están, efectivamente, reflexionando, pero no en el sentido de cómo mejorar la precaria situación de los españoles, sino respecto a cómo ganar los próximos comicios. La casta política le da vueltas al magín sobre cómo recuperar los votos perdidos, y algunos partidos de la oposición, y otros de “nueva generación”, plantean cosas como, por ejemplo, cambiar el sistema de democracia a república.
No creo que el sistema sea el problema, aunque podamos reconocer que en ciertos aspectos ha fracasado. El problema es la forma de ser de la casta política. En España hemos tenido diversos sistemas, monarquía, república, dictadura y democracia y todos han presentado un denominador común: el que ha gobernado ha querido perpetuarse en el poder a toda costa, por encima de todo. El objetivo de la casta política es siempre el mismo: perpetuarse en el poder. Por eso, creo que cambiar la democracia en república de poco va a servir si los políticos siguen con la misma mentalidad.
La situación del país, todos la conocemos, no quiero ser reiterativo. No hemos mejorado, como señala la propaganda política, sino todo lo contrario. Los datos están ahí para quienes quieran verlos: la deuda, que es una vulgar excusa, ha aumentado; las administraciones públicas han engordado; los recortes de servicios es evidente; han creado treinta nuevos tipos impositivos; los afiliados a la Seguridad Social bajan; el único empleo que se crea es el estacional y precario; no se dice una palabra sobre qué van a hacer con los parados mayores de 45 años, sí, esos que tienen cargas familiares; cada año, hay más desempleados que se quedan sin cobrar nada, y sin expectativas; por lo tanto, aumenta la precariedad y la pobreza; han subido una barbaridad el impuesto de autónomos, pero han bajado el impuesto de sociedades a las grandes empresas; la cesta de la compra no hace más que subir, junto con los combustibles y la energía. En fin, no quiero que me llamen pesimista.
La casta política nos dice que tenemos que cambiar, que las cosas no volverán a ser como antes. Pero, de lo que se trata, con democracia o sin ella; con república o sin ella, es de cambiarlo todo para que todo sigua igual; igual para la casta política. Los ciudadanos de a pie, efectivamente, hemos tenido que cambiar, por necesidad. Pero, ¿los políticos han cambiado? Creo que no. Hoy, todavía un eurodiputado sigue cobrando más de 7.000 euros netos de sueldo y más de 4.000 euros en dietas; un diputado nacional sigue cobrando más de 4.000 euros mínimos de sueldo, aparte las dietas. Ahora entiendo porqué hay trifulcas en los partidos para entrar en las listas electorales. El macroestado de administraciones, empresas públicas y fundaciones sigue sin ser reformado. ¡Vamos!, la lista es larga.
Por lo tanto, ¿cuál es el panorama? Diría que desolador. Parece que el Partido Popular no volverá a ganar las elecciones ni aunque vaya a Lourdes, por eso ha planteado un cambio en la ley electoral. La inestabilidad en el Partido Socialista parece evidente. Y ahí tenemos a nuevos partidos que intentan hacerse un hueco importante entre el electorado. Sabemos cómo han gobernado PP y PSOE, pero no sabemos cómo gobernarían estos nuevos partidos. El próximo mapa electoral parece que va a ser el inicio de un nuevo período de inestabilidad política y social y, por lo tanto, el panorama no pinta favorable a que se vayan a resolver los problemas de los españoles.
Podrán cambiar la ley electoral; nos podrán vender milongas; podrán cambiar la constitución; podrán crear una república o un repúblico, pero nada de eso servirá si los políticos siguen con la misma mentalidad. Esa mentalidad significa agarrarse al poder como sea, mantener su sistema de casta, por encima del bienestar de los ciudadanos. En definitiva, y como sucede desde la Edad Media en España, se trata de cambiarlo todo, para que todo siga igual; igual para ellos.
*Periodista. 

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