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viernes, 29 de agosto de 2014

PUCHERO EN AGOSTO

PUCHERO EN AGOSTO

GERARDO TECÉ
“¿Quién puede oponerse a que gobierne el partido más votado?”, se preguntaba asombrado el otro día ante los periodistas el presidente del Gobierno. Parecía incrédulo ante la posibilidad de que existiese alguien mentalmente sano capaz de estar en contra de esa propuesta suya de regeneración de la democracia tan pura, sincera, bienintencionada, tan de corazón. ¿Quién puede querer que se retuerza la democracia, la voluntad de la gente en los despachos con pactos extraños que responden a oscuros intereses?, seguía asombrándose el presidente a unos metros de la media sonrisa en la boca de Ángela Merkel.

Cinco personas de la misma familia deciden en el pasillo de un supermercado qué comprar con el dinero en común que tienen. Uno vota arroz, otro fruta, otro pescado y dos votan comprar tabaco. Con la ley electoral actual, los tres primeros se pondrían de acuerdo para elegir qué tipo de comida llevarse a casa. Con la nueva ley del PP, una mayoría del 40% ha decidido que quiere tabaco, así que, a fumar.

En psicología, la resiliencia es la capacidad de superar una situación adversa y sacar de ella un aprendizaje y crecimiento personal. En política resiliencia es que te pidan regeneración democrática y tú conviertas eso en una reforma electoral que perpetúe en el poder a Ana Botella, Rita Barberá o León de la Riva cuando las cosas se ponen feas según las encuestas. Y es que hay que reconocer que hay a quien la resiliencia le sienta genial. Si la crisis económica ha resultado ser para algunos tener a mano millones de trabajadores dispuestos a cobrar la mitad que antes y sin quejarse, ¿por qué una exigencia de más democracia no va a poder resultar en gobernar ayuntamientos sin tener la mayoría? En favor de Rajoy hay que decir que esta reforma que parece que va a aprobar en solitario no puede coger a nadie por sorpresa, porque ya avisó a su manera hace un año: “Jamás aprobaré una reforma electoral en solitario”.

Sobre el papel, echando números, esta reforma beneficiaría sobre todo al PP, pero también a Bildu y a ERC en Euskadi y Cataluña. No escucharemos decir desde el Gobierno que esta reforma que le dará el poder en muchos ayuntamientos a Bildu y a Esquerra, es ETA. No hasta que pasadas las elecciones descubran que, oh dios mío, Bildu y ERC han conseguido muchas alcaldías. Y la jugada habrá sido perfecta: mantienen el poder en los territorios corruptos y tienen por delante años con un enemigo diabólico enfrente al que recurrir cada vez que la tapadera de la corrupción y los sobresueldos vuelva a rebosar.

Pero cuidado con los números, que a veces muerden. El papel también nos dice que el apoyo a iniciativas del tipo Ganemos va creciendo en progresión geométrica. Y crece más y más rápido con cada nuevo intento de pucherazo, con cada nueva sacudida desesperada y tramposa por mantenerse en el poder. La resiliencia tiene otra característica: si el aprendizaje y el crecimiento están basados en una mentira, la próxima hostia que llegue puede ser muy grande.

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