¿Y SI JUGAMOS CON DIEZ…?

¿Y SI JUGAMOS CON

 DIEZ…?

JORGE PASCULL

¿Por qué no? Se lo merecen. Que quede para siempre la protesta de un pueblo chico pero de dignidad grande. Que supo sacarse de encima a ingleses, portugueses, españoles, no solo en la cancha sino en la vida, a partir de Artigas y su ejército de gauchos, mujeres e indios, o de aquellos 33 orientales, utópicos pero llenos de vida.

O aquellos atletas del 24, 28 y el 30, que ganaron los primeros 3 mundiales. O aquel puñadito de 11 hombrazos que dejaron en silencio a todo un continente con nombre de país en 1950. ¿De qué nos vamos a asustar? Si en plena dictadura votamos no al plebisicito que nos quería encadenar para siempre? ¿De qué nos vamos a asustar, si siempre hemos vivido entre dos gigantes?

Se merecen que para siempre quede patentada una enorme injusticia. Porque capaz que Luis merecía una sanción, pero y todas las de atrás? ¿Y todas las corrupciones que estos ladrones de gallinas disfrazados de “señores” moralistas han cometido en la FIFA y nunca han sancionado a nadie?

¿Y la “mano de Dios”? ¿ Y el Mundial vergonzozo” de Inglaterra? ¿Y las decenas de obreros muertos en la construcción del Mundial para Qatar? Tal vez el “sacrificio” de Suárez sirva para que de aquí en más sea más difícil la impunidad de la FIFA y de los poderosos.

A Luis, todo el apoyo del pueblo uruguayo. Agradecidos por todo lo que nos dio. Nunca pedimos impunidad para su error o cualquiera que pueda cometer uno de nosotros. Pero ante esta tamaña hipócrita discriminación, nuestro abrazo inmenso. Ni es un criminal, ni es un caníbal, ni un salvaje.

Es un ser humano. Con virtudes, defectos y debilidades. Es uno de nosotros y no vamos a aceptar que lo agarren de chivo expiatorio para tapar todas las injusticias que siempre han tapado.

Retirarnos del Mundial, jugar con diez, de todos somos capaces los uruguayos, ¿de qué nos vamos a asustar? Se merecen el mayor desplante de la historia. Total, si somos campeones mundiales del 24 y del 28 y nunca lo han reconocido estos delincuentes.

Cualquiera sea lo que hagamos, debe estar a la altura de lo que hemos sido siempre como pueblo. Por los de ayer, por los de hoy y por los de mañana