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jueves, 29 de mayo de 2014

PROVOCACION.



PROVOCACION.
L SORIANO

No creo en el sistema ni en el modelo político de este país. No quiero seguir en esta simulación de que aquí  estamos homologados democráticamente por unas simples  votaciones cuatrienales, y por una apariencia de justicia social y división de poderes. Es todo falso, es aparente, es todo una falacia. Creo que debemos de terminar cuanto antes con esta farsa para, desde el suelo, poder recomenzar de nuevo con un sistema que no hayamos pervertido por egoísmo y por ambición. Sin embargo, hay algo peor, mucho peor. Y es la provocación de los gobernantes. De estos y los de antes y a todos los niveles. Porque, yo personalmente, considero que se trata de retar o provocar con inmensa chulería a la ciudadanía, como muestra de su “poder”. Como la meada más larga.

Provocación fue, en la época  de ZP, el nombramiento de 600 asesores y de miles de empresas públicas. El nombramiento de la independentista Carmen Chacón para Defensa, el de la tal Bibiana, el de Pepiño el “gasolinero”, el de la tal Pajin, el de Justicia de la vida en colores y no digamos de la Maleni de mal futuro. Su nombramiento fue solo provocación infantil de patio de recreo y nos degrado como país, y como imagen. Provocación es que este gobierno no haya eliminado nada de lo malo del otro anterior para lo que fue elegido, sino que nombrara a Montoro, a la Bañez,  a Gallardón, al curica de interior y al tal Margallo entre otros. Al no haber eliminado la nefasta ley electoral, reformado la Justicia, bajado los impuestos, recortado el gasto Público corriente y saneado las cuentas públicas; o evitado destruir las arterias corruptas de la política y encarcelar a los que haciendo uso torticero del poder se han apoderado de los cimientos de este país, lo han arruinado económica y moralmente y lo están endeudando hasta límites del “chozno” como descendientes más lejanos.

Provocación es que no solo nos mientan sino que nos insulten y al final nos amenacen con el BOE y con las hordas pretorianas de hacienda, con las harcas esbirras de jenízaros de la política autonómica y local , blindándose ellos de lo que  pudiéramos hacer para defendernos. Y si, nos necesitan indefensos, de rodillas, vulnerables, sin esperanza y sin voluntad.  Nos provocan desde el pedestal de su inmunidad e impunidad. Para eso nombran a sus jueces.                                                ¿O no es una provocación los miles de aforados, los poquísimos condenados por corrupción, los ríos de desmanes desde las Instituciones intocables,  los inexistentes que devolvieron lo robado y la falta de pudor, prurito, pundonor y escrúpulos  ante tanto desmán  y mala praxis  consentida y valorada?

Estoy harto de que intenten manipularnos, intoxicarnos, desviar la atención de los inmensos y reales problemas en que nos encontramos y el negrísimo futuro que nos espera, por su inacción cómplice pero interesada. Estoy aburrido de las provocaciones y espero que antes de que unos o muchos se decidan a cambiar los métodos, tenga la oportunidad de alejarme de aquí.  No tenemos remedio,

A reflexionar
Reflexiones L. Soriano

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