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miércoles, 26 de marzo de 2014

NUBES VACÍAS(TEATRO)




NUBES VACÍAS(TEATRO)
DUNIA SÁNCHEZ




Personajes:
Eva
Sol
Patricius
Doble

La tarde esta en calma. Las nubes vacías no pueden llorar. Ella se encuentra en la puerta de su  casa, acaba de llegar. El día ha sido agotador. La casa,  el trabajo…. Ella entra por la puerta de su casa y se sienta en el sofá. Lo primero que hace es encender la tele, inmediatamente la apaga. Muertes y más muertes. Solo hay desgracias en la caja tonta,  solo estupideces que al pueblo bajo engatusa carcomiéndole lentamente el cerebro. Enciende la radio, es más de fiar. Como no hay programa que le interese pone algo de música, una música que le permita respirar pausadamente para descansar. Ella siente sus pasos aterciopelados y deja que penetre en ella, deja que la contagie de sueños. Sueños que se evaporan cuando va a preparar la comida. Esta ella sola y no sabe que preparar. Su imaginación se despierta igual que su hambre y se le apetece algo apetitoso, algo a su gusto.
     Eva:
 Si, una comida a mi gusto. Ahora lo he de aprovechar. Ahora que él no esta conmigo y dirigía todos mis pasos, todos mis movimientos.  Tienes que hacer esto, tienes que hacer aquello. La blusa no esta bien planchada.  Mis pantalones, ¿dónde están mis pantalones?, decía a puro grito. Un grito que era como astillas que atravesaban mi pecho. Y cuando no, su mano  ¡Ay su mano ¡  Más que una mano era un cuchillo que impactaba en mi estómago. Sí, en el estómago, así no se notan las marcas. Esas marcas que a lo largo de los años te van degradando, como un difuminado. Solo fue un intruso en mi vida. Si, un intruso ¿Qué se cabe esperar de alguien quien cuando comparte  tu mismo techo se vuelve extraño, exigente, dominante, obsesivo, celoso, absorbente, dictador? Y un desfile más de palabras que es casi para no acabar.  Ahora me siento libre. Sola y libre. Saboreo la soledad como ese jardín de las delicias donde las mujeres somos el centro de atención.  Veo la realidad de otra manera. Yo no soy culpable. Mi sentencia es no ser culpable. El culpable no más que fue él, y nada más que él. Aunque, a veces, la duda me envuelve. Me envuelve como el rocío nocturno, como caparazón de espinas pinchándome fuertemente, como siroco en pleno desierto y me siento caer ¿Soy acaso una persona capaz? El deterioro me amenaza e insolente guía mis pasos del hoy ¡Un cierto temor a todo ¡ ¡ Un cierto vaivén que me expande y me contrae ¡ Gravitar como en tierra de hielo donde la luz es un pozo.
(Una nube de color la envuelve y se observa  un puente con dos flancos, el flanco derecho el del culpable y el flanco izquierdo el de los inocentes y, en su centro, una especie de sol que más bien parece un juez)
Sol:
¡Aquí, la vida ¡ La vida soy yo, quien dirige cada uno de vuestros caminos soy yo. A mi derecha tenéis la pena perpetua y el arrepentimiento y, a mi izquierda, la libertad; la oportunidad de dar comienzo una nueva vida.
Patricius:
Tú, me dices a mí que eres la vida. Ja, ja, ja. Sobre mi vida solo dirijo yo. Sobre la vida de ella tiene lo que se merece.
Eva:
Esto no puede ser. Estoy viviendo una pesadilla. El está aquí, lo percibo, lo veo. Igual que siempre. Con prepotencia, con su intolerancia. Sin indulgencia  hacia las personas  ¡Qué es esto ¡  Es como si la muerte blanca se arrimará a mi. Me mira con el brillo de sus ojos  ¡No¡  No puede ser ¿Acaso estoy delirando ?
Patricius:
Si, deliras. Te has pasado toda la vida delirando. Solo ves la sombra que se halla ante ti. Tú sombra. Tu sombra aun me persigue ¡Qué clase de magia usas ¡  Dile a tu amigo que se aparte de mi. Bruja, que no más que eres una hechicera. Me quieres atrapar con tus trampas pero, no podrás.
Sol:
Eva no te preocupes, le ha llegado la hora de su castigo. Cada marca, cada cicatriz, cada trauma que te ha dejado impregnado en tus alas las pagará todas juntas.
Eva:
Si, mis labios ¿Podrán besar de nuevo? Serán esas alas en busca de nuevas bahías ¡No¡ ¡No¡ No confiaré en nadie más. El ha acabado conmigo y de seguro exterminara a otras tantas. Como volver a confiar? Es tan difícil después de esta estampida de balas.
Patricius:
Pero,¿qué dices disparatada mujer ? Yo he sido tu amor. Tu único amor. No hay nadie más, ni lo abra. Y, tú, ¿quién eres para castigarme? Ella ha encontrado lo que buscaba ¡A mi ¡
Eva:
Dile que se calle ¡Qué calle para siempre ¡ ¿Por qué he de sufrir de nuevo ?  Otra vez, esa cocina donde el con su alarido me estremecía desembocando en un mar de angustia. Tu, astro maravilloso, dile que se aparte de mi   ¿Qué pasa?  Parece que me desdoblo. Veo una persona exacta a mi frente a mi  ¿Quién es?
Patricius:
(En bajo)
Ahora no son una, sino dos. Seguro que va a incordiar también.
Sol:
Eva eres tú. Tu otra parte. Esa que es veraz, firme, segura, luchadora, valiente. 
Eva:
¡Yo¡ Mi levedad . Lo que no gravita en el cara a cara.
Sol:
Si. Ella expulsará a este mal nacido de esta esfera que nos rodea. No merece estar aquí. 
 Patricius:
Dejadme en paz. Yo tengo mi vida. De ella me he olvidado.
Sol:
Si otra vida. En que la repetirás lo mismo. La llevarás por las tierras de las amarguras y el sufrimiento. La llevarás por una cama de duros alfileres y la harás danzar.
Patricius:
Dejadme en paz. Ello es asunto mío y de ella.
Eva dos:
¡No¡ No es asunto tuyo Patricius:
         ¡Si¡ Este tema me concierne a mi y a ella. A ella solamente. No tienes llama del infierno a juzgarme.
Sol:
Yo no te voy a juzgar. Ella es la que dará el paso. Ese paso que debió alzar cuando vivíais juntos.
Doble:
Si yo designaré lo que será tu mañana. Nunca más podrás poner tu monstruosa mentira ante las mujeres. Ya no caerá ni una más ¡Entiendes¡
Patricius:
Cállate estúpida mujer.
(Debajo del puente comienzan a verse imágenes del ayer. Patricius hace como que no quiere mirar. Eva frunce el seño y sabe que ello lo va a prestar al  dolor)
Doble :
Mira Patricius. Mira debajo de ti desde este puente que estamos. Ahí esta tu pasado y tu presente. Es decir, lo que tú eres y serás.
Imagen 1:
(Se observa como una laguna ceniza con pétalos marchitos sobre ella. En su centro sobre sale una mujer de mármol)
Lágrimas grises. Pétalos que se carcomen en cada sentimiento tuyo. Soy mujer de la libertad, de la libertad que has diseccionado para no más que dejar rastrojos de mí.
Patricius:
Que dices ida mujer. Cada uno dirige sus pasos y desemboca según lo que halla hecho. No me culpes a mi. Eres lo que has querido ser.
Imagen 2:
(La laguna se va volviendo más oscura sobresaliendo de su centro un cuervo con cuerpo de mujer)
Lágrimas negras. Vuelo que naufraga y se destruye en cada abrazo de astillas tuyas. Soy mujer del aire, del aire sulfuroso que tú desprendes.
Patricius:
¡Mentiras¡ No más que mentiras  ¿Acaso la creéis ? Yo no recuerdo nada malo de mi vida. Soy amable, soy cordial y de una comprensibilidad tan colosal que a cualquiera podéis preguntar.
Imagen 3:
(El tono sigue cambiando. De gris a negro, de negro a un rojo intenso del que su centro se alza otra estatua roja derramando lágrimas de sangre )
Lágrimas rojas  ¡Impotencia y dolor ¡ Soy mujer de lava y de lluvia de calamidades.  Por ti  ¡Por ti ¡
Patricius:
Por mi ¡Qué decís¡ Ratas más que ratas que succiona cuando uno no está en alerta.  Yo no os conozco de nada. De donde salís. Seguro que de esa endemoniada mujer.
Doble:
Ignorante  ¡Soy yo¡  Todo es lo que has hecho sufrir. Sabes, eres como el calentamiento global trayendo la enfermedad a medida que avanzas.
Eva:
¿Sol donde andas? Acógeme en tu regazo. No me dejes sola con él.
La oscuridad viene. Las constelaciones comienzan a florecer y una radiante luna  es ahora fuente que me he de mecer. El aire fresco se introduce en cada uno de los orificios de mi vestido. Siento que soy aire. Aire que viene y que va. Aire que se contrae y se expande. Aire que inspira y espira. Aire que elimina toda la suciedad.
 Doble:
Si, la suciedad en que te ha bañado él. Unos cimientos jóvenes volverán a ser parte de ti.
Eva:
¿Parte de mi?
Patricius:
¿Parte de ella? Hablas de una nueva juventud para ella y no sabes que su único amor he sido yo. No hallará hombre como yo.
Doble:
De eso no estoy segura. Tu nada no hace más que  castillos de magmas viscosos que a quien logras atrapar terminas haciéndola cenizas.  ¡Mujer de cenizas ¡ ¡Mujer que la brisa se la lleva ¡ ¡Mujer que en otra semilla lejana a la tuya florecerá ¡

Imagen 1:
Tu tiempo ha acabado y sigues siendo igual. Nada más que eres degradación de tu conciencia. Nada más que eres un corazón pétreo que no ve más allá de tus ojos malevolentes.
Imagen 2:
Tu tiempo ha acabado y la tempestad recaerá sobre ti. Nada más que eres tierra yerma de tu conciencia. Nada más eres un corazón de tinieblas sin sentimientos a los humanos.
Imagen 3:
Tu tiempo ha acabado y tendrás que pasar por todas las penurias que ella ha pasado. Nada más eres un cuchillo de ácido enmascarado ¿Qué pretendes hacernos ver? Todo lo sabemos nosotras. 
Patricius:
¡Locura¡ Esto no es más que una locura de esa descarada mujer  ¡Serpiente¡ Que tu lengua la extermine una plaga de langostas ¡Locura¡ ¿Esto que es?     ¿Como os ha podido convencer esa condenada mujer?
Eva:
¿Cómo puedes hablar así?
Imagen 1:
Te atreves Eva
Imagen 2:
Eres capaz
Imagen 3:
Venga Eva
Doble:
Ser persona es tu fuerza.
Eva:
Si, me atrevo, soy capaz, tengo la fuerza suficiente para expulsarlo totalmente de mi vida. Aunque mi voz sea ronca de tanto callar y callar ¡Cuánto me he tragado¡  Me cuesta hablar. Pero se que con el puedo. Solamente es un bocazas.
Imagen 1:
Si puedes Eva. Eres libre, tu lucha es la claridad de tus pensamientos.
Imagen 2:
Claro que puedes como la lluvia otoñal tapiza de verde los amarillos campos.
Imagen 3:



Tu, mujer de agua. Lo puedes disolver y hacer nada de el.
Eva:
¡Tu¡ Ser extraño que te has entrometido en mi vida ¡Lárgate¡ ¡Tú¡ Ser aborrecible que me has robado todo la hermosura que tenia en mi ¡Púdrete¡ ¡Qué de vuelta este todo lo que me has quitado de mi vida ulterior ¡ Ahora, comenzará una nueva etapa donde mis alas se desplegaran y se embarcaran para rajar cada roca impetuosa. Ahora, despertaré de esa muerte de tantos años y viviré dentro de una esfera de la que solo filtrará cada rayo de felicidad. Ahora, ¡seré yo¡ Seduciré al amor por  respeto, por deseo, por la alegre tonada que hacen los cuerpos cuando en verdad y en vertical se aman.
  ¡Fuera¡ Fuera de mi vista ya. Mis ojos enrojecidos quieren ser otra vez serenidad de su esplendor, de la nitidez.
Doble:
Si Eva. Aun es temprano. Muy temprano. Son años en lo que tu puedes renovar todo tu ser, toda tu alma más allá de los acantilados que se pusieron en tu camino. Escucha, escucha el mundo. Ruiseñores pueblan ahora este lugar y, si te fijas, el puente son alas de pinzón azul.
Eva:
¡Alas de pinzón azul ¡
El ha desaparecido. Se lo ha tragado las marismas enrarecidas del falso amor. Un huracán ufano despliega toda su potencia y lo hace fluir entre esas imágenes del ayer. Ahora, me siento más libre aun. Un paso que he dar. Una mano que he de acariciar. Unos labios que he de besar. Un cuerpo que he de saborear. Un respeto que me han de ofrecer. Agazapada entre la duda y la decisión. Tendré que caminar de nuevo. Rápido, rápido. Para embellecer mi vida con la felicidad.
Me desnudo.  Con la lentitud del paso del día a la noche.  Dejo mi cuerpo presente como hija de esta tierra  capaz de tener contacto humano. Salgo al balcón. La lluvia cae con armonía. Dejo que sus gotas sea mi llanto, que arrastre todo ese pasado azocado por terremotos. Me acaricio. No me importan las miradas, no me importa el que dirán. Soy libre ¡Libre de él ¡ Libre de cada azotaina brusca de sus manos, de sus palabras. ¡Volver a nacer ¡ Concierto que se mece en alas de un albatros que me llevará lejos, muy lejos. Tan lejos que las nubes vacías que habían en mi vida sean jardines de tulipanes con el carmín de mis labios.
Fin
 

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