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jueves, 6 de marzo de 2014

LAS MUJERES, LA POLÍTICA Y LA VIDA



LAS MUJERES, LA POLÍTICA Y LA VIDA
PATRICIA AYALA

Es de conocimiento de todos que el próximo 8 de marzo es el Día Internacional de la Mujer y me pareció una buena oportunidad para compartir con ustedes cómo vivo y siento esto de haberme dedicado u optado por la militancia política, lo cual hoy me ha llevado a cumplir esta función inédita para las mujeres en nuestro país, más para las mujeres del interior y de un departamento conservador y tradicionalista en sus hábitos y costumbres.

Hecho que para el común denominador de la población del país se convirtió en una rareza, donde comenzamos a romper estereotipos y esquemas muy viejos y arraigados.

En lo personal, lo he tomado como una tarea militante más, comprometida no solo con el colectivo político al cual pertenezco sino con toda la población de mi departamento y del país, muy consciente de que si Artigas se desarrolla, estaremos contribuyendo al desarrollo del Uruguay.

Como digo siempre, soy una mujer común, que limpia, lava, arregla su casa, le gusta tejer y andar en alpargatas, que tuvo la oportunidad y logró estudiar, lo cual durante mucho tiempo le permitió el sustento de su familia, como a otras tantas mujeres les ha tocado. Pero además desde temprana edad tuvo el sueño de una sociedad más justa y con igualdad de oportunidades para todos, que a su manera y a su medida, en el acierto o en el error, acompañó o se rebeló ante determinadas situaciones o hechos y que no aceptó todo porque sí.

Soy de las que dicen que el mundo es redondo y evidencias de ello vaya que las hay, pero no lo digo por venganza o revanchismo, sino porque creo en la justicia.

Hace pocos días alguien me hablaba de las utopías, escuché con atención y en un momento dije: yo soy una utopía. Lograr las cosas, se logran, lo fundamental o más difícil es mantenerlas. Mujeres: hemos conquistado y vamos conquistando espacios, debemos mantenerlos, ha sido producto de lucha de muchas a lo largo de la historia. Es una pesada mochila que con gusto la llevo. Evidentemente en el lugar que hoy me toca estar, es de doble responsabilidad llevar la tarea adelante y demostrar que nosotras podemos hacerlo. Lo que sí debemos aprender es a cuidarnos, aún la sociedad en la que vivimos es machista y nosotras estamos contaminadas por él, aún hay quienes piensan que tenemos que tener a un hombre que nos diga lo que debemos hacer, como si no fuéramos capaces de pensar y actuar por nosotras mismas. Aún a los hombres se les perdonan más sus andanzas y errores, a nosotras la sociedad entera nos tiene bajo la lupa, nos critica, nos juzga y nos desvaloriza 10 veces más que al género masculino. Muchas veces las promotoras de esto somos nosotras, las propias mujeres. Por eso debemos cuidarnos y alegrarnos de los logros de todas y cada una de las mujeres.

Ya no puede haber cosas de nenas o de varones, las responsabilidades son y deben ser compartidas entre hombres y mujeres. Por suerte somos diferentes, pero eso no quita que tengamos igualdad de oportunidades y derechos.

¡Qué bueno el día que logremos la conjunción de género!

¡Qué bueno el día que respetemos a los más viejos y no critiquemos a los más jóvenes!

¡Qué bueno sería que las generaciones intermedias pudiéramos ser la bisagra adecuada para que esas cosas sucedan!

Todo es posible si nos lo proponemos, todo. Muchas veces es cuestión de actitud frente a la vida, más en este momento de cambios culturales, tecnológicos, sociales y demás. Donde estemos, donde nos toque, si no cambiás vos, no cambia nada.

Me gusta lo que hago, me siento bien, con ganas, firme. Sí, tengo presente que las cuestiones de género aún influyen y mucho, pero hubo, hay y habrá mujeres a lo largo de la historia para continuar levantando y plantando banderas. La vida es una lucha de poderes, en la que debemos integrar saberes, aptitudes y diferencias para seguir viviendo y conviviendo.

Entonces, desde aquí, finalmente, quiero enviar un fuerte abrazo a ustedes, mujeres, y también a todos los hombres que nos respetan y valoran.
 

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