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miércoles, 5 de febrero de 2014

SI YO FUERA EL JUEZ

SI YO FUERA EL JUEZ

CÁNDIDO QUINTANA
 Sin ningún tipo de dudas, el affaire de la Playa de las Teresitas es un campeón de campeones muy poco igualable, Tenerife se le queda pequeño y creo que tiene sobrados mimbres para convertirse en un best-seller, a poco que alguien se decida a narrarlo. Pienso hasta que tiene cabida en las pantallas e imagino a actores de primera fila de Hollywood interesados en su interpretación, se la rifarían en busca del oscar, porque su interesante picaresca y elaborada trama tendría en vilo a los espectadores de principio a fin, como nos tiene a todos los tinerfeños y canarios. Estoy convencido de que la película vendería millones y que el libro se convertiría en obligatorio e insustituible en la Universidad, en carreras ligadas a la investigación y a la abogacía. Sería todo un lujo “made in” Canarias, aunque a nosotros nos haya costado un riñón.

 Afortunadamente en Tenerife, además de ciertos empresarios listos, que se prestan a lo que sea para amasar fortunas sin mover ni una piedra, y políticos en la misma sintonía y rumbo, bien pilotando la nave o como simples marineros de tercera pero bien pagados, también hay Letrados que mantienen el tipo con honestidad a prueba de bombas, que se niegan a comer del suculento pastel empresarial que acalla voluntades, que nos mantienen la ilusión. No hace falta que de nombres por bien conocidos. También hay Medios de Comunicación que dan la talla, sobre todo en formato digital, y otros tan importantes como malignos, que se mueven por lo que se mueven y que son de quienes son, que atesoran demasiadas culpas por la desinformación o por la información tergiversada, que es tanto o más peligroso si cabe.

 Las arcas del Ayuntamiento de Santa Cruz están vacías que da pena, y lo están por culpa de jugadas maestras como esta trama de Las Teresitas, con una pila de millones de euros detrás que se han detraído de ellas. Sí, son las arcas municipales, pero realmente los dineros son nuestros. Muchos sacrificios han tenido que hacer las personas de buena fe para dotarlas y ahora nos las han vaciado, ¿como es posible? ¿No dicen que los dineros de los impuestos son sagrados?, ¿a que estamos jugando? Demasiadas familias se han quitado hasta el pan de sus bocas para poder contribuir religiosamente a ellas, como manda la Ley, mientras otros listos, usureros y hambrientos de riqueza, nos las han afanado, ¡que poca vergüenza! ¿No debería ser Ley igual para todos? Y de estas culpas se derivan muchas desatenciones sociales y los gravísimos abandonos que sufre la Ciudad.

 Si yo fuera el juez, y estoy hablando hipotéticamente, me plantearía en primer lugar, ¿hubo acuerdo tácito entre empresarios y políticos para asestar este deleznable golpe? ¿De verdad  desconocían estas personas que los terrenos del frente de playa en litigio eran públicos en el momento de su enajenación? ¿Cómo, independientemente de que ya eran públicos, valora la propia Gerencia de Urbanismo en 19,2 millones de euros los terrenos del frente de playa y a los gobernantes les parece poco, si lo que realmente estaban haciendo era comprar? ¿Por qué toleran esto los demás partidos sin irse a Fiscalía?, y lo que aún es peor, ¿cómo permitieron que recurrieran a varias sociedades externas de tasación, con un caro desembolso, para finalmente quedarse con la valoración más alta, la de 52,7 millones que casi triplicaba a la de su Gerencia, si, REPITO, lo que querían era comprar? ¡INAUDITO!

 Y después de plantearme estas preguntas, y en la seguridad de que cuando se compra siempre se lucha por el precio más bajo, no admitiría las respuestas intragables de algunos. El tema está más claro que el agua, en ese afán de comprar al precio más caro posible, las partes contratantes se confundían, pero claro, una de ellas, el Pueblo comprador, estaba pésimamente representado por unos lamentables gobernantes, que actuaron como si de la parte vendedora se tratara. ¿Qué procede pensar que ha sucedido con esa enorme cantidad que casi triplicaba la valoración real? ¡Que mal huele!, ¿hay alguien ahí? Sí, creo que hay, y muchos, y no sólo aquí, pero narren ustedes mismos esta parte de la obra, ¡yo lo tengo muy claro! Si fuera el juez impartiría justicia, como tiene que ser, reintegrándole al NO culpable Pueblo de Santa Cruz el bien birlado y todos los dineros mal pagados por unos gobernantes que actuaron a su bola. No queda otra, bueno si queda, imponer todas las responsabilidades penales y patrimoniales que fueran menester.

 Personalmente, estoy completamente seguro de que TOD@S sabían perfectamente lo que estaban haciendo en cada momento, hasta incluso que esos terrenos del frente de la playa eran de titularidad pública desde el año 1967, pero ya sabemos, “la pela es la pela” y supera voluntades. Las únicas indemnizaciones que corresponden en este golpe contra natura, repito, las debe recibir el tan puteado Pueblo de Santa Cruz y todos los perdones que procedan, así como lavar nuestras vergüenzas y nuestro buen nombre en todos los niveles que lo han manchado, que son muchos. ¿Como es posible que hayan especulado y negociado con nuestra única playa de esta vil manera? ¿Es admisible que nos hayan hecho pasar por tantas penurias y aguantar encima mamotretos y abandonos de todo tipo, como el de nuestra propia Ciudad, por culpa de unos insaciables impresentables? Que cada palo aguante su vela ahora, el Pueblo llano es el único INOCENTE.

 © Cándido Quintana

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