Páginas

sábado, 8 de febrero de 2014

Miseria política



Miseria política
JUAN HENRÍQUEZ

Han pasado casi cuatro décadas desde la transición de la muerte del dictador y el paso a la democracia. Hoy desde el sosiego y la experiencia personal, reconozco que no lo hicimos del todo bien, y a las pruebas me remito. De haber cerrado un sistema realmente libre y democrático, hoy no estaríamos sufriendo las consecuencias nocivas de una monarquía obsoleta y putrefacta. Tampoco hubiéramos prolongado los poderes de una iglesia católica infectada por vicios repugnantes, lujuriosos y cavernícolos. Y menos aún, permitirle a los partidos políticos la imposición de listas cerradas en las que aparecen los depredadores, lameculos, inútiles, vagos y carroñeros de la militancia.

No hay más que sondear el desmembramiento de la política canaria para darse cuenta de la enfermedad democrática. Un partido socialista apuntalando a una derecha nacionalista inmunda y mercantilista, para afianzar en los cargos a cuatro gandules que ni desodorante se ponen los muy “gediondos”. Y son los mismos que se están cargando al partido, a los que la justicia les obliga a readmitir a los afiliados palmeros por expulsión injustificada. Y de los del PP nos tienen tan acostumbrados a la piratería política, que mejor ni mentarlos, ya le dedicaremos un especial sobre el teatro de Valladolid.
Ahora, la fraseología letal de los dirigentes del Gobierno canario, nacionalistas y socialistas, es para enmarcarlos y exponerlos en el Centro de Arte de La Recova. Paulino Rivero: abandonar a nuestros mayores en un hospital “es una cuestión cultural”. ¡So…burro! Pasamos al tal Alejandro Martín (socialista y director general del SCE): “Canarias puede soportar una tasa mayor de desempleo que las zonas más inhóspitas”. ¡Fuche animal! Y por último el repelente portavoz del Gobierno canario, Martín Marrero: “la muerte de casi 4.000 mayores sin recibir la ley de la dependencia, tienen una estrecha relación con la edad”. ¡Fuerte batata!
A joderse, tragar y aguantar a estos: ¡Rebenques!


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario