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viernes, 27 de diciembre de 2013

NOCHEBUENA 2013

NOCHEBUENA 2013

JUAN HENRÍQUEZ
Con la música del grandioso pianista y compositor polaco Chopin de fondo, tratando de que las musas me sacudan las dormidas neuronas,  para  confiarles esta sensación extraña que me embarga  en estas  fiestas navideñas. Claro qué, si el descubridor de la Teoría de la Relatividad, Albert Einstein,  vivió gran parte de su vida en una permanente contradicción,  ejemplo entre el pacifista y propulsor de la bomba atómica, me pregunto: ¿por qué el común de los mortales no podemos vivir en la infinita duda? Intentaré explicarme.
No me interesa para nada la parafernalia teatral y religiosa de la Navidad. Ahora bien, no soy un ser extraño venido de otro planeta, provengo de una humilde familia en que las costumbres navideñas  estaban profundamente arraigadas. Por supuesto que un servidor, hasta bien avanzada la edad juvenil, disfrutó como un enano de la Navidad. Ahora es distinto, intento ser generoso y abierto al disfrute de los eventos de la Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Festividad de Los Reyes  Magos. Sin embargo,  la parte que más valoro es la complicidad fraternal que se produce durante las fiestas, sobre todo, la estrecha concordia en el núcleo familiar más cercano, y cómo, de manera  espontánea y hasta natural, se olvidan viejas rencillas a las que un día le dimos gran importancia, que en realidad no tenían.
Intentaré entregarme a la causa navideña para no amargarle la fiesta a mi gente, pero créanme que el entorno económico y social no es el más indicado para festejos. Un pueblo en la ruina democrática, retrocediendo a tiempos del recalcitrante franquismo, media docena de millones de parados, la gente metiéndose en los cubos de basura para comer, millares de niños desnutridos, y una sociedad amordazada por una derecha ultraconservadora y corrupta, no es el mejor escenario para disfrutar de la Navidad.
Pero por favor, no me hagan caso, a veces me pongo inaguantable y no puedo evitar el rejo sentimental. Escuchen, esta noche pónganse guapos, y: ¡SEAN FELICES!

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