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miércoles, 20 de noviembre de 2013

¿Por qué tanto despido?

¿Por qué tanto despido?

Juan Henríquez

Permítame, Ilustrísimo Sr. Presidente de la Audiencia Provincial, D. Joaquín Astor Landete, que públicamente le felicite por sus respuestas en la magnífica entrevista que le realizó Tinerfe Fumero, aquí, en Diario de Avisos, el pasado domingo 10 de noviembre. Déjeme que le diga, con todos mis respetos al gremio judicial, que son muy pocos, contados con los dedos de una mano, los que se mojan en defensa de la clase trabajadora. Lanzó su Señoría  una importantísima interrogante, que me permito transcribir: “Hay que preguntar por qué se despide tanto si  crece tanto el turismo”. Ni siquiera la redundancia le resta valor intrínseco a la respuesta.
Ni en mis mejores tiempos, y comprenderá que me duele reconocerlo, un servidor hubiera logrado un mensaje tan diáfano y destructor contra la política económica y social actual. Porque además, aprovecha su Señoría el torpedo para preguntarse: ¿por qué se está despidiendo tanto?;   ¿por qué se están reduciendo los salarios en un lugar que vive de un turismo que está creciendo considerablemente?;  ¿por qué se ayuda tanto a la Banca y luego  la Banca no ayuda a las familias? Y rubrica su discurso de toma de posesión, con un: “…lo que pretendía es alentar unas mejoras en la clase empresarial que considero pueden conseguirse”. ¡Blanco, y en botella!
Sepa su Ilustrísima,  que sus interrogantes hechas públicas con un par de cojones, coinciden con las que se hacen cada día la clase trabajadora  y  mayoría social de éste pueblo canario. Habida cuenta que diversificar la economía, tal y cómo su Señoría  plantea, sería a largo plazo,   la urgencia que requiere la lucha contra el paro y la miseria, necesitan de medidas paliativas de recuperación inmediata, por ejemplo, y siguiendo sus planteamientos, cumplir con los ratios de contratos laborales en la estructura turística (hoteles, apartamentos, restauración, ocio, infraestructuras, etc.), lo que además, repercutirá en rescatar la calidad perdida. Siga así Señoría: ¡no cambie!

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