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martes, 5 de noviembre de 2013

PA’ FANFARRÓN FU-FU

PA’ FANFARRÓN FU-FU

(Movimiento UPC)
 Fernado Fernández, popularmente conocido como Fu-Fu por los acelerones de sus coches en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Laguna, desconociendo si fue igual de popular como estudiante en la facultad navarra del Opus Dei, aparcó hace algunos años su profesión para ejercer al servicio del colonialismo y no vuela como el cóndor, según autoproclama, ya le gustaría (el cóndor vuela libre e independientemente, no a costa de los demás),  o probablemenge se refiera al viaje de la legión cóndor, fuerza de intervención aérea enviada por Hitler a Franco durante lo que denomina “la aventura” de 1936 y que resultó decisiva en la victoria fascista, sino que vuela en primera clase de las aeronaves que pagamos todos nosotros, por lo menos mientras defendía los intereses coloniales de la madrastra arbitraria, España, en el Parlamento europeo, bajo el paraguas del mal denominado Partido Popular.

Previamente había ejercido en el Parlamento de Canarias, habiendo sido nombrado presidente del también mal denominado Gobierno autónomo (no puede ser autónoma ninguna colonia), del que fue descabalgado por sus propios correligionarios del CDS fundado por Adolfo Suárez, que era presidente del Gobierno de España cuando el compatriota Don Antonio Cubillo sufrió un execrable atentado en Árgel, a consecuencia del cual falleció recientemente, atentado juzgado por la Audiencia Nacional española como terrorismo de Estado.

El Sr. Fernández descalifica e intenta ridiculizar a los independentistas catalanes y vascos en un artículo publicado el domingo 3 de noviembre en el rotativo “El Día”, llamándolos primarios, urbanitas, peseteros (tonto llama a Artur Más, aunque no tonto del todo y totorota a la cabeza de Durán, del que asegura  no hay no hay que fiarse ni un pelo), de Ibarreche  dice que “se gana unas perrillas dando conferencias por Puerto Rico y en lugares remotos de los Estados Unidos, donde viven los descendientes de los campesinos vascos que emigraron en la segunda mitad del siglo XIX para pastorear más de 50 millones de ovejas”, y, aunque el Sr. Fernández conoce las palabras podona, balayo y espuerta, el antipatriota canario prefiere vilipendiar.

Pero no vilipendia el día de la “Diada” ni del “Aberri Eguna”, sino en medio de las celebraciones en conmemoración del 49 aniversario de la bandera nacional canaria, más conocida como de las siete estrellas verdes, si bien es cierto que se ha cuidado mucho de mentar a los nacionalistas canarios (nacionalista viene de Nación como tabaquería viene de tabaco que decía el compatriota Juan Verde), probablemente por aquello de que de lo que no se habla no existe o por apreciar más el espacio que un periódico demócratico como el “El Día” le ofrece, el único que ha puesto a disposición de las más variadas tendencias del espectro político las páginas del rotativo, incluso de aquellos antidemócratas, por decirlo de forma suave, que en plena dictadura de Franco amordazaron la libertad de expresión.

Sostiene literalmente el Sr. Fernández: “Esta tentación por la independencia se ha acentuado cada vez que en España se ha producido un riesgo de ruptura. Ocurrió durante los años que llevaron a la guerra civil de 1936 y aquella aventura ya se sabe como terminó”.

No nos queda claro si subyace en el párrafo anterior una descarada amenaza o un recurso al espantajo del miedo al que el colonialismo es tan aficionado, aunque lo aclara al final de su escrito recurriendo al artículo 155 de la Constitución Española, que dice textualmente: “1. Si una Comunidad Autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución u otras leyes le impongan, o actuare de forma que atente gravemente al interés general de España, el Gobierno, previo requerimiento al Presidente de la Comunidad Autónoma y, en el caso de no ser atendido, con la aprobación por mayoría absoluta del Senado, podrá adoptar las medidas necesarias para obligar a aquella al cumplimiento forzoso de dichas obligaciones o para la protección del mencionado interés general.
2. Para la ejecución de las medidas previstas en el apartado anterior, el Gobierno podrá dar instrucciones a todas las autoridades de las Comunidades Autónomas”.

Silencia el Sr. Fernández, pues no nos cabe la menor duda de que no ignora, que España ha firmado la Carta Magna de las Naciones Unidas, también el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, lo que se traduce en que el ordenamiento jurídico interno español está sometido al ordenamiento jurídico internacional, que por cierto vulnera sistemáticamente la arbitraria madrastra, cual Estado forajido, como hacen todos aquellos antidemócratas cuando no les son propicias las urnas. Este fue el caso en el año 1936, cuando los fascistas al mando del dictador Franco, desataron una sanguinaria guerra incivil cuyas consecuencias todavía vive el Estado español, incluyendo la colonia canaria, con cientos de miles de muertos, exiliados y represaliados y que alegremente cita el ezbirril Fernández como “aventura”.

Movimiento por la Unidad
 del Pueblo Canario (Movimiento UPC)

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