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domingo, 27 de octubre de 2013

TACORONTE: ¡PERVERSIÓN DEL PSC-PSOE!

TACORONTE: ¡PERVERSIÓN DEL PSC-PSOE!
Juan Henríquez
Una reseña previa: la Agrupación Socialista de Tacoronte siempre fue  muy  conflictiva para el partido en Tenerife. Dicho lo cual, conviene no combinar churras con merinas. Porque podemos referirnos a determinadas ambiciones personales, y secretos inconfesables para derrocar a los nacionalistas, y para estos casos un servidor tiene una patente: choriceo político.
Lo correcto sería poner el énfasis en la decisión unilateral del hasta hoy alcalde de Tacoronte,  Álvaro Dávila, de retirar las competencias a concejales socialistas socios del pacto de Gobierno Municipal. Hete aquí  la verdadera causa de la censura, qué,  “salvo mejor criterio fundado en derecho”, plagiando a Pedro Lasso, el cartero de Tacoronte, ¡cuidado!, hablo de la profesión del nuevo alcalde expulsado del PSOE, Rodolfo León.
La otra parte de la historia es la decisión maniobrada por las cúpulas del PSC-PSOE de expulsar a  los cinco concejales socialistas firmantes de la censura;  una aberración de cobardía política, y de subordinación a los intereses  de CC, incluyendo, la defensa de los enchufes socialistas que dependen del Pacto Regional en cascada (Gobierno canario, Cabildo Insular, Aytos. de Santa cruz de Tenerife y La laguna, entre otros).  Esta última, y no otra, a los inútiles enchufados me refiero, dispuestos a poner el culo para que les den sin vaselina, es la causa de mayor peso para decidir la expulsión de los socialistas tacoronteros.
Basta recordar, cómo nacionalistas y conservadores (CC/PP) no dudaron en reprobar  a  tres  alcalde socialistas (Arico, SJR y Güimar), a los que no sólo no exigieron responsabilidades políticas, sino que los alentaros desde  las direcciones de los partidos, cuyos lideres compareciendo a los plenos que dieron posesión a los nuevos alcaldes.
Lo del PSC-PSOE no tiene nombre. Culpa es de cuatro gandules agarrados al sillón, a los/as que les importa un cojón que el partido se hunda en la miseria electoral. Afiliados: ¡a tragar!

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